El cuidado de la salud visual en vacaciones

La exposición al sol, la falta de sueño o el aire acondicionado pueden tener efectos adversos en la salud visual. La directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria, Alicia Escuer, aconseja sobre los hábitos que se deben tener en cuenta para disfrutar sin poner en riesgo el bienestar ocular.

22/04/2024

El buen tiempo ya está llegando y es una clara invitación para darse una escapada, desconectar, relajarse y, en breve, disfrutar de unas merecidas vacaciones. Pero, dentro del listado que se suele realizar para prepararse para ese deseado viaje, el cuidado de los ojos queda normalmente en segundo plano. Esto ...

El buen tiempo ya está llegando y es una clara invitación para darse una escapada, desconectar, relajarse y, en breve, disfrutar de unas merecidas vacaciones. Pero, dentro del listado que se suele realizar para prepararse para ese deseado viaje, el cuidado de los ojos queda normalmente en segundo plano. Esto es un error, porque además de ahorrar un mal trago lejos de casa, prestarle la atención adecuada es clave para no poner en riesgo la salud ocular.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que más de tres millones de personas sufren cada año daños oculares, a veces irreparables, por el exceso de radiación solar, otra razón más para prestar atención a la salud visual antes del verano. Por estos motivos, Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria, insiste en el cuidado y ofrece los siguientes consejos para disfrutar esos días de diversión sin poner en peligro el bienestar ocular.

Viajes en avión

A la hora de viajar en avión, hay que hacer las maletas pensado también en la salud de los ojos, pues existen factores que pueden provocar ciertas molestias, sobre todo cuando se realiza un viaje de larga distancia en avión. "Hay que tener en cuenta que los ojos tienden a verse afectados, ya sea por la privación del sueño, la falta de humedad, la exposición a la luz artificial o el uso prolongado de aparatos electrónicos, entre otras causas", recuerda Escuer.

Por ejemplo, la falta de humedad en la cabina de un avión puede generar sequedad y enrojecimiento de los ojos, detalla Escuer.  "Asimismo -continúa la experta-, debido a la duración de los viajes de largo recorrido, existe la posibilidad de que se interrumpa el patrón habitual del sueño produciendo la privación de este y eso puede generar irritación y cansancio de los ojos, creando una sensación de fatiga, de párpados pesados y tensos, enrojecimientos, dificultad para concentrarse e incluso visión borrosa".

Para aliviar los síntomas de sequedad, cansancio e irritación, desde Óptica & Audiología Universitaria recomiendan pequeñas acciones como la hidratación de los ojos mediante el uso de lágrimas artificiales. Si utilizamos lentes de contacto, mantendremos una mayor hidratación o podemos sustituirlas por las gafas mientras dura el vuelo.

Por otro lado, si se hace uso de pantallas móviles u ordenadores, hay que recordar que su uso continuo puede reducir la frecuencia del parpadeo, un aspecto muy importante para la lubricación natural ocular. Además, en la medida de lo posible, es aconsejable intentar elegir opciones de viajes que no afecten al patrón de sueño habitual como, por ejemplo, elegir vuelos que se desarrollen durante el día.

Viajes en coche

También es muy común notar los ojos cansados e irritados cuando se realizan viajes en coche y más si se está conduciendo durante períodos prolongados de tiempo. Eso enfatiza la importancia de tomarse descansos regulares durante el trayecto para aliviar el cansancio visual. Un paso sencillo para lograrlo consiste en ir cerrando los ojos por cortos espacios de tiempo y de esta forma se favorece su hidratación natural, al mantenerse la frecuencia de parpadeo habitual.

Las gafas de sol son las mejores aliadas para esos días de viaje ya que ayudan a proteger los ojos de los efectos nocivos de la radiación ultravioleta (rayos UV). Escuer advierte que la excesiva exposición a la luz solar directa puede ocasionar sequedad ocular, irritaciones o, lo que es peor, quemaduras en la córnea. A largo plazo incluso puede provocar cataratas y degeneración macular. De ahí la insistencia de la experta en el uso de unas buenas gafas de sol con unos cristales homologados y un buen filtro solar. Y, si hay un viaje de por medio, siempre irá bien si se mete en la maleta unas de repuesto para cualquier imprevisto que pueda surgir, medida que además es obligatoria para las personas que necesitan gafas graduadas para conducir. Para la conducción, lo ideal es que el cristal sea de color gris ya que ofrece un mejor contraste y altera menos los colores del entorno. En cuanto al filtro, se aconseja que sea de nivel 3, especialmente cuando se viaja a zonas de montaña o playa y si además la lente es polarizada, eliminará los reflejos molestos, que aumentan la sintomatología y fatiga visual.

Ojo a las actividades al aire libre

Viajar suele implicar conocer nuevos lugares, pero si dentro de la agenda se incluyen planes al aire libre como senderismo, ciclismo, deportes acuáticos o simplemente callejear por alguna ciudad, las gafas de sol nuevamente serán imprescindibles, sobre todo para proteger los ojos de ambientes polvorientos o ventosos, que pueden ocasionar que partículas irritantes entren en los ojos.

Protección en playas y piscinas. No se debe olvidar que el agua salada del mar y los productos químicos como el cloro, que se utilizan en las piscinas, pueden causar irritación y enrojecimiento en los ojos. Una buena alternativa para prevenir esos inconvenientes es el uso de las gafas de natación. En todo caso, si se sufre irritación ocular después del baño, se recomienda enjuagar los ojos con abundante agua limpia o aplicar gotas humectantes para limpiarlos.

Limpieza correcta de las lentes de contacto. Nunca se debe guardar las lentes de contacto en agua, ya que puede ocasionar infecciones oculares graves. Es conveniente a la hora de viajar llevar siempre en el neceser un frasco extra de líquido ¡No lo olvides!

Asegurarse de llevar la medicación ocular. Lo ideal es llevar siempre un frasco adicional en la maleta, sobre todo si se usan gotas oftálmicas para las alergias, el glaucoma o el ojo seco. Hay que pensar que, en el extranjero, una receta hecha en España no tiene validez o que simplemente no esté disponible.