En los últimos años los expertos vienen alertando del grave impacto de la miopía en la población mundial. Una señal de alarma totalmente justificada; no en balde, afecta a alrededor del 23% de los ciudadanos a nivel global, según la Organización Mundial de la Salud. Si bien la incidencia todavía ...
En los últimos años los expertos vienen alertando del grave impacto de la miopía en la población mundial. Una señal de alarma totalmente justificada; no en balde, afecta a alrededor del 23% de los ciudadanos a nivel global, según la Organización Mundial de la Salud. Si bien la incidencia todavía no alcanza a una cuarta parte de los habitantes del planeta, esta deficiencia visual va creciendo, hasta el punto de que algunas investigaciones auguran que en 2050 casi el 50% de la población será miope. Ante estas previsiones, los especialistas han empezado a calificarla como la pandemia silenciosa del siglo XXI.
Además, como remarca el Consejo General de Ópticos-Optometristas (CGCOO), preocupa especialmente su incidencia en niños y jóvenes. "Se trata de la generación tecnológica, nacidos entre el año 2002 y 2021, habituados al uso de videoconsolas, ordenadores y móviles, y en una etapa de sus vidas en las que su sistema visual se está desarrollando", explica el presidente del CGCOO, Juan Carlos Martínez Moral.
¿Por qué aumenta la miopía?
La miopía es responsable de percibir borrosos objetos lejanos. Esto aumenta porque el ojo se hace cada vez más largo, algo que provoca que se desenfoque la visión. Este proceso implica muchos riesgos, pues cuanto mayor es la longitud del ojo, más alto es el riesgo de sufrir en el futuro enfermedades oculares graves que causen pérdida de visión, como es el desprendimiento de retina, el glaucoma, o las cataratas.
En este sentido, la sobreexposición a las pantallas sin mantener una distancia mínima de seguridad está dando lugar a una progresión de la miopía más rápida en pacientes jóvenes. Algunos síntomas derivados de un uso prolongado de este tipo de dispositivos son visión borrosa, dificultad de enfoque de distancias, sensibilidad al brillo de la luz, incomodidad ocular, dolor de cabeza y ojos irritados, secos o cansados. Se trata de manifestaciones que afectan al rendimiento académico, un ámbito en el que también tienen especial incidencia las alteraciones de la visión no identificadas.
Los datos más recientes que corroboran que la salud visual de la población joven se agrava en España, constan del informe El estado de la salud visual de los adolescentes en España presentado por la Asociación Visión y Vida en noviembre de 2023. Este trabajo alarma sobre cómo la evolución miópica es cada vez más fuerte: en relación a los jóvenes nacidos en 2005, los nacidos en el 2010 presentan un incremento medio mayor en su miopía, lo que muestra el desplazamiento hacia valores medios más altos.
De hecho, muchos de los jóvenes con problemas visuales están en riesgo de sufrir miopía magna, puesto que el número de adolescentes que ha llegado presentar más de 5 dioptrías se ha multiplicado por seis. Cabe resaltar que una alta miopía multiplica las probabilidades de sufrir graves enfermedades como glaucoma, desprendimiento de retina o cataratas, las cuales pueden provocar una pérdida de visión irreversible.
Así, la miopía magna, es decir, aquella mayor a las cinco dioptrías, puede traer graves consecuencias para la salud visual y la calidad de vida de los que ahora son jóvenes. Por ello, se calcula que en 2050 muchas más personas sufrirán estas patologías. Todo ello en un escenario en el que uno de cada tres menores (29,6%) de entre 12 y 18 años ya es miope. Asimismo, a la mitad (51,9%) se le ha modificado la graduación en el último año. "La pandemia de la miopía afecta cada vez más a las nuevas generaciones y, si no se hace nada para frenar su desarrollo, puede generar un alto coste social", alarma el presidente de Visión y Vida, Salvador Alsina.
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