Visión y conducción: mucho por hacer

Ver bien es una garantía de seguridad para todos: para el que conduce y sus acompañantes, pero también para otros vehículos y peatones.

21/12/2023

Artículo escrito por Lluís Bielsa Elies, vicepresidente de la ONG Visión y Vida. Delegat provincial de Barcelona del COOOC. Hace unos pocos días presentamos a los medios un monográfico con los resultados finales de `Yo no soy un lince´. Dos años de concienciación y revisión en salud visual que seguían la ...

Artículo escrito por Lluís Bielsa Elies, vicepresidente de la ONG Visión y Vida. Delegat provincial de Barcelona del COOOC.

Hace unos pocos días presentamos a los medios un monográfico con los resultados finales de `Yo no soy un lince´. Dos años de concienciación y revisión en salud visual que seguían la línea iniciada hace más de seis años, reflejando hasta qué punto la sociedad contempla la importancia de ver bien en la conducción.

Algunas de las ideas más significativas del informe ponen en evidencia que aún queda mucho por hacer. El trabajo de información y de pedagogía, por parte de los profesionales de la visión, es uno de los retos a tener en cuenta.

Cuando el 44% de los conductores y conductoras afirma haber sufrido algún incidente en la conducción motivado por no haber visto algo o por haberlo visto más tarde, tenemos un problema.

Pensemos, además, que estos incidentes no constan en la casuística porque no llegan a provocar accidentes a pesar de estar muy cerca de serlos. Los números, por tanto, de que una persona con un déficit visual pueda tener más accidentes a lo largo de su vida como conductor se multiplican.

Este porcentaje de personas con un déficit visual se confirma como significativo cuando, en el estudio, aparece un 52% con problemas en la conducción nocturna por falta de visibilidad o por deslumbramiento; o un 70,9% con molestias al amanecer o atardecer.

Más aún cuando el 27,7% reconocen directamente padecer dificultades para identificar con nitidez señales y paneles informativos, y un 20% retrasan la visita al especialista a pesar de acusar pérdida en sus facultades visuales.

Sólo un 43,2% de las personas conductoras refieren creer que ven bien como para conducir. Por tanto, más de la mitad refieren lo contrario.

Finalmente, aparece una información especialmente preocupante: un 28,8% de conductores y conductoras que necesitan ayudas ópticas, se atreven a usar el coche sin sus gafas o lentes de contacto, lo que muestra no sólo una infracción, sino además una clara muestra de irresponsabilidad al volante.

Por esa razón existen organizaciones no gubernamentales como Visión y Vida, para complementar y colaborar con los colegios profesionales y asociaciones empresariales para informar, divulgar y concienciar en todos los aspectos de la visión.

En el caso de la conducción, conviene insistir en que ver bien es una garantía de seguridad para todos, no sólo para que el que conduce y sus acompañantes, sino también para otros vehículos y peatones.

Muchos problemas visuales, considerados como leves en el día a día, no lo son tanto cuando se trata de realizar actividades que exigen una alta capacidad de concentración, eficiencia y calidad visual como es la conducción.