Cómo transitar hacia una industria sostenible

El sector de la óptica y la optometría avanza, cada vez más, hacia nuevos caminos protagonizados por la sostenibilidad. Ser cuidadoso con el medio ambiente y ayudar a paliar la crisis climática es posible incorporando, en todo el proceso, iniciativas verdes y eco.

19/06/2024

Frenar la crisis climática o evitar la contaminación es importante y una imperiosa necesidad global que se ha convertido en un deber para todos y cada uno de los ciudadanos. En juego está el futuro de todos y del Planeta. En los últimos años, se ha avanzado mucho y las ...

Frenar la crisis climática o evitar la contaminación es importante y una imperiosa necesidad global que se ha convertido en un deber para todos y cada uno de los ciudadanos. En juego está el futuro de todos y del Planeta. En los últimos años, se ha avanzado mucho y las entidades y los gobiernos han puesto en el centro de sus programas conceptos básicos de la sostenibilidad. Por su parte, los consumidores piden productos más sostenibles y respetuosos con el entorno. Y esto, claro está, obliga también al sector empresarial a replantearse su modus operandi. Incluida, naturalmente, la industria sanitaria como el caso de la optometría.

Pero ¿cómo hacerlo? Para ello, la investigación y las nuevas tecnologías van a ser primordiales y es que hay que desarrollar nuevos materiales, alternativos y mejores, y ofrecer productos sostenibles y a precios similares a los más tradicionales. Las nuevas propuestas lanzadas al mercado deben ir ya en consonancia con esta filosofía más verde que demuestra un respeto real por la naturaleza y el entorno y, a su vez, por la sociedad. Porque cuidar del Planeta está en manos de todos. Y ha dejado de ser una opción para pasar a ser un deber. 

La fabricación de lentes eco

Uno de los primeros pasos que puede (y debe) dar el sector de la óptica y optometría es diseñar y fabricar envases más ecológicos. También hay compañías que han implementado el uso de materias primas de base biológica. Se trata, en realidad, de mantenerse alerta y comprender el mundo actual y sus necesidades. En este sentido, los expertos tienen sobre la mesa debates que giran, por ejemplo, en torno al uso y gestión de los residuos. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años alertando del riesgo de los microplásticos y animando a reducir drásticamente la contaminación asociada a su uso. Y aquí la industria tiene mucho recorrido y es que, mayormente, los materiales usados para fabricar las lentes oftálmicas han pasado, con los años, del vidrio al plástico. Y esto tiene un impacto ambiental real. Para una profesión sostenible, el sector debe fomentar una nueva realidad relacionada con los materiales tanto en las monturas como en las lentes oftálmicas para gafas e, incluso, lentes de contacto.
Por ejemplo, DbyD, marca exclusiva de +Visión, cuenta con una colección formada por 14 monturas, todas ellas con cristales polarizados, bisagras de alta calidad y plástico HDPE (plástico reciclable), fabricado en colaboración con Envision Plastic utilizando plásticos encontrados en el océano. Se le da así una segunda vida a esos plásticos que acaban en los océanos. 

Para avanza hacia ese futuro verde, el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas se compromete a impulsar un medio ambiente mejor para todos. Y para ello, prioriza también las relaciones con proveedores adaptados a las nuevas exigencias de este desarrollo sostenible. Paralelamente, recuerda que es crucial diseñar productos que, más adelante, puedan ser reciclables y poner el foco en los embalajes y en su futuro uso. Es decir, además de las medidas implantadas para generar la menor cantidad posible de contaminantes, es importante potenciar medidas sostenibles en la fabricación, producción, empaquetado, distribución y publicidad de las instrumentales ópticos, productos y complementos. Para el CNOO, el ahorro energético y de agua en todo este proceso también debe ser uno de los aspectos primordiales que asegure que la industria reduce su impacto negativo y busca aportar valor. 

Por su parte Eva Ivars, consejera delegada de Alain Afflelou en España, añade que para conseguir una óptica sostenible hay que trabajar tres aspectos fundamentales dentro de cada empresa: el ambiental, el social y el corporativo. Según su punto de vista, por ejemplo, hay que prestar especial atención a la huella ambiental procedente de la fabricación de los productos. Para reducirla, aconseja utilizar materiales reciclados o reciclables, o materiales biodegradables. 

Algo que, en realidad, lleva años haciéndose en España. Cada vez es más común encontrar marcas que usen materia prima verde y ofrecen lentes ecológicas. De hecho, el Instituto Tecnológico de Óptica, Color e Imagen (AIDO), el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) y el Centro Tecnológico AINIA, han llevado a cabo el proyecto OPTOBIO. O lo que es lo mismo, han desarrollado un material apto para fabricar monturas de gafas totalmente biodegradable. Este material lo han obtenido de subproductos de la industria de zumos. También, claro está, hay que adaptar el transporte y la logística y la manera de comunicar y hacer publicidad. En definitiva, hay que poner cuidado y sensibilidad a cada una de las partes implicadas en el proceso desde la idea y boceto inicial hasta la entrega al consumidor. 

La optometría y la óptica deben, por lo tanto, conocer el funcionamiento de su día a día e implantar nuevas medidas hacia la plena sostenibilidad que fomenten una actividad con el mínimo impacto tanto en los establecimientos, fábricas, etc. Algunos ejemplos de medidas sostenibles son la recogida, en las ópticas, de gafas o lentes de contacto o cuidar que el packaging sea realmente reciclable. Es difícil eliminar de golpe todos los pasos contaminantes en esta industria, pero hay muchas iniciativas que ayudan a reducir no solo emisiones perjudiciales para el entorno, también a rebajar los costes de producción y mejorar los negocios y caminar hacia una optometría más sostenible.

Lentes de contacto

Conseguir una industria más sostenible no solo está en manos de los fabricantes o establecimientos, la sociedad también puede aportar mucho. A nivel individual, los usuarios de lentillas, por ejemplo, pueden implantar hábitos verdes que cuiden su salud, pero también la del medioambiente. Una muestra: no tirar las lentes de contacto por el inodoro, desagüe o váter. Son productos que tardan en degradarse y que contaminan con microplásticos. Tampoco deben ir al cubo amarillo de reciclaje. Las lentillas deben desecharse en el contenedor de basura normal o en el gris de resto de residuos no clasificados. 

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