Revisarse la vista periódicamente es importante para mantener una correcta salud visual. A través de un sencillo examen, un óptico experto puede prevenir y solucionar muchos problemas relacionados con la visión. Y es que, según datos de General Optica seis de cada diez españoles no se revisa la vista, a pesar de que ...
Revisarse la vista periódicamente es importante para mantener una correcta salud visual. A través de un sencillo examen, un óptico experto puede prevenir y solucionar muchos problemas relacionados con la visión. Y es que, según datos de General Optica seis de cada diez españoles no se revisa la vista, a pesar de que algo tan sencillo como acudir a nuestra óptica de confianza periódicamente supone aumentar la calidad de vida de las personas a cualquier edad.
Realizar un examen ocular es importante por múltiples razones, los expertos de General Optica indican las principales:
Detección de problemas visuales
Un examen ocular permite identificar y corregir problemas visuales muy comunes entre la población, como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia.
Mantenimiento de la salud ocular
La revisión por parte de un óptico de confianza es esencial para mantener la salud de los ojos. Al identificar problemas en etapas tempranas, es posible abordarlos antes de que la calidad de la visión se vea comprometida.
Revisión y puesta al día de gafas o lentillas
En ocasiones la visión cambia con el paso del tiempo. Por tanto, revisarse la vista periódicamente permite comprobar si la graduación ha cambiado y de esta manera detectar si hace falta actualizar las gafas o las lentillas para garantizar una visión nítida.
Prevención de problemas de aprendizaje
Los problemas visuales no diagnosticados pueden afectar el rendimiento académico de los niños, por lo que una revisión ocular permite identificar y abordar las circunstancias relacionadas con la visión que pueden estar interfiriendo con su aprendizaje.
Conducción segura
Tener una buena visión es esencial para conducir de manera segura. El profesional óptico puede detectar, a través de un sencillo examen, si existe alguna condición que esté afectando la capacidad para ver claramente la carretera, la señalización y a los otros vehículos.
Uso de dispositivos electrónicos
Muchas personas trabajan o pasan muchas horas frente a pantallas de ordenadores, tabletas y smartphones, lo que puede contribuir a desarrollar fatiga ocular y otros problemas visuales. Los expertos ópticos ofrecen recomendaciones y soluciones para reducir el malestar asociado al uso de dispositivos electrónicos.
En qué consiste una revisión de la vista
La revisión de la vista es un proceso en el que el óptico evalúa la visión. Se trata de un procedimiento muy sencillo, que comenzará con una conversación para que el profesional conozca las necesidades y sintomatología del paciente, así como sus hábitos visuales. También se repasará su historial médico.
A continuación, se valorará la capacidad de visión a través de un test de agudeza visual. Se comprobará si el paciente necesita gafas o lentillas y, si es el caso, el óptico le mostrará unas gafas de prueba con la graduación recomendada para que compruebe la mejora que puede llegar a conseguir.
Una vez terminada la graduación, se entrega al paciente un informe óptico con la recomendación de la mejor solución visual para su caso en concreto. Asimismo, el profesional le comentará cuál sería la planificación necesaria según sus necesidades de seguimiento.
A qué edad hay que realizar una revisión visual
La realización una revisión de la visión personalizada es recomendable en todas las etapas de la vida, ya que está destinada a valorar y preservar la visión en función de cada circunstancia. Según General Optica las edades recomendadas son:
- De los 6 a los 12 meses: si el bebé desvía algún ojo o en las revisiones pediátricas se detecta alguna anomalía ocular será necesaria una revisión.
- De 1 a 2 años: a esta edad se puede valorar si el niño posee un correcto alineamiento ocular o presenta errores de refracción, y si sus habilidades visuales son las que corresponden a su edad. A los 18 meses se podrá explorar el fondo de ojo dilatando su pupila.
- De 3 a 4 años: es conveniente evaluar su agudeza visual. Si se detecta ojo vago en esta edad se puede corregir, ya que el pequeño no ha completado su desarrollo. Además, el profesional podrá valorar si el niño tiene miopía, astigmatismo o hipermetropía y, por tanto, necesita gafas.
- De 6 a 15 años: en esta edad los niños se encuentran en pleno desarrollo, por lo que es necesaria la realización de pruebas orientadas a comprobar que el funcionamiento de los ojos sea equilibrado. Se realiza una revisión visual de cerca y de lejos para confirmar que todo es correcto, ya que de lo contrario el rendimiento escolar podría verse afectado.
- De 16 a 40 años: en esta etapa los ojos están sometidos a un alto nivel de esfuerzo, ya que las jornadas de estudio y de trabajo, además del tiempo de exposición a las pantallas, suele ser muy elevado. Un servicio visual personalizado supone realizar pruebas de valoración del rendimiento visual en función de la actividad que se realiza, o pruebas específicas para cuadros en los que exista sintomatología como la fatiga ocular.
- De 41 a 65 años: en este tramo de edad las revisiones visuales periódicas son recomendables porque se producen los primeros síntomas de la vista cansada y hay que ir actualizando de manera continuada la graduación para compensar la presbicia.
- A partir de los 65 años: cuando la persona es mayor debe cuidar al máximo la visión, lo que le permitirá mantener su independencia. Las pruebas en esta franja de edad estarán centradas en la prevención de problemáticas visuales que puedan mermar la calidad de vida del paciente.
Dudas sobre las revisiones visuales
Algunas personas, especialmente las no familiarizadas con las revisiones visuales, tienen dudas sobre estos exámenes. Estas son algunas de las preguntas más frecuentes a las que Elena Barberán, óptico optometrista a cargo de Servicios de Salud Visual de General Optica da respuesta:
1. ¿Cuándo acudir a una revisión visual?
La revisión de la vista tiene que ser periódica, tanto si la persona nota que no ve bien, como si no presenta ninguna sintomatología. En líneas generales, si no existe ningún problema visual previo, lo recomendable es realizarse una revisión al menos una vez al año.
2. ¿Es dolorosa la revisión de la vista?
No es un procedimiento doloroso. Si la persona sufre algún tipo de molestias durante la prueba es necesario que se lo comente al profesional óptico.
3. ¿Me dilatarán las pupilas?
En algunas revisiones oculares, puede que se opte por dilatar las pupilas para obtener una visión más clara del fondo del ojo, pero no es un procedimiento habitual. Cuando se dilata la pupila, la persona puede tener una visión borrosa de cerca y sensibilidad a la luz, pero los efectos desaparecen por completo al cabo de unas horas.
4. ¿Puedo acudir con lentillas cuando vaya a la revisión visual?
Se puede acudir con lentillas, pero hay que informar al profesional de que se están utilizando. El óptico indicará cuándo es necesario retirarlas para la realización de ciertas pruebas, como el test de agudeza visual.
5. ¿Cómo sé si necesito gafas?
Alguna sintomatología, como la visión borrosa, la fatiga visual o los dolores de cabeza, puede significar que se necesita gafas. Pero la mejor manera de comprobarlo es acudir a un profesional óptico de confianza para que valore los síntomas y establezca las pruebas oportunas.
6. ¿Cuánto tiempo lleva una revisión visual?
La duración del examen puede variar, pero generalmente ocupa entre treinta y sesenta minutos. El tiempo puede ser menor o mayor en función de la complejidad de cada caso y las pruebas que sea necesario realizar.
7. ¿Qué debo llevar a una revisión visual?
Conviene llevar las gafas o las lentillas, si se utilizan, así como un historial médico con la medicación que se está tomando. También puede ser útil confeccionar una lista con las preguntas o dudas que se tengan, para no olvidar nada.
Elena Barberán finaliza: "Las revisiones visuales permiten a los profesionales identificar si existen problemas de la visión que pueden ser corregidos, no solo para conseguir una visión clara y cómoda, sino también para que el paciente tenga una mayor calidad de vida sin que vea mermadas sus capacidades en situaciones cotidianas. Además, cuidar de la salud visual es una manera de garantizar el bienestar general de una persona, ya que la capacidad de ver tiene un impacto directo en múltiples facetas del día a día".