Decálogo para combatir el síndrome visual informático

 Entre los síntomas del SVI se encuentran la irritación ocular, la fatiga visual, la visión borrosa, la sequedad ocular y el dolor de cabeza, cuello y hombros.

13/09/2024

Las vacaciones se acaban y retomamos la rutina. Esto significa, para muchos, volver a la oficina y pasar alrededor de ocho horas diarias frente al monitor del ordenador, exigiendo a nuestros ojos largos periodos de enfoque continuo de la vista, y una exposición prolongada al brillo intenso de la pantalla. Durante las ...

Las vacaciones se acaban y retomamos la rutina. Esto significa, para muchos, volver a la oficina y pasar alrededor de ocho horas diarias frente al monitor del ordenador, exigiendo a nuestros ojos largos periodos de enfoque continuo de la vista, y una exposición prolongada al brillo intenso de la pantalla.

Durante las vacaciones, al no someter al ojo a este esfuerzo, la musculatura del ojo se encuentra más relajada. A la vuelta al trabajo, volvemos a exponer demasiado los ojos a las pantallas de los diferentes dispositivos digitales y hacemos que realicen un sobreesfuerzo visual. "Este cambio conlleva la aparición de problemas de visión como el síndrome visual informático" explica Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria, quien añade que "aunque estos síntomas pueden darse a lo largo de todo el año, se acentúan durante la vuelta al trabajo".

¿Sensación de cansancio y sequedad en los ojos?

Según los datos del Colegio Oficial de Ópticos y Optometristas de Catalunya, se calcula que hasta un 90% de la población española que trabaja en oficinas padece el síndrome visual informático. Entre sus síntomas se encuentran la irritación ocular, la fatiga visual, la visión borrosa, la sequedad ocular y el dolor de cabeza, cuello y hombros. La mayoría de estos síntomas pueden desaparecer una vez dejamos de usar el ordenador, pero en algunos casos pueden persistir aún después.

"Algunos de los síntomas del síndrome visual informático se puede reducir con el uso de lentes que ayuden a relajar el sobreesfuerzo que supone un enfoque continuado en las pantallas digitales y/o con la aplicación de filtros que atenúan parte de la luz azul que emiten las mismas", afirma Escuer.

Decálogo para combatir el SVI

Además de estas lentes y filtros, hay una serie de consejos que nos pueden ayudar a hacer frente a este problema:

  1. Seguir la regla del 20-20-20: Apartar la mirada durante 20 segundos, cada 20 minutos enfocando a una distancia de 20 pies (6 metros).
  2. Parpadear con regularidad para evitar la sequedad. Cuando centramos la atención en una pantalla normalmente parpadeamos con menos frecuencia y realizamos un mayor número de parpadeos incompletos. También podemos utilizar gotas humectantes para mantener una buena hidratación ocular.
  3. Hacerse una revisión optométrica para comprobar si se necesita alguna lente que ayude a relajar el esfuerzo visual continuado.
  4. Ajustar la resolución y el contraste del monitor. Cuanta mayor sea la resolución de la pantalla habrá un mayor confort visual.
  5. El brillo del monitor no debe ser ni demasiado intenso ni demasiado tenue. Además, es básico mantenerlo libre de polvo y huellas, ya que pueden reducir la claridad, al producir molestos reflejos.
  6. Evitar los deslumbramientos y reflejos en la superficie de la pantalla. Es aconsejable eliminar las fuentes de luz que se encuentren en la zona periférica y posicionar el monitor perpendicular a las ventanas o a otras fuentes de iluminación.
  7. Las personas que llevan gafas o lentillas tienen que asegurarse de que tienen la graduación actualizada y son apropiadas para su distancia de trabajo.
  8. Comprobar la humedad. Para evitar la sequedad ocular hay que evitar corrientes de aire o habitaciones con exceso de calefacción y mantenerse hidratado.
  9. Al utilizar portátiles o tablets, siempre que sea posible, hay que colocarlos más alto que las rodillas y utilizar una funda que se doble y sirva de apoyo a la tablet.
  10. Al utilizar el smartphone, hay que sujetarlo de forma relajada, con los pulgares colocados ligeramente sobre el teclado. Evitar utilizar una sola mano.