Hace pocos años que la Inteligencia Artificial (IA) aterrizó en el sector para ayudar a la sociedad y a los profesionales a mantener una buena salud visual. Esta tecnología es ya capaz de realizar evaluaciones cognitivas de la visión y podría tratar futuras disfunciones. En la actualidad, se ha comenzado ...
Hace pocos años que la Inteligencia Artificial (IA) aterrizó en el sector para ayudar a la sociedad y a los profesionales a mantener una buena salud visual. Esta tecnología es ya capaz de realizar evaluaciones cognitivas de la visión y podría tratar futuras disfunciones. En la actualidad, se ha comenzado a introducir la Inteligencia Artificial "en la terapia visual-ortóptica-rehabilitación con programas en pantalla y realidad virtual con cascos, pero de momento su uso no es muy generalizado", opina Eneko Zabalo, director regional de la V Delegación del Colegio Nacional de Óptios-Optometristas (CNOO). Según sus palabras, en realidad, "no sabemos si se puede definir como IA" ya que en la mayor parte de los casos hay ópticos optometristas detrás analizando los resultados. No obstante, el presidente regional opina que los propios programas aumentan el grado de dificultad a medida que los pacientes mejoran, y en ese aspecto sí que podría decirse que son "autónomos".
De todas maneras, recuerda que la industria debe mostrarse "muy cauta" con la implantación y el uso de las nuevas tecnologías. Está claro que este sector no es inmune al desarrollo tecnológico y está en constante evolución, tanto en el hardware como el software de todo el instrumental que se utilizan en todos gabinetes en el día a día. "No hay duda de que todos esos avances suponen una inestimable ayuda en la realización de nuestro trabajo, pero nunca debe dejarse el diagnóstico optométrico ni el descarte de posibles signos y síntomas sospechosos de patologías en manos de las máquinas porque puede acarrear graves consecuencias para los pacientes", cree. Y así lo ejemplifica: "Un caso del mal uso del avance tecnológico lo encontramos en aquellas empresas que, con fines puramente mercantilistas, pretenden hacer las graduaciones online prescindiendo de la presencia del profesional de la visión en proximidad al paciente", puntualiza el representante de los colegiados de País Vasco, Navarra y Cantabria.
Apoyo, pero no sustitución
Eneko Zabalo es consciente de que existen multitud de factores que influyen en el buen resultado final de la refracción y "no pueden ser controlados a distancia". Cita, por ejemplo, la forma de colocarse el paciente en el aparato, la anamnesis y, sobre todo, el uso de la acomodación. Todos estos aspectos pueden variar la prescripción creando graves perjuicios para los pacientes; es decir, él es de la opinión que, a través de una máquina, "se sobreestima la corrección miópica". Del mismo modo, ante problemas de binocularidad, recuerda que los diagnósticos online no van a ser capaces de resolver el problema, "ya que siempre va a exigir la inmediata presencia del óptico optometrista para abordar y tratar a los pacientes". Estas figuras nunca podrán suplirse. Y es necesario apostar, claramente, por la formación de los profesionales y su actualización constante.
En este sentido, en los cursos de formación más recientes que se han impartido en la V Delegación se han tratado, en áreas como la terapia visual u ortóptica, la adaptación de lentes de contacto especiales o control de miopía, y se han incluido los últimos avances tanto en hardware como software para la correcta formación continuada de los ópticos optometristas. Pero, como siempre, lo relevante y más interesante siempre es "la interpretación por parte del profesional de las imágenes y datos obtenidos", explica su presidente.
Además, en lo que va de 2023, se han organizado cursos de adaptaciones de lentes de contacto de apoyo escleral, una nueva lente de contacto de gran ayuda en irregularidades corneales por ectasias, queratoconos, post-lasik, ojo seco, etc. También se han impartido cursos de terapia visual-ortóptica, así como adaptación de ortoqueratología, una técnica que tras dormir con una lente de contacto especial te permite ver todo el día bien sin uso de corrección alguna... En todos estos cursos, la mayoría en formato teórico-práctico, "la tecnología ha sido pieza clave porque gracias a ella hemos podido mejorar en nuestra práctica clínica gracias a la actualización de conocimientos, manejo e interpretación de las últimas tecnologías", explica Zabalo.
Se trata, por lo tanto, de mirar hacia delante y desde esta delegación se afirma que "la tecnología puede ser un buen apoyo, pero de momento sustituir las personas por máquinas es inviable en nuestro sector". Hay que recordar, puntualiza su presidente, que cuando se hacen cirugías guiadas en los dos lados hay un médico avalando el procedimiento. Así, finaliza este tema comentando que "en consultas online por imágenes pueden ser de ayuda, pero siempre como técnica entre profesionales nunca paciente-médico, ni paciente-optometrista".
La parte oscura de la tecnología
Precisamente, el paciente es otra de las piezas clave en el avance de las tecnologías. Eneko Zabalo no duda en que el paciente aún presenta cierta desconfianza al hecho de ser atendido por máquinas, "y con razón, porque a una máquina no le puedes contar tus problemas visuales y hábitos y que sepa interpretarlos como un humano". Sin embargo, añade, al ciudadano sí le gusta que se utilice tecnología "para su diagnóstico, pero siempre guiado por la mano humana".
Paralelamente, existen muchísimas aplicaciones con acceso libre al público para mejorar el rendimiento visual. Desde la V Delegación explican que la mayoría tienen como finalidad mejorar la motilidad ocular, las vergencias, antisupresión y áreas de percepción visual. Pero "sin la adecuada prescripción y supervisión por parte de un profesional óptico optometrisa son de escasa eficacia". De hecho, considera que muchas ni siquiera cumplen ningún criterio científico, "incluso algunas pueden crear exceso acomodativo llegando a ser contraproducentes". Es, para Zabalo, "la parte oscura del avance tecnológico" debido a la falta de control y regulación. La postura de los ópticos optometristas, en estos casos, es informar ante las dudas de los pacientes sobre su utilización, así como aclarar que un buen uso de esas tecnologías con las pautas de seguimiento y utilización marcadas por un profesional tienen las máximas garantías de eficacia.
Empeoramiento de la salud visual
Indudablemente, el uso indiscriminado de la visión próxima es, para Zabalo, el gran responsable de que, hoy, haya empeorado la salud visual de los españoles. Según los últimos estudios científicos, este empeoramiento está íntimamente relacionado con el incremento de la miopía, de las anomalías binoculares no estrábicas sintomáticas, de las anomalías acomodativas, de la sintomatología de las leves hipermetropías, de los síntomas asociados a sequedad ocular, etc. Por eso, Zabalo recuerda que "se debería pasear más, hacer más deporte, etc.". En definitiva, se debería fijar más la visión en lejos. La tecnología contribuye a usar más la visión en cerca, y si no se hace un uso adecuado de la misma la posibilidad de padecer molestias visuales y musculares es muy alta.
Y ciertas patologías pueden acabar siendo muy grave. Otro dato problemático a tener en cuenta es que la mitad de las personas con glaucoma está sin diagnosticar. Para el representante de la V Delegación esto se debe a dos motivos. El primero es que los pacientes no acuden a las revisiones periódicas. El segundo, el glaucoma suele ser una enfermedad no dolorosa. Aquí Zabalo quiere dejar claro que "no es el óptico optometrista el que hace el diagnóstico de esta grave patología, sino que es competencia del médico oftalmólogo. Nuestra misión es detectar y derivar si se sospecha una presión intraocular (PIO) alta, alteración de campo visual, o papila presuntamente alterada". Es en este aspecto, además, donde "más beneficios ha aportado el disponer en nuestros gabinetes de Optometría Instrumental puntero, equipamiento en constante evolución".
Hay que tener en cuenta, por otro lado, que existe un cierto perfil de individuos que tienen mayor probabilidad de padecer glaucoma. Se ha comprobado que las personas con miopía alta, los segmentos de más edad, la población de raza negra o los pacientes con factores hereditarios son a grandes rasgos los perfiles con más riesgo. Zabalo opina que, en el ámbito de su profesión, ha sido un gran avance "la incorporación de tonómetros de no contacto en la práctica totalidad de los establecimientos de óptica desde hace más de 25 años". Centrándonos, precisamente, en posibles avances tecnológicos, también explica que "se está desarrollando una app por un oftalmólogo vasco con ayuda de un compañero óptico optometrista, relacionada con la evaluación de dicho riesgo, que si da el resultado esperado, creemos que va a ser toda una novedad".