El uso de lentillas es cada vez más común entre la población española como una alternativa cómoda y estética a las gafas. De hecho, según la última Encuesta Europea de Salud publicada por el INE en 2020, hasta 24,4 millones de personas mayores de 15 años usaban gafas o lentillas ...
El uso de lentillas es cada vez más común entre la población española como una alternativa cómoda y estética a las gafas. De hecho, según la última Encuesta Europea de Salud publicada por el INE en 2020, hasta 24,4 millones de personas mayores de 15 años usaban gafas o lentillas en España, lo que supone el 61% de la población del país. Sin embargo, una utilización incorrecta o la falta de una higiene adecuada puede derivar en infecciones oculares y otros problemas de salud visual.
"Las personas que las utilizan de forma inapropiada se enfrentan a problemas graves como conjuntivitis, queratitis o úlceras corneales. Estas afecciones causan dolor, enrojecimiento y visión borrosa, e incluso pueden provocar daños permanentes si no se tratan a tiempo. Por ello, es fundamental acudir al especialista ante cualquier síntoma inusual", explica la Dra. Amina El Rubaidi, jefa de Oftalmología del Hospital Universitario Sanitas Virgen del Mar y cojefa en el Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
Ante esta situación, la experta ha preparado una serie de recomendaciones para usar las lentillas correctamente:
Mantener las manos limpias: es importante recordar que virus, bacterias u hongos pueden causar problemas en los ojos. Por lo tanto, antes de manipular las lentillas, hay que lavarse bien las manos con agua y jabón y asegurarse de secarlas completamente después.
Extraer las lentes de contacto una a una del estuche: empezar siempre por el mismo ojo es sugerible para crear una rutina y eludir confusiones, sobre todo si la graduación de cada lentilla es diferente. Asimismo, al retirarlas del estuche, se debe hacer con delicadeza, ya que están fabricadas con materiales muy sensibles.
Verificar que las lentillas están limpias: antes de colocárselas, es necesario comprobar que no haya restos como pelusas o pestañas adheridas a ellas, confirmando que se encuentran en perfecto estado para evitar daños o molestias.
No dormir con ellas puestas: a menos estén diseñadas específicamente para uso prolongado, no se debe dormir con lentillas. Durante el sueño, la disminución de oxígeno en los ojos provoca infecciones oculares y aumenta la sequedad ocular, lo que podría originar malestar al día siguiente.
Descansar si se nota sequedad o irritación: si se experimenta cierta incomodidad al utilizar las lentillas, hay que retirarlas y ponerse gafas por un tiempo para que los ojos se recuperen y mantengan una hidratación natural. Cabe señalar que forzar su uso en estas condiciones provocará daños a la superficie ocular.
Retirarlas antes de meterse en la ducha: el agua, incluso la potable, puede contener microorganismos que se adhieren a las lentes de contacto, lo cual puede ocasionar infecciones graves en los ojos. Además, podría alterar la forma de las lentillas, reduciendo su efectividad y comodidad, por lo que es recomendable quitarlas antes de cualquier exposición, ya sea en la ducha, piscina o spa.
En último lugar, la Dra. El Rubaidi advierte de la importancia de lavar las lentillas de manera oportuna. Para ello, ha elaborado un breve listado con consejos para mantenerlas limpias y cuidadas: