IM OPTICAS nº 10

29 Hoy día, existen muchas opciones y vías de administración ocular como la tópica, intraocular, periocular o la combinación de estas con dispositivos oculares. Es decir, desde un colirio dilatador de pupila -que se utiliza para examinar el fondo del ojo- hasta tratamientos con inyecciones. Los avances, en este sentido, permiten, por ejemplo, mejorar la e cacia de los fármacos, minimizar el intervalo de dosi cación, reducir la dosis administrada y controlar al máximo los efectos no deseados. La gran mayoría de los productos utilizados existen en formato líquido. De hecho, los colirios representan más del 95% de los productos oculares comercializados. Otros medicamentos solo pueden estar en estado semisólido; es decir, los ungüentos o geles que mejoran signi cativamente el tiempo de residencia. Eso sí, los ungüentos para los ojos son una forma de dosi cación semisólida que contiene vaselina blanca y aceite mineral y se administran en el párpado inferior solo a la hora de acostarse debido a su interferencia con la visión. Finalmente, existen los fármacos en estado sólido como polvo (que son medicamentos sensibles al agua), lentes de contacto terapéuticos o insertos. Estos últimos, concretamente, son una forma de dosi cación sólida de polímeros biodegradables. Las ventajas de los insertos incluyen un alto tiempo de residencia, administración sostenida de fármacos, liberación constante y efectos secundarios mucho más reducidos que en otras opciones médicas. Nuevas tecnologías: los nanosistemas Una absorción ocular efectiva de estos fármacos requiere, por un lado, una buena penetración corneal; pero, también, un tiempo de residencia efectivo para que la acción terapéutica se active. En este sentido, los cientí cos se apoyan en la innovación y en las nuevas tecnologías para mejorar estos dos valores necesarios. Y aquí es donde surgen, entre otros avances, los nanosistemas. Se trata de una tecnología diseñada para atravesar los medios y estructuras oculares y proteger la e cacia del fármaco. Para ello, se cuida que el fármaco se mantenga el tiempo necesario y penetre a través de las barreras biológicas. Una muestra clara de su aplicación se da a la hora de tratar el glaucoma, que sigue siendo la principal causa de ceguera irreversible en el mundo. Esta patología, conocida como “enfermedad silenciosa” es uno de los grandes desafíos del sector. En la mayoría de casos es asintomática hasta que no avanza y causa una importante pérdida del campo visual. Debido a la di cultad de adherencia del tratamiento, las gotas oftalmológicas, se ha desarrollado, por ejemplo, un sistema nanotransportados de Latanoprost, basado en liposomas, el cual contiene en su interior el fármaco que es liberado, poco a poco, durante 3 o 4 meses. Así, además se consiguen minimizar los efectos secundarios. En general, estos revolucionarios sistemas también se usan para el diagnóstico y tratamiento del cáncer y para mejorar la biodisponibilidad de los medicamentos o agentes. Finalmente, otro de los avances claros en farmacología ocular está relacionado con la ingeniería de tejidos. Estas investigaciones se clasi can en dos tipos: la ingeniería aditiva de tejidos, que sustituye o permite el crecimiento de células o tejidos, o la ingeniería tisular de detención, que previene el crecimiento irregular de tejidos o células. Ambas pueden realizarse utilizando nanosistemas. Administración tópica. Es la vía más común y representa el 95% de los productos oculares. Es una ruta no invasiva, pero con baja biodisponibilidad. Penetra en la cornea con mayor di - cultad, y por poco tiempo, debido al parpadeo. Por eso, suele requerir una concentración de dosis alta y frecuente. Inyecciones intracamerales. Implican una inyección de antibiótico directamente en el segmento anterior del globo ocular o en la cavidad vítrea. Es común, por ejemplo, tras una cirugía de cataratas. Inyecciones intravítreas. Es la administración del fármaco en el vítreo, cerca de la retina en la parte posterior del ojo. Es uno de los avances que se está planteando en el tratamiento del glaucoma. Inyecciones yuxtaesclerales. Se usan para tratar patologías de la parte posterior que no pueden tratarse por vía tópica convencional. Inyecciones retrobulbares. Implican una inyección a través del párpado y la fascia orbitaria para administrar el medicamento detrás del globo ocular. Por ejemplo, se pueden usar para tratar los ojos ciegos y dolorosos. Inyección subconjuntival. Se suele utilizar en casos de muy baja penetración del medicamento en la parte anterior del ojo después de la administración tópica. Tipo de administración

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