Se localiza mediante un examen visual que evalúa la agudeza visual y mide el defecto refractivo con lentes de prueba o dispositivos como el autorrefractómetro. Los ópticos optometristas desempeñan un papel clave en la detección, corrección y gestión de la miopía; que es un trastorno ocular que afecta la capacidad ...
Se localiza mediante un examen visual que evalúa la agudeza visual y mide el defecto refractivo con lentes de prueba o dispositivos como el autorrefractómetro. Los ópticos optometristas desempeñan un papel clave en la detección, corrección y gestión de la miopía; que es un trastorno ocular que afecta la capacidad de ver claramente los objetos lejanos. Sus síntomas principales son precisamente la dificultad para ver objetos a distancia, como señales de tráfico o pizarras; entrecerrar los ojos para enfocar; y dolores de cabeza o fatiga ocular debido al esfuerzo visual.
Éste es un defecto de refracción en el que los objetos cercanos se ven claramente, pero los lejanos se ven borrosos. Ocurre porque la luz que entra al ojo se enfoca delante de la retina en lugar de hacerlo directamente sobre ella. Es decir, se caracteriza por la incapacidad de enfocar objetos lejanos debido a un alargamiento excesivo del ojo o una curvatura anómala de la córnea o el cristalino.
Precisamente, la enfermedad oftalmológica que más está creciendo en prevalencia es la miopía, por lo que representa un problema significativo de Salud pública. Se calcula que aproximadamente un 34 % de la población, una de cada tres personas, la padece. Su incremento se debe a cambios en los hábitos de vida, como el aumento del tiempo en actividades de cerca y el uso excesivo de pantallas. Para el año 2050, se prevé que más del 50 % de la población será miope, con un 10 % sufriendo miopía alta, lo que incrementa el riesgo de complicaciones graves como desprendimiento de retina o degeneración macular.
Aunque tiene un componente genético, factores ambientales y de estilo de vida desempeñan un papel crucial en su desarrollo y progresión. En ese sentido, está asociada a la actividad cercana mantenida. Si, en una etapa de crecimiento, miramos todo el día cosas de cerca, el mensaje que se manda al ojo es que se adapte morfológicamente para ver bien de cerca, y no tanto de lejos.
Según Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria, "el ojo miope es más largo de lo normal y puede seguir creciendo hasta que la persona cumple entre 17 y 18 años, coincidiendo con la etapa en la que finaliza el crecimiento". Por este motivo, es tan importante prevenir, a base de controlar su desarrollo hasta esa edad, ya que la miopía va avanzando durante la infancia y adolescencia, y tiende a estabilizarse entre los 20 y los 30 años.
Por su parte; Montse Augé Serra, profesora titular en la Facultat d'Òptica i Optometria de Terrassa (UPC), de optometría infantil y terapia visual, en otra entrevista, advirtió de que "la miopía es una alteración visual que se encuentra entre las cinco condiciones calificadas de prioridad inmediata por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su iniciativa de evitar su imparable progresión desde la infancia". Nos contó que la miopía experimenta una progresión importante en los niños durante el período escolar, pero que se hace mucho más evidente en la adolescencia. "La intervención preventiva en el área de salud en edades tempranas facilita la adquisición de hábitos saludables e impide la consolidación de comportamientos insanos", defendió. Los riesgos asociados están relacionados con la cantidad de error refractivo.
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