El glaucoma, la epidemia silente que arrasa con la visión

Adoptar un estilo de vida saludable puede tener un impacto significativo en la prevención de esta patología que supone, a día de hoy, una de las principales causas de ceguera irreversible en el mundo.

22/04/2024

El glaucoma es una de las principales causas de ceguera irreversible en todo el mundo; según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la segunda, pues alrededor de 60 millones de personas en todo el planeta padecen de esta enfermedad. En España afecta alrededor del 3% de la población, lo ...

El glaucoma es una de las principales causas de ceguera irreversible en todo el mundo; según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la segunda, pues alrededor de 60 millones de personas en todo el planeta padecen de esta enfermedad. En España afecta alrededor del 3% de la población, lo que supone más o menos un millón y medio de personas.

Sin embargo, los datos disponibles pueden no corresponderse con su impacto real, puesto que se trata de una enfermedad silenciosa hasta en fases muy avanzadas y en las etapas inicia­les puede ser asintomática. Como aspecto positivo cabe desta­car que el conocimiento de los diferentes factores de riesgo, y adoptar un estilo de vida saludable, podrían tener un impacto significativo en la prevención de esta condición.

Andrés Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, especialista de la Unidad de Glaucoma del Instituto Oftalmológico Fernánd­ez-Vega, explica que "el glaucoma es una enfermedad ocular en la que se daña el nervio óptico que conecta el ojo con el cere­bro debido al fallo en el drenaje del líquido del interior del ojo". Por ende, incrementa la presión intraocular que puede llegar a provocar ceguera. "El diagnóstico y tratamiento tempranos son fundamentales para evitar daños irreversibles. Sin embar­go, el principal problema del glaucoma es que solo la mitad de los casos están diagnosticados debido a la ausencia de sínto­mas visibles, y cuando se muestran ya es demasiado tarde. Por ello, es muy importante la prevención", insiste Fernández-Ve­ga.

Asimismo, hace hincapié en que se trata de una patología "muy infradiagnosticada", pues solamente cuando la enferme­dad está en estado avanzado se aprecian síntomas como la pérdida de campo visual periférico o visión en túnel. "Hay un subtipo de glaucoma que puede cursar con pérdida repentina de la visión, fuertes dolores en el ojo o en la frente, enrojecimiento ocular, náuseas y vómitos o visión de arcoíris, pero la mayor parte no presentan ningún síntoma al inicio", explica el especialista de la Unidad de Glaucoma del Instituto Oftalmológico Fernánd­ez-Vega.

Población con mayor riesgo

Así, hay que prestar atención a ciertos factores de riesgo que permitirán detectar esta enfermedad en sus fases más tempra­nas. "Las personas que tienen antecedentes familiares tienen un riesgo ocho veces mayor que la población general de sufrir esta enfermedad. Los pacientes con miopía duplican y hasta triplican el riesgo de desarrollar glaucoma. Y otro de los factores más de­terminantes es la edad, donde el riesgo relativo de padecer esta enfermedad se dobla cada diez años", comenta Andrés Fernán­dez-Vega Cueto-Felgueroso.

Además, existen algunas patologías que pueden desencade­nar esta enfermedad como la diabetes, migraña, hipotensión o hipertensión arterial, o enfermedades cardiovasculares. "Por eso siempre recomendamos controlar y mantener la presión arte­rial en un nivel normal y, sobre todo, hacerse revisiones oftalmo­lógicas al menos una vez al año", enumera el doctor.

Precisamente en relación a esos factores de riesgo, el grupo Miranza ha realizado una campaña de prevención del glau­coma, en el marco de la Semana Mundial celebrada del 10 al 16 de marzo. Una de las conclusiones es que de 50 de los 360 pacientes revisados a razón de la iniciativa presentaron hiper­tensión ocular. Según los datos que se desprenden de la cam­paña, con catorce puntos de screening gratuito repartidos por seis comunidades españolas y Andorra, el 70% de las personas con presión intraocular (PIO) elevada tienen algún defecto re­fractivo, lo cual no es de extrañar, si se tiene en cuenta que la miopía o hipermetropía elevadas predisponen a sufrir glauco­ma.

La edad, otro de los factores de riesgo de la enfermedad, ha sido también un denominador común en el 33% de los pacien­tes con PIO elevada, cuya edad supera los 60 años (además de un 41% que están entre los 40 y los 60). También destaca el 25% de personas con hipertensión que cuentan con antece­dentes familiares de glaucoma, otro dato clave al que hay que prestar atención a la hora de prevenir la patología, que cuenta con un importante factor hereditario.

De igual modo, el 25% de los pacientes con índices de PIO por encima de la media se han sometido previamente a alguna ci­rugía ocular, otro factor de riesgo a considerar. Por lo que se refiere al género de los pacientes con PIO elevada, un 57% son mujeres y un 43%, hombres. Si bien se han dado más casos de mujeres en riesgo que de hombres en esta campaña, los especialistas de Miranza afirman que el glaucoma afecta indis­tintamente a ambos sexos.

Amadeu Carceller, responsable de la Unidad de Glaucoma de Hospital Quirónsalud Barcelona, coincide en remarcar la im­portancia de la prevención aprovechando la visibilidad del Día Mundial del Glaucoma. Por su experiencia, "los pacientes que tienen familiares con glaucoma ya están alerta y están más sensibilizados con las revisiones periódicas. Por eso, es importan­te incidir en que todos somos susceptibles de padecer glaucoma, olvidémonos del factor hereditario porque sería un error. Es de­terminante que tengamos presente la enfermedad y que realice­mos una visita anual a nuestro oftalmólogo. Es la única manera de diagnosticarla a tiempo". Y añade: "Un tercio de los pacientes que llegan a consulta están en esta fase avanzada con afectación en mayor o menor grado en la visión, por ello es vital la detección precoz".

La detección temprana mediante revisiones anuales es crucial para prevenir una pérdida irreversible de la visión. Algunos de los indicadores más comunes son la visión borrosa, pér­dida del campo visual, dolor ocular o halos alrededor de las luces. Así, los expertos de Quirónsalud advierten que, aunque el glaucoma puede controlarse si se diagnostica en etapas tempranas, es fundamental realizar visitas periódicas con el especialista para evitar un deterioro funcional permanente. En la forma más frecuente del glaucoma, es posible que se pier­da hasta un 40% de la visión sin que los pacientes perciban cambios significativos. A medida que la enfermedad progresa, es común experimentar una pérdida de visión en los campos laterales (periférica), visión de túnel o la aparición de manchas en la vista.

Técnicas innovadoras en tratamientos y cirugías

Pero, ¿en qué consiste la prueba para su detección y cuándo realizarla? En la Unidad de Glaucoma de Hospital Quirónsalud Barcelona, detallan, la evaluación inicial se lleva a cabo me­diante la tonometría, que consiste en la medición de la presión intraocular y la evaluación de la papila óptica.

Si se identifica una hipertensión, signo distintivo del glauco­ma o se sospecha lesión de la papila óptica, se procede con otras pruebas diagnósticas como la Tomografía de Coherencia óptica de la papila y la Campimetría Visual para determinar la etapa evolutiva de la enfermedad. A partir de ese punto, el médico especialista prescribe un tratamiento para reducir la presión ocular y detener la progresión de la enfermedad.

Por un lado, las conocidas como técnicas MIGS (Minimally Inva­sive Glaucoma Surgery) son nuevos procedimientos de cirugía del glaucoma que logran una reducción eficaz y segura de la presión intraocular. Es mínimamente invasiva para el paciente, a partir de la implantación de unos pequeños dispositivos de drenaje. Estos implantes permiten controlar la presión intrao­cular favoreciendo la salida del humor acuoso del ojo, a través de tubos que van desde la cámara anterior del ojo hasta el es­pacio subconjuntival (como el implante PreserFlo o Xen) o el espacio supracoroideo, o bien desde la cámara anterior hasta el canal de Schlemm (por ejemplo, el implante iStent injectW).

Mediante la técnica de cirugía filtrante de glaucoma (trabecu­lectomía o bienGlaucn esclerectomía profunda no perforan­te), o bien a través de la implantación de dispositivos valvu­lares, que es otra opción, se pretende favorecer el drenaje del humor acuoso y, por tanto, controlar la presión intraocular, estabilizándola durante las 24 horas del día y evitando fluc­tuaciones. Se llaman técnicas filtrantes porque lo que hacen es ayudar a "filtrar" el líquido intraocular (humor acuoso) en su flujo de salida del ojo, creando nuevas vías de desagüe del mismo.

Uno de los proyectos más destacados de la Fundación de In­vestigación Oftalmológica (FIO), auspiciada por el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, consiste en la identificación de biomarcadores de esta patología, a través de un abordaje integral. En concreto, esta línea de investigación contempla el estudio epigenético, combinado con la información genética de la población estudiada, para promover nuevos abordajes que posibiliten un diagnóstico precoz del glaucoma.

De igual modo, se evalúan posibles alteraciones de elementos esenciales a nivel sistémico y se contempla la integración de los datos mediante biología de sistemas y herramientas bioin­formáticas que contribuya a la comprensión, diagnóstico y manejo personalizado de la enfermedad.

"El proyecto pretende mejorar el manejo del glaucoma mediante la investigación traslacional con objeto de cambiar los plantea­mientos clásicos de diagnóstico y tratamiento de patologías ocu­lares con componente hereditaria, hacia un abordaje de medi­cina y cirugía personalizada", apunta Andrés Fernández-Vega. No en vano, el desarrollo de esta línea de investigación implica un enfoque multidisciplinar integrado que proporcionará una visión exhaustiva de la etiología del glaucoma y contribuirá l estudio multiparamétrico individualizado de pacientes con esta enfermedad.

"Las aplicaciones clínicas de la genética y epigenética oftalmoló­gica van en aumento debido a los continuos avances en el cono­cimiento de las causas moleculares de las enfermedades oculares y a la aparición y adaptación de nuevas tecnologías", asegura el doctor.

Envejecimiento saludable a todas las edades

Por todo ello, y a pesar de lo que comúnmente se cree, el glau­coma es una patología que puede afectar a toda la población. Pero al mismo tiempo, existen determinados factores de ries­go frecuentes que aumentan las probabilidades de desarrollar esta enfermedad.

En este sentido, la OMS ha establecido la década del Enveje­cimiento Saludable (2021-2030), con el objetivo de subrayar la importancia de abordar aspectos clave de la salud, incluida la salud visual, para promover el bienestar en la vejez. En este contexto, desde del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega resaltan la conexión entre el glaucoma y un envejecimiento saludable, insistiendo en la necesidad del cuidado preventivo para evitar el desarrollo de este tipo de enfermedades.

Algunas de las recomendaciones que dan los expertos de esta institución son, en primer lugar, practicar ejercicio de forma regular. Igual de importante es llevar una dieta nutritiva en la que se incluyan frutas, verduras y alimentos ricos en antioxi­dantes, como son aquellas de color verde, naranja y amarillo. Y, por supuesto, evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco.

Conviene, asimismo, proteger los ojos usando gafas de sol que bloqueen los rayos UV y utilizar protección ocular adecuada durante actividades que puedan representar un riesgo de le­siones oculares. Y reducir el estrés, ya que puede aumentar la presión intraocular.

En resumidas cuentas, "a día de hoy, tenemos la posibilidad de frenar la progresión del glaucoma e hipertensión arterial desde estadios muy iniciales", afirma Lucía Perucho, especialista en Glaucoma de Miranza Mallorca. A esto añade que "las diferentes técnicas disponibles en la actualidad permiten que los pacientes diagnosticados hace años con mal pronóstico conserven la visión a largo plazo y para toda la vida". No obstante, concluye, la de­tección temprana de estas enfermedades será clave para pre­venir una mayor pérdida de la visión y aplicar el tratamiento más adecuado en cada caso.

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