Patologías oculares: desde pequeñas molestias a la ceguera

Hay un amplio abanico de patologías oculares: desde algunas que son pequeñas molestias, hasta otras cuya detección tardía puede ocasionar problemas muy graves de visión, e incluso la ceguera.

19/10/2023

La vista es uno de los sentidos más importantes y, sin embargo, muchas veces no la cuidamos como deberíamos. Solemos acudir al oftalmólogo cuando ya existe un problema o vemos mermada nuestra capacidad visual. Si realizáramos revisiones periódicas se podrían diagnosticar a tiempo muchas patologías, no solo asociadas a los ...

La vista es uno de los sentidos más importantes y, sin embargo, muchas veces no la cuidamos como deberíamos. Solemos acudir al oftalmólogo cuando ya existe un problema o vemos mermada nuestra capacidad visual. Si realizáramos revisiones periódicas se podrían diagnosticar a tiempo muchas patologías, no solo asociadas a los ojos, sino también a otras partes de nuestro cuerpo, ya que en algunas enfermedades generales, los ojos son el primer órgano en verse afectado.

Pero, centrándonos en las patologías oculares propiamente, éstas pueden tratarse tanto de pequeñas molestias, como de problemas mayores que, si no se tratan a tiempo, pueden desencadenar problemas graves, como la pérdida de la visión o la ceguera.

Hay muchas patologías oculares. Aunque podríamos decir que las más frecuentes son la conjuntivitis, el ojo seco, los errores de refracción y las cataratas. Pero eso es solo el principio.

Patologías según su origen o según la edad

Si las diferenciamos por su origen, podemos hablar de patologías oculares de origen genético, como los problemas de refracción; de patologías degenerativas o asociadas a la edad, como la presbicia; o patologías de origen infeccioso, aquellas en la que intervienen virus, bacterias u hongos, como sería el caso de la conjuntivitis.

Si nos enfocamos en las patologías según la edad, las más frecuentes en la infancia serían la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo, el daltonismo, el estrabismo y el ojo vago. En la adolescencia, predomina el queratocono, los problemas refractivos o los problemas relacionados con el uso de la tecnología, como el ojo rojo. Mientras que ya en la edad adulta, el abanico de patologías se dispara. Desde ojo seco, blefaritis, orzuelos, conjuntivitis o queratitis, hasta uveítis, cataratas, desprendimiento de retina, glaucoma, presbicia o degeneración macular asociada a la edad, entre otras.

Patologías por defectos refractivos

Las patologías por defectos refractivos son aquellos problemas visuales que tienen que ver con la errónea refracción de la luz en los ojos. Esto provoca que las imágenes no se enfoquen adecuadamente en la retina y se vean borrosas, causadas por una disparidad entre la curvatura de la córnea y la longitud del ojo. Según sea el defecto de refracción, estaremos hablando de astigmatismo, hipermetropía, presbicia o miopía. Unos problemas que, en la mayoría de casos, son corregibles con gafas o lentillas, y que, hoy en día, afectan a gran parte de la población.

Patologías relacionadas con la córnea

La córnea realiza dos tipos de cometidos. Por un lado, actúa de escudo protector del ojo, protegiéndolo de factores externos, como el polvo, los gérmenes, etc. Por otro, es la que controla el enfoque y la entrada de luz en el ojo para que las imágenes se enfoquen correctamente en la retina.

Hay varias patologías que pueden afectar a su buen funcionamiento, deformándola, inflamándola o opacificándola, con consecuencias como conjuntivitis, ojos seco, Pterigion, queratitis, úlceras en los ojos, queratocono, aniridia o distrofias en la córnea, entre otros problemas.

La conjuntivitis aguda y el síndrome del ojo seco son algunas de las patologías oculares más frecuentes. La primera suele estar causada por un virus o una bacteria, pero también puede ocasionarla la alergia, el cloro de la piscina, la contaminación del aire o incluso el maquillaje. Produce picazón y enrojecimiento del párpado y de la parte blanca del ojo, lagrimeo y cierto dolor. Pero es una enfermedad ocular que, más allá de propagarse con facilidad, no acarrear grandes problemas.

Por su parte, el síndrome del ojo seco también es muy común. Tanto que afecta entre el 10 y el 30% de la población, sobre todo a la de mayor edad. No es una enfermedad grave, pero sí molesta, ya que altera la lágrima y la superficie ocular. Pero, si no se trata adecuadamente, puede degenerar en otras afecciones, como la elastosis corneal o hiperqueratosis conjuntival, por ejemplo.

Patologías relacionadas con la retina

Las patologías que afectan a la retina suelen tener un mayor impacto en la visión, pues la retina es la encargada de enviar la información, que recibe a través de unas células espaciales, conocidas como fotorreceptores que convierten la luz en señales eléctricas, al cerebro para que éste las interprete. Si ello no es posible, la visión se ve mermada. Hablamos de problemas como el agujero macular, el desprendimiento de retina, la distrofia de la retinas, retinosis pigmentaria, enfermedad de Stargardt, DMAE, edema macular o retinopatía diabética, entre otras.

Enfermedades, algunas de ellas muy graves, que pueden degenerar en pérdida de la visión y ceguera. Un ejemplo de ello es el glaucoma, una patología que afecta al nervio óptico y que no tiene cura. Sin embargo, detectado a tiempo, puede detenerse el daño y proteger la visión.

Otro problema grave es el desprendimiento de retina, que ocurre cuando la retina se separa de la parte posterior del ojo, ocasionando visión borrosa. No es una patología dolorosa. Y, si se está atento, puede detectarse antes de que suceda. Hay indicios de alarma como ver "moscas volantes", destellos de luz o pérdida parcial o total de la visión del ojo afectado. A menudo su tratamiento implica una cirugía escleral, que repara el daño.

Pero también hablamos de trastornos más comunes y de fácil solución como el ojo perezoso o ambliopía. Es una patología que afecta en las primeras etapas de la vida y que hace que uno de los ojos reciba menos señales visuales que el otro. Con el tiempo, el cerebro depende cada vez del ojo fuerte, mientras que la visión del ojo débil va empeorando. Pero, con un tratamiento temprano, ambos ojos vuelven a funcionar correctamente.

O el daltonismo, que ocurre cuando hay un problema con los pigmentos en ciertas células nerviosas de la retina que perciben el color. Generalmente, son problemas al diferenciar el color rojo del verde, o entre el azul y el amarillo. En los casos más extremos, hablamos de acromatopsia, una afección que impide a los pacientes ver cualquier color, solo ven sombras de grises. Las patologías oculares no solo se refieren al ojo en sí. Las estructuras anexas al globo ocular también son importantes para una correcta salud visual. Problemas que pueden afectar a los párpados que protegen a los ojos, al aparato lagrimal que produce las lágrimas, o a la órbita o cavidad ósea que alberga el globo ocular.

Otras patologías

Otra de las patologías más comunes son las cataratas, problema que va muy relacionado con la edad. No es más que una opacidad en el cristalino, que provoca una visión nublada y borrosa, que impide leer correctamente o conducir de noche, por ejemplo.

O las miodesopsias, también conocida como "moscas volantes". Es una patología ocular en la que aparecen pequeñas formas oscuras que flotan en el campo visual. En la mayoría de los casos, son problemas que aparecen y desaparecen solos, por lo que no necesitan tratamiento. Sin embargo, en ocasiones puede resultar una señal de problemas más graves que hay que tratar.

Estas son las patologías oculares más comunes que afectan a la mayor parte de la población, sin embargo existen otras muchas. Algunas, relacionadas implícitamente con los ojos. Otras, consecuencia de otras enfermedades que poco tienen que ver con los ojos, como la diabetes, que puede acarrear retinopatía diabética. Esto ocurre cuando los niveles altos de azúcar en la sangre que tiene el diabético causan daños en los vasos sanguíneos en la retina, llegando a ocasionar pérdida de visión.

Otras patologías son: anoftalmia y microftalmia, blefaritis, blefaroespasmo, coloboma, discapacida visula cerebral (CVI), distrofia cristalina de Bietti, enfermedad de Behçet, oclusión de la vena central de la retina (CRVO), retinoblastoma, retinopatía de la prematuidad, síndrome de histoplasmosis ocular o síndrome de Usher.

Salvo en las patologías genéticas, la mejor forma de diagnosticarlas es con la prevención. Las visitas al oftalmólogo deben ser regulares. De esta forma, con una simple revisión pueden detectarse problemas menores que, si no se tratan, pueden convertirse en problemas mayores. A través de la pupila se puede ver el fondo del ojo. Esto permite visualizar sus vasos sanguíneos, el nervio óptico y la retina, lo que permite diagnosticar no solo enfermedades oculares, sino otras enfermedades, como la diabetes, la hipertensión, enfermedades degenerativas e incluso determinados tipos de cáncer.

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