IM OPTICAS nº 10

71 auditiva del tronco encefálico, suele realizarse con un dispositivo manual, mientras el niño está dormido. Por su parte, en la prueba de respuesta auditiva del tronco encefálico, se suele sedar al bebé. Finalmente, la audiometría tonal, que se realiza en niños mayores de cinco años y adultos, consiste en mostrar sonidos de diferentes tonos en cada oído y se pide a la persona que responda cuando pueda oírlos. Acudir al médico o al especialista lo antes posible puede permitir al niño que tenga problemas auditivos desarrollar sus habilidades lingüísticas e integrarse socialmente. Asimismo, los bebés cuya pérdida de audición se diagnostica antes de los tres meses y en los que la intervención se realiza antes de los seis meses de edad pueden desarrollar el habla y el lenguaje igual que otros bebés con audición normal. 8 consejos para cuidar nuestra salud auditiva Factores como la exposición al ruido, los tapones de cera, el consumo excesivo de medicamentos ototóxicos o la dieta pueden derivar en problemas para la salud auditiva. Por ello, desde ALAIN AFFLELOU las han tenido en cuenta para ofrecer estos ocho consejos dirigidos al cuidado de la salud auditiva: 1. Evitar la exposición a sonidos fuertes o música alta. Una exposición continuada a ruidos fuertes e intensos, como los que tienen lugar en determinados entornos laborales o en conciertos, discotecas o festivales o, incluso, el ruido del tráfico puede producir daños en las células responsables de la audición, provocando daños progresivos e irreversibles en la audición. Hay que tener en cuenta que la exposición a una intensidad sonora superior a los 80 dB durante periodos superiores a 40 horas a la semana puede generar pérdida de audición. 2. Usar tapones protectores en entornos ruidosos. Cuando no sea posible evitar la exposición a ruidos fuertes e intensos, es aconsejable usar protectores auditivos cuando se permanece de manera prolongada cerca de la fuente de ruido. 3. No compartir auriculares o tapones para los oídos. Otro factor de riesgo, sobre todo a edades más tempranas, son las infecciones de oído que pueden acabar dañando el tímpano y las células auditivas causando pérdida de audición. En este caso, se recomienda no compartir tapones o dispositivos de audio personales para evitar el traspaso de bacterias. 4. No emplear bastoncillos ni introducir nada en el interior del oído. La introducción de bastoncillos o cualquier otro objeto puede hacer que el cerumen penetre aún más en el fondo del oído dañando el canal auditivo y el tímpano. Asimismo, se pueden dejar restos de algodón o algún otro tejido y causar una infección. 5. Seguir unas mínimas medidas de higiene. Una buena higiene, no lavarse ni nadar en agua sucia, puede ayudar también a cuidar la salud auditiva. La acumulación de humedad en el oído y más aún si está sucia el agua, puede acabar provocando una infección. 6. Mejorar la dieta y reducir el consumo de medicamentos ototóxicos. El seguimiento de una dieta equilibrada puede ayudar a reducir el deterioro cognitivo asociado a la exposición al ruido y al envejecimiento, además de ayudar al organismo a protegerse frente a las infecciones. 7. Prestar atención a las señalas de pérdida auditiva y revisar la audición de forma regular. La pérdida auditiva no tratada puede acelerar el deterioro cognitivo y provocar problemas como aislamiento, estrés, ansiedad, depresión o, incluso, demencia. 8. Seguir el tratamiento indicado por el audiólogo y emplear los audífonos cuando sea necesario. El diagnóstico de pérdida auditiva por parte de un audiólogo permitirá acceder a un tratamiento, normalmente los audífonos, que ayudarán a mejorar la calidad de vida de la persona con pérdida auditiva. Alta exposición al ruido Por lo que respecta a los adultos, la pérdida auditiva puede ocurrir a cualquier edad debido, entre otras causas, a una exposición prolongada al ruido por trabajar en lugares ruidosos; escuchar música a un volumen elevado, por medio de auriculares o en discotecas; la exposición única a un sonido de alta intensidad (como una explosión o un estallido); infecciones prolongadas y no tratadas; o por la ingestión de medicamentos que pueden dañar la audición, tales como ciertos antibióticos, antimaláricos, medicamentos contra el cáncer e inyectables para la tuberculosis resistente. Cada vez son más las personas que están preocupadas y concienciadas sobre cómo el ruido urbano puede afectar a su salud auditiva y a su bienestar. En este sentido, el

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