Pilar Martín-Rubio Zamorano lleva 30 años trabajando de óptico optometrista y, casi 15 años, al frente de su propio centro óptico, Centro Óptico Rola, en Madrid. "A fecha de hoy, no lo cambiaría por nada. Es un trabajo muy bonito y gratificante, que te permite combinar la parte optométrica, con ...
Pilar Martín-Rubio Zamorano lleva 30 años trabajando de óptico optometrista y, casi 15 años, al frente de su propio centro óptico, Centro Óptico Rola, en Madrid. "A fecha de hoy, no lo cambiaría por nada. Es un trabajo muy bonito y gratificante, que te permite combinar la parte optométrica, con la parte empresarial y creativa", nos explica. A pesar de que lo suyo no fue vocacional: "Estudié óptica por casualidad. No fue mi primera opción cuando accedía a la universidad, pero analizando con el paso de los años, creo que el destino había pensado mejor que yo".
En el Centro Óptico Rola son dos ópticos optometristas que se complementan muy bien. En su día a día, tienen "un trato muy cercano con los clientes. El estar a pie de calle facilita mucho poder acceder a nosotras. Además, dedicamos mucho tiempo también en la formación. ¡No paramos! Nos gusta estar al día de todo lo que sucede en nuestro sector", apunta Pilar Martín-Rubio.
Sus clientes, sobre todo, "demandan un trato cercano, nuestra disponibilidad a solucionarles, en la medida de lo posible, sus problemas, y la amplia y constante formación. El tiempo que les dedicamos en el gabinete es uno de nuestros valores. Les ofrecemos los mejores productos y ellos ven los resultados".
Todo ello, en un centro óptico que abarca tanto óptica como audiología. Aunque si tienen que elegir una especialización sería "en progresivos y en poder acabar con las inadaptaciones", afirma Pilar Martín-Rubio, y puntualiza: "Estamos muy al día con las nuevas tecnologías y las aplicamos en beneficio de nuestros pacientes. Hace un año incorporamos la terapia visual en nuestro centro con WIVI, basada en la IA. Todo un reto. Empezamos a ver los resultados, ya que cuando un paciente te da las gracias porque le has mejorado su día a día, es muy gratificante", asevera.
Asimismo, lo que más valora de su profesión es "la cercanía con las personas y el poder que tenemos de influir, para bien, en mejorar su calidad de vida. Trabajamos con el sentido más valorado por las personas, la vista. Los ópticos optometristas podemos ayudar de verdad y debemos ser conscientes de ello", afirma.
Respecto a los cambios de la profesión en los últimos años, Pilar Martín-Rubio explica que, "cuando empecé, hace 30 años, no existía internet, ni estábamos todo el día en los medios con ofertas. Con estar abiertos y hacer bien nuestro trabajo era suficiente. Aunque nos formábamos, no teníamos tanta oferta ni facilidades como ahora. Primero llegó el bombardeo de las ofertas, luego vinieron internet y las ventas online, y nos revolucionó a muchos. Después de unos años conviviendo con ello y aceptando que no va a ir para atrás, creo, firmemente, que nos ha hecho ser mejores y evolucionar en la parte profesional a todos los que amamos nuestra profesión", comenta. Y ratifica: "Si queremos estar, debemos evolucionar con los tiempos, no nos podemos quedar atrás. Sobre todo, los pequeños, donde yo me encuentro, tendremos que seguir haciendo el esfuerzo de especializarnos y poner el foco principal en las necesidades, visuales y auditivas, de nuestra sociedad, cada vez más envejecida".
Para concluir que, lo que debería cambiar en su profesión "es separar más la parte comercial de la profesional y hacernos fuertes en esta última. Reducirlo todo a la venta de productos, como gafas o lentes de contacto, nos perjudica enormemente. Nuestro mayor valor está en la parte sanitaria y el beneficio que estamos aportando a nuestra sociedad", reafirma.
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