Rosa del Villar Rodríguez, óptica optometrista de Centro Visual Independencia, de Zaragoza, se decidió por esta profesión porque le "gusta el trato personal y quería algo centrado en el área de salud", afirma. Y el mundo de la óptica los combina ambos. Su día a día en la óptica es lo ...
Rosa del Villar Rodríguez, óptica optometrista de Centro Visual Independencia, de Zaragoza, se decidió por esta profesión porque le "gusta el trato personal y quería algo centrado en el área de salud", afirma. Y el mundo de la óptica los combina ambos.
Su día a día en la óptica es lo habitual: "Atender a los pacientes, preparar los encargos de la óptica, aconsejar y graduar ,etc.". Pero también ejercer un poco otros papeles ajenos a su profesión, ya que, como explica Rosa del Villar, "muchas veces hacemos de psicólogos".
Unos clientes que lo que más demandan actualmente es "graduación y adaptación de lentes de contacto". Algo para lo cual en Centro Visual Independencia tienen "una gran experiencia".
También, en relación con los clientes, Rosa del Villar tiene alguna que otra anécdota. "Muchas veces vienen pacientes diciendo que saben que necesitan gafas porque se han puesto las de un compañero. O preguntan si las lentes de contacto pueden irse detrás del ojo y llegar al cerebro", explica Rosa del Villar, quien valora, como lo mejor de su profesión, "el trato cercano con los pacientes. No obstante, al ser Centro Visual Independencia una óptica pequeña, se mima mucho al cliente".
Respecto a los cambios acaecidos en la profesión en los últimos años, esta óptica optometrista, de dilatada experiencia en el sector, afirma que lo que más destacaría es el hecho de que "han bajado mucho los precios de la gafas". Y al mismo tiempo que hoy en día "la óptica también es un establecimiento de moda".
Pero Rosa del Villar no solo hace referencia a esos cambios. A nivel de adelantos y novedades, destaca "las lentes de contacto progresivas, para la gestión de la miopía en los niños y el uso de progresivos ocupacionales, por ejemplo".
En relación a la pregunta hacia dónde cree que se dirige el mundo de la óptica en el futuro, la profesional afirma con rotundidad que "nuestra sociedad va hacia un mundo con gafas". Su respuesta se avala en la gran exposición de la gente a las nuevas tecnologías, haciendo referencia a "la utilización excesiva de los dispositivos móviles y el estar mucho tiempo en espacios cerrados".
Mientras que, al ser preguntada por lo que cree que debería cambiar de la profesión, se centra concretamente en uno de los productos de sector, las gafas de sol. Para ella debería revertirse el "intrusismo en el mundo de las gafas de sol", puesto que, con ello, lo único que se consigue es "dar un mensaje equivocado a los usuarios de este producto", concluye.
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