Con el objetivo de informar y concienciar a los adolescentes sobre la necesidad de tener una óptima salud visual, la Asociación Visión y Vida, en colaboración con la Fundación Mapfre y Correos Express, puso en marcha la iniciativa Ver la vida en 4K. Durante los pasados meses de septiembre y octubre, junto con 1.500 ópticas voluntarias pertenecientes a la asociación, se llevaron a cabo diversas campañas de revisión visual a estudiantes de 12-18 años de toda España para conocer su estado de visión. La idea se basó en analizar, comprender y buscar soluciones para detener el gran avance de una de las nuevas pandemias del siglo XXI: la miopía. Considerada así por la Organización Mundial de la Salud, el principal propósito de estas entidades es comprender cómo se desarrolla y qué se puede hacer para evitar que las nuevas generaciones acaben padeciendo una miopía magna que viene asociada con el desarrollo de otras enfermedades visuales que determinarán su calidad de vida.

En este sentido, el informe El estado de la salud visual de los adolescentes en España se realizó en base al análisis de más de 3.600 respuestas a través del test digital Y tú cómo ves, distribuido por redes sociales y por los flyers de la campaña, lo cual permitió saber el grado de consciencia de los jóvenes sobre su propio estado visual. En segundo lugar, se analizaron los datos ofrecidos de manera anónima por Alain Afflelou, Cottet y VisionLab, en el informe de evolución miópica 2017-2022, para estudiar cómo ha variado la graduación de los jóvenes miopes nacidos entre 2004 y 2010, y compararlo con los nacidos entre el 2000 y el 2005. Y, por último, se tomaron los datos del informe tests Ver la vida en 4K, con los resultados obtenidos en las pruebas de screening realizadas durante la puesta en marcha de esta campaña. El análisis global de los tres informes ha permitido entender cuál es la situación visual de los estudiantes de entre 12 y 18 años de España. Y los resultados son muy preocupantes.

Más de uno de cada diez adolescentes tiene grandes problemas de visión que requieren una revisión urgente, lo cual tiene un impacto directo en el aprendizaje y desarrollo educativo de los menores. De hecho, preguntados si creen que ven bien, más de la mitad de los adolescentes participantes en esta iniciativa (55,4%) cree que no ve bien o que podría ver mejor.

Asimismo, tres de cada diez (36,2%) considera que necesita gafas o lentes de contacto para poder ver bien. Unos datos que ponen de manifiesto que uno de cada tres (29,6%) es miope y que la miopía aumenta en los grupos que presentan más dificultades visuales o sintomatología. Y entre los que afirman utilizar gafas o lentillas, destaca el hecho de que más de la mitad (51,9%) ha necesitado actualizar la graduación de sus gafas en el último año.

Problemas escolares

La preocupación por la calidad de la visión de los adolescentes debe trasladarse, también, a los centros escolares. De hecho, el informe realizado por la Asociación Visión y Vida indagó sobre la sintomatología de mala visión que pueden estar percibiendo los propios estudiantes en las aulas. Así, se sabe que casi cuatro de cada diez estudiantes (37,1%) siente que ven doble o borroso cuando miran la pizarra, lo cual significa un indicador claro de problema de visión que, a priori, puede asociarse a la existencia de miopía.

Por otro lado, más de uno de cada cuatro (27,5%) considera que le cuesta leer o que lo hace despacio; y cerca de la misma proporción de estudiantes, uno de cada tres (32,5%), sigue el texto con el dedo cuando lee. Otro de los síntomas que han permitido detectar la existencia de un problema visual fue el hecho de que los menores se taparan un ojo para poder ver bien con el otro, aspecto que le ocurre a uno de cada cuatro estudiantes (25,1%), mientras que, en mayor medida, más de uno de cada tres (34,8%), necesita entrecerrar los ojos para ver bien de lejos, una situación muy frecuente entre los miopes mal corregidos. En este sentido, cabe destacar el hecho de que taparse un ojo pueda indicar que existe un problema de visión binocular que hace que el sistema visual funcione mejor cuando elimina la visión de un ojo.

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