Arrojan luz sobre el funcionamiento de los fotorreceptores de la retina

A diferencia de la mayoría de las células sensibles a la luz de la retina, un tipo especial de fotorreceptores utiliza dos vías diferentes al mismo tiempo para transmitir señales eléctricas de "visión" al cerebro.

30/01/2024

Los fotorreceptores (células sensibles a la luz) conocidos como bastones y conos se encuentran en la retina, la capa de tejido en la parte posterior del ojo que responde a la luz. Los bastones y los conos analizan las señales visuales que se transmiten mediante señales eléctricas al cerebro, que ...

Los fotorreceptores (células sensibles a la luz) conocidos como bastones y conos se encuentran en la retina, la capa de tejido en la parte posterior del ojo que responde a la luz. Los bastones y los conos analizan las señales visuales que se transmiten mediante señales eléctricas al cerebro, que interpreta lo que se "ve". Otro tipo de fotorreceptores en la retina, llamados células ganglionares de la retina intrínsecamente fotosensibles (ipRGC), utilizan protuberancias largas (axones) que forman el nervio óptico para transmitir señales visuales desde bastones y conos. Los ipRGC también realizan otras funciones, como establecer los ritmos circadianos impulsados ​​por la luz del cuerpo y distinguir el contraste y el color.

Los fotorreceptores de origen "microvelloso", similares a los del ojo de la mosca de la fruta, utilizan la enzima fosfolipasa C para señalar la detección de luz, mientras que los fotorreceptores de origen ciliar, como los de nuestros bastones y conos, utilizan una vía de nucleótidos cíclicos.

En este contexto, neurocientíficos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (EEUU) han demostrado que, a diferencia de la mayoría de los fotorreceptores de la retina, un tipo especial de estos utiliza dos vías diferentes al mismo tiempo para transmitir señales eléctricas de "visión" al cerebro. El trabajo también revela que estos fotorreceptores, según los investigadores, pueden tener orígenes antiguos en la escala evolutiva.

La investigación, publicada en la revista ´PNAS´ fue codirigida por King-Wai Yau, profesor del Departamento de Neurociencia de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, y el becario postdoctoral Guang Li. Estos investigadores obtuvieron sus hallazgos exponiendo los ipRGC a breves pulsos de luz brillante. En esas condiciones, la vía de señalización de las microvellosidades produce respuestas eléctricas más rápidas y precede, con cierta superposición, a una respuesta más lenta de la vía ciliar.

El equipo de Yau descubrió que los seis subtipos de ipRGC utilizan mecanismos de señalización tanto de microvellosidades como ciliares, aunque en diferentes porcentajes, al mismo tiempo. Asimismo, hallaron que, mientras que la mayoría de los fotorreceptores que utilizan la vía de señalización ciliar utilizan un nucleótido cíclico particular, cGMP, como mensajero de señalización, los ipRGC utilizan otro, cAMP, que es similar a las medusas, un animal mucho más antiguo en la escala evolutiva.

"Ello sugiere -según la conclusión a la que llegan los investigadores de la Johns Hopkins, que los ipRGC pueden tener un origen antiguo".