El 9 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Microtia, una condición congénita que afecta al oído externo de 1 de cada 10.000 niños. Por lo general, las personas nacidas con microtia se ven afectadas solo en un oído (microtia unilateral), pero, en aproximadamente 1 de cada 10 niños ...
El 9 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Microtia, una condición congénita que afecta al oído externo de 1 de cada 10.000 niños. Por lo general, las personas nacidas con microtia se ven afectadas solo en un oído (microtia unilateral), pero, en aproximadamente 1 de cada 10 niños con microtia, ambos oídos están involucrados (microtia bilateral).
La microtia ("oreja pequeña" en griego) es una deformidad de la oreja externa que, a menudo, deriva en casos de pérdida auditiva. Es por ello que, desde MED-EL, compañía líder en implantes auditivos, recalcan la importancia de la intervención temprana con sistemas auditivos de conducción ósea para apoyar el desarrollo del lenguaje en función de la edad del paciente.
Para los niños con microtia y pérdida auditiva asociada, el tratamiento temprano es vital para prevenir retrasos en el desarrollo del habla. Más allá de la audición, las diferencias visibles en la estructura de la oreja pueden afectar la autoconfianza y el bienestar mental general del niño. La reconstrucción quirúrgica de la oreja es una opción para abordar los desafíos estéticos de la microtia.
Además, la microtia suele ir acompañada de atresia, que implica la ausencia de una abertura natural en el cuerpo. Esto, a su vez, impide que el sonido llegue al oído interno, causando pérdida auditiva conductiva de moderada a severa. En concreto, alrededor del 60% de los casos de microtia-atresia están vinculados a síndromes como Goldenhar o Treacher-Collins.
Esta condición puede presentarse en cuatro diferentes niveles de severidad, categorizados de menor a mayor: en el grado 1, la oreja conserva la mayor parte de su forma, pero presenta alteraciones menores y en el 2, partes de la estructura de la oreja están ausentes o poco desarrolladas. El grado 3 es el más común y suele presentarse con solo una pequeña porción del lóbulo en forma de cacahuete. Por último, el grado 4 es el más grave, ya que implica una ausencia total de la oreja externa.
"Es esencial que los padres busquen un tratamiento temprano para los niños con microtia-atresia para abordar la pérdida auditiva y proporcionar acceso al sonido, apoyando hitos críticos en el desarrollo del habla y el lenguaje", señala Kevin Vukovich, Gerente Senior de Producto para el implante BONEBRIDGE de MED-EL. "Ya sea un recién nacido que utiliza ADHEAR, nuestro sistema auditivo de conducción ósea no quirúrgico, o un niño mayor o adulto con el implante auditivo transcutáneo BONEBRIDGE, ofrecemos un portafolio integral de soluciones auditivas para satisfacer las necesidades únicas de cada paciente a lo largo de su vida", añade.
Microtia y conducción ósea
Los audífonos convencionales no son efectivos para la microtia-atresia, ya que la oreja y el canal auditivo malformados impiden que el sonido pase y la oreja deformada no permite que el audífono se coloque en ella o detrás de ella.
Ante esta situación, la tecnología de conducción ósea ofrece una alternativa exitosa, ya que transmite el sonido desde el cráneo directamente al oído interno.
En este sentido, MED-EL ha desarrollado sistemas modernos de conducción ósea para todas las edades, incluso bebés y niños. Las soluciones auditivas no quirúrgicas son clave para bebés y niños pequeños, ya que sus cráneos aún son delgados y se encuentran en desarrollo. Estos sistemas se adaptan al costado de la cabeza mediante un adaptador adhesivo, proporcionando un sonido claro a pesar de las deformidades de la oreja y permitiendo el desarrollo del habla.
Para los niños de cinco años o más, los implantes de conducción ósea son idóneos. Estos implantes transmiten el sonido directamente al oído interno dejando la piel intacta. El componente externo se sostiene magnéticamente al costado de la cabeza, asegurando una restauración auditiva efectiva que imita las vías auditivas naturales. Esta transición de sistemas adhesivos a implantes proporciona a los niños un apoyo auditivo estable y confiable a medida que crecen.
La historia de Daniel, una nueva vida sin limitaciones
Para Daniel, un niño español de 10 años, un implante BONEBRIDGE le brindó la experiencia transformadora de escuchar tanto en su vida cotidiana como en su pasión por la música. "Mi BONEBRIDGE y el procesador de audio SAMBA 2 me permitieron escuchar tantos sonidos que ni siquiera sabía que me estaba perdiendo. Cambió todo. Ahora puedo tocar el violonchelo y disfrutar de la música sin ninguna limitación", expresa.
Su camino con la microtia-atresia comenzó con un dispositivo de conducción ósea no quirúrgico, pero a medida que creció, él y su familia decidieron optar por una solución más permanente. "Ahora, con el implante, puedo participar en conversaciones sin necesidad de que me repitan las cosas, y me siento más conectado con todo lo que me rodea", explica. Hoy, Daniel practica el violonchelo a diario, compite en concursos de música y disfruta de sus deportes favoritos sin restricciones, una prueba de que los implantes auditivos pueden cambiar la vida de los niños con microtia-atresia.
El diagnóstico e intervención temprana son esenciales para los niños con microtia y pérdida auditiva asociada. Consultar a un audiólogo pediátrico o a un especialista en otorrinolaringología puede ayudar a identificar opciones de tratamiento efectivas y apoyar el desarrollo del niño a medida que crece. Más detalles sobre microtia-atresia y las soluciones auditivas disponibles para todas las edades se pueden encontrar en la web de MED-EL.