Disponible el último número de IM Ópticas
Hoy ve la luz un nuevo número de IM Ópticas, esta vez enfocado en el glaucoma y el uso nocivo de las pantallas, entre otros.
En esta nueva edición de IM Ópticas, entre otros, nos enfocamos en dos epidemias que amenazan la visión. Una es el glaucoma, como titulamos, la epidemia silente que arrasa con la visión. Precisamente, es una de las principales causas de ceguera irreversible. Hay que insistir en que, en las etapas iniciales, ...
En esta nueva edición de IM Ópticas, entre otros, nos enfocamos en dos epidemias que amenazan la visión.
Una es el glaucoma, como titulamos, la epidemia silente que arrasa con la visión. Precisamente, es una de las principales causas de ceguera irreversible. Hay que insistir en que, en las etapas iniciales, puede ser asintomática. Sólo la mitad de los casos están diagnosticados. Es decir, es una patología muy infradiagnosticada. Si hay antecedentes familiares, es primordial tomarse la tensión de los ojos con cierta frecuencia, ya que se incrementa la presión intraocular, y evaluar la papila óptica. Las personas con miopía también tienen mayor riesgo a sufrirla. Al igual que los mayores. Cuando la enfermedad está en estado avanzado, se aprecian síntomas como la pérdida de campo visual periférico o visión en túnel. Lo bueno es que existen tratamientos que permiten retrasar sus efectos irreversibles a pesar de ser una enfermedad incurable.
Otra de las epidemias que tratamos es la del abuso de las pantallas, lo que hace que la miopía afecte cada vez más a las nuevas generaciones. En este número, de hecho, nos hacemos eco de un informe que alerta de que a los adolescentes les ha aumentado su graduación en dos dioptrías. Incluso, se están activando las alarmas derivadas de la miopía magna.
Pero, el abuso de las pantallas igualmente nos perjudica en otras etapas de la vida: incrementan los espasmos acomodativos especialmente entre las personas con presbicia o vista cansada, y el ojo seco, sobre todo con la menopausia. En 2050, la mitad de la población podría ser miope. Hay que intentar corregir esto, puesto este defecto refractivo, más allá de ser un problema de graduación, conlleva mayor riesgo de padecer enfermedades de retina y glaucoma. Son dos epidemias que se cruzan ante las que no podemos permanecer impasibles. Por eso, hemos querido profundizar en ellas.
