IM OPTICAS nº 10

51 ““SOMOS UNO DE LOS PAÍSES EUROPEOS DONDE SE REALIZAN MÁS CIRUGÍAS DE CATARATA, PERO NO CONTAMOS CON TECNOLOGÍA PROPIA DE NADA” El prestigio del español Jorge Alió como oftalmólogo se extiende fuera de nuestras fronteras. De hecho, es el duodécimo oftalmólogo más influyente del mundo, según The Power List, la lista de 100 profesionales que elabora la revista británica The Ophthalmologist. El catedrático en Oftalmología de la Universidad Miguel Hernández de Elche lleva siendo incluido en ella desde hace seis años, y hoy por hoy es el único español. Todo un estímulo a su carrera, como él mismo afirma. “Es un reconocimiento muy importaste, porque se hace con criterios totalmente alejados de cualquier influencia personal. No hay enchufes ni manos negras, simplemente una recopilación de méritos, como publicaciones científicas, las veces que esas publicaciones son citadas por otros, participaciones en foros y reuniones científicas, etc.” Todo eso, unido al a popularidad que le ha brindado participar en incontables congresos internacionales, “te da capacidad de influir en tus compañeros”. Por eso para él, supone un doble reconocimiento. Carencia en investigación biomédica Gracias a profesionales como él, la situación actual de la oftalmología española goza de buena salud. Bajo el punto de vista del especialista, “es el escenario de un país con una oftalmología pujante, donde hay un elenco de profesionales con un buen nivel de formación y un reconocimiento internacional”. Sin embargo, al mismo tiempo aprecia “una notable falta de estímulo investigador, por lo que la principal carencia es la inversión en investigación biomédica aplicada a la oftalmología“. Esto conlleva dos problemas, a su modo de ver: “Somos uno de los países europeos donde se realizan más cirugías de catarata, pero no contamos con tecnología propia de nada. Es decir, no producimos ningún tipo de lente, ni fármacos, ni tecnología, etc., por lo que dependemos 100% de la tecnología externa”. Bajo su punto de vista, la Unión Europea (UE) sería un campo perfecto para la especialidad si no faltara inversión. Como apunta el oftalmólogo, “tenemos 350 millones de habitantes, y además, recursos tecnológicos para hacer lo mismo que en Estados Unidos y China”. “Lo malo es que no estamos lo suficiente alineados. Hay barreras para acceder a los fondos de investigación. Y lo más grave de todo, el investigador no puede vivir de su trabajo, o sea, la investigación en España se hace gracias a que el investigador se come sus horas libres o su vida familiar. Solo tiene su compensación académica, eso limita mucho el estímulo de la labor investigadora”, añade. Con todo, España es uno de los países con más cirugías de catarata. El experto lo achaca a dos motivos: la personalidad del español y del cirujano español. “España tiene muy buenos cirujanos, lo que genera confianza. Tradicionalmente ha habido muchas escuelas quirúrgicas, eso ha hecho que haya una cultura quirúrgica”, apunta. Además, comenta Alió que “apreciamos la vida al aire libre, como ver de lejos, hacer deporte, la vida familiar. No es lo mismo vivir en Islandia, donde no salen al aire libre esporádicamente, que en Valencia, donde está todo el mundo en la calle siempre. Se aprecia de manera distinta la calidad de visión, y, por tanto, la población española demanda más algún tipo de cirugía respecto a otros países”. Otro problema de visión sumamente extendido y cada vez más prevalente es la baja visión. Para el cirujano oftalmológico, “uno de los campos en el que la optometría debe prestar atención”. “Este paciente es aquel que, no siendo ciego, no puede llevar una vida normal, leer, ni realizar tareas que influyen directamente en su calidad de vida”. Las ayudas a la baja visión han paliado hasta ahora estas limitaciones, recuerda, pero son muy imperfectas. “No todo el mundo es capaz de torear la masificación, pesan, son antiestéticas y por ello mucha gente no las quiere llevar. No obstante, los medios electrónicos pueden retornar la capacidad de leer y de otras tareas reconfortantes en muchos pacientes”. Al mismo tiempo, el experto menciona la miopía como una de las pandemias de este siglo, para más inri, una de las que afecta a las personas ‘normales’. En palabras de Alió, “una pandemia como la retinopatía diabética o un glaucoma son muy relevantes porque dejan ciego, de hecho son la primera causa de ceguera en el mundo occidental. La miopía no deja ciego a casi nadie, pero supone la mutilación de una independencia y nos hace dependiente de las gafas”. Aportando cifras, expone que en este momento hay países donde el 70% de la población es miope, como el caso de Singapur. En otros puede ser hasta mayor, aunque no hay estadísticas. En España se encuentra la incidencia en un 30%, pero sigue en aumento. “Nosotros mismos lo vemos: pacientes cada vez más jóvenes, evoluciones más rápidas… Y todo eso se debe a los cambios de los hábitos de vida, con las pantallas muy presentes en nuestra vida cotidiana, tanto en el ocio como en el trabajo. Trabajar con ellas tan cerca está haciendo que el ojo se transforme, adaptándose a ello”, razona. Tanto en estas como en otras patologías, el oftalmólogo y el óptico optometrista deben mantener una estrecha relación. Así lo defiende Jorge Alió, quien introdujo en España el trabajo conjunto de ambos profesionales. “Siempre creí que eran labores complementarias, hasta el punto de iniciar un proyecto profesional como Vissum, que supone un encuentro entre el oftalmólogo y el optometrista de cara a mejorar la atención del paciente e incluso a nivel de mejorar la investigación clínica. Son colaboradores natos y encuentro en la optometría una aliada desde hace 30 años”, recalca al respecto. Despedirse de mitos En cuanto a los mitos referentes a la visión que la población debería desterrar, aclara que si bien hay muchísimos, también existen realidades en torno a ello. “El cuidado de los ojos ha preocupado mucho desde el Antiguo Egipto”, recuerda. Así, algunos como el que asegura que las zanahorias son buenas para la vista se debería desterrar. “Es verdad que tienen vitamina A, pero esto no cuenta con especial relevancia en el cuidado de los ojos ni mejoran la vista”, revela. “Sí que es verdad aquello que decían las

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=