IM OPTICAS nº 11

35 ¿Gafas o lentillas? En el caso de las gafas existe una cuestión clave a tener en cuenta. A la hora de adquirir una nueva montura, la persona debe dejarse aconsejar por el profesional óptico-optometrista. “Aconsejaremos sobre cuál es la montura que mejor se adapte al rostro, la que encaje bien y la que sea la más adecuada para el defecto refractivo que tenga”, explica Amaro. Por otro lado, detalla que las lentillas son un producto sanitario de adaptación individualizada que pueden aportar muchos beneficios al usuario “siempre que su uso sea el correcto”. Las lentillas, añade, permiten más campo visual y un tamaño de imágenes más real, “incluso cuando el problema visual es muy diferente entre los dos ojos”. Eso sí, “hay que ser muy rigurosos en el uso de las lentes de contacto, se debe seguir los consejos del óptico-optometrista prescriptor en cuanto a higiene, horas de uso, mantenimiento, etc.”. De no hacerlo así, el paciente puede encontrarse con problemas serios como conjuntivitis, úlceras corneales, infecciones, etc. Y, todo ello, “podría suponer, en el mejor de los casos, tener que dejar de utilizarlas y, en el peor, incluso ceguera”, finaliza la presidenta. la información que recibe el cerebro lo hace a través de los ojos”. Desde todos los gabinetes colegiados, y debido a la formación que ha proporcionado la formación universitaria a los profesionales, los ópticos optometristas están altamente capacitados para hacer una detección precoz de problemas visuales, miopía, astigmatismo, hipermetropía, problemas de binocularidad, en los que, asimismo, “podríamos aportar soluciones”. El futuro de la profesión Las nuevas tecnologías pueden ayudar mucho en las tres etapas claves (detección, prevención y tratamiento). La presidenta de la entidad gallega cree que la tecnología facilita mucho la labor del óptico optometrista, pero que “no debemos olvidar que la relación presencial del paciente-profesional es importantísima y aporta mucha información al profesional”. Con tantos avances tecnológicos y en el campo de la medicina ve, además, difícil vislumbrar como será el trabajo de este perfil profesional en los próximos 20 o 30 años. “Visto lo mucho que ha avanzado en los últimos 20 años, creo y espero que será una profesión totalmente reconocida y valorada en el ámbito sanitario. Seguro que dispondremos de herramientas técnicas cada vez más sofisticadas y precisas, pero la relación directa con el paciente seguirá siendo fundamental”, imagina. Pero las nuevas tecnologías tienen su cara B en cuanto a la salud. Esther Amparo es de la opinión que “toda actividad visual de cerca en exceso está relacionada con el aumento de los casos de miopía”. Y aquí entran en juego las pantallas y el uso abusivo que la sociedad actualmente hace de ellas. “Cada vez utilizamos más la visión próxima, incluso en los momentos de ocio, lo que hace que la miopía aumente”, opina. Y es un problema visual importante y que preocupa debido al incremento notable de casos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2050 será miope el 50% de la población. “Nuestro esfuerzo se centra en evitar o retrasar al máximo la aparición de la miopía y que, cuando aparezca, los aumentos sean los mínimos posibles”, detallan desde el COOG. Es importante, entre otros, el cuidado de los ojos. Es decir, llevar a cabo una buena higiene visual, hacer descansos cuando se está mucho tiempo utilizando la visión próxima, mantener una buena postura “y, siempre que podamos, hacer actividades al aire libre”, recalcan desde Galicia. Y centrándose en la población infantil hay que extremar las precauciones porque el sistema visual de los niños está todavía en desarrollo. Así que es fundamental “hacer revisiones periódicas, realizar el máximo posible de actividades al aire libre, proteger sus ojos del sol y, por supuesto, evitar el abuso de dispositivos electrónicos”.

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