Utilizar el ojo como lente para detectar enfermedades que afectan a todo el organismo es la base de un campo emergente en el ámbito científico-médico como es la la investigación oculómica. Este tipo de investigación trata de utilizar el ojo como una ventana a la salud. "Hasta el 80 por ciento de ...
Utilizar el ojo como lente para detectar enfermedades que afectan a todo el organismo es la base de un campo emergente en el ámbito científico-médico como es la la investigación oculómica. Este tipo de investigación trata de utilizar el ojo como una ventana a la salud. "Hasta el 80 por ciento de la población mayor de 60 años tiene al menos un problema de salud que puede detectarse a través de este nuevo concepto", según afirman investigadores de la la Escuela de Optometría y de la Escuela Luddy de la Universidad de Indiana (IU) (EEUU).
Stephen A. Burns, profesor de la Escuela de Optometría de la IU, es uno de los impulsores de este concepto enfocado a detectar señales de alerta temprana de enfermedades como diabetes, enfermedades cardíacas y renales, Alzheimer y anemia de células falciformes, entre otras, con un simple escaneo ocular. "Esta investigación trata de utilizar el ojo como una ventana, partiendo de que la retina es la única parte directamente observable del sistema nervioso central. Queremos ofrecer a los profesionales de la salud la visión más clara posible del organismo, de forma no invasiva", subrayó dicho investigador.
La investigación del prof. Burns sobre el uso del ojo para detectar enfermedades se remonta a principios de la década de 2000, cuando él y su equipo de la Escuela de Optometría de la IU fueron de los primeros en la aplicación de sistemas láser de escaneo de óptica adaptativa a la observación del ojo humano.
Tras el rastro de biomarcadores
El equipo del prof. Burns ha utilizado esta tecnología que incluye un oftalmoscopio para identificar biomarcadores de diabetes e hipertensión en las paredes de los vasos sanguíneos oculares. Y es que con ella se puede observar la parte posterior del ojo humano con una resolución de dos micrones, una escala lo suficientemente pequeña como para mostrar el movimiento en tiempo real de los glóbulos rojos dentro de las arterias y venas del ojo (un solo glóbulo rojo tiene aproximadamente ocho micrones de ancho).
"Hay cada vez más pruebas de que la enfermedad de Alzheimer tiene un fuerte componente vascular en la retina. En la actualidad, se pueden ver los signos con tomografías por emisión de positrones, que requieren instrumentos grandes y multimillonarios. Si podemos ver los mismos signos con una tomografía ocular, es mucho menos invasiva y mucho menos costosa", indicó dicho investigador.
Un paso adelante, al respecto, consistirá en la validación de datos para confirmar que las lecturas de los nuevos instrumentos coinciden con las de versiones anteriores de la tecnología. El investigador también comparará la interpretación de los escaneos del nuevo sistema de inteligencia artificial con las conclusiones de los analistas humanos para confirmar la precisión. "Necesitamos demostrar que podemos detectar las diferencias entre las enfermedades, para interpretar con rapidez y precisión los signos de las diversas enfermedades en las que nos centramos", concluyó el prof. Burns.