IM OPTICAS nº 11

77 como en retail, aunque su mayor volumen de negocio le llega por la tienda física. De ahí que viertan gran parte de trabajo en potenciar nuevas aperturas, tanto en Barcelona como en Madrid, como en otra ciudad que, de momento, no quieren desvelar. Unas tiendas que se unirán a las que PJ Lobster tiene en Madrid, en Valencia, y en la calle Verdi y la calle Consell de Cent de Barcelona. La idea es abrir cuantas más tiendas mejor, para que los futuros clientes los reconozcan fácilmente y quieran vivir la experiencia que ofrece PJ Lobster. PJ Lobster habla desde el diseño, desde el arte y la arquitectura Para Óscar Valledor, “PJ Lobster es diferente a otras ópticas. Todas estas cadenas hablan de descuentos y ofertas, mientras que nosotros queremos hablar desde el diseño, desde el arte, desde la arquitectura, y sobre todo ofrecer algo de mucho valor. Una experiencia de lujo, con productos de calidad, a un precio más asequible, aunque no low cost”, afirma. Servicio muy cuidado De ahí que más del 50% de los nuevos clientes que han llegado a PJ Lobster lo han hecho gracias al ‘boca-oreja’ y a las buenas referencias de aquellos que ya han probado sus servicios. Un servicio muy cuidado porque, como indica el fundador de PJ Lobster, “no queremos quedarnos solo en el producto, queremos ir más allá con el espacio y el servicio”. En las ópticas de PJ Lobster se ofrece “venta de producto, servicio de graduación y parte de reparación y post venta, porque queremos que el cliente tenga una experiencia continuada”, explica Valledor. Unos clientes cuyo target se sitúa entre los 22 y los 34 años. “Un público muy joven que todavía no lleva gafas, pero que contará con nosotros cuando tengan en mente hacerse sus primeras gafas”, asegura Óscar. Valledor, ya que, añade, “es muy complicado atraer a gente de 50 o 60 años que lleva toda su vida en la misma óptica”. Target muy joven Sus productos también van dirigida a este público más joven, amante de las tendencias y que tiene más interiorizado que las gafas son, además de una necesidad óptica, un complemento más de moda. Por ello, en PJ Lobster cada año realizan unas seis colecciones, en un proceso que suele durar “unos seis meses desde el desarrollo del concepto hasta el producto finalizado. Mucho más corto de lo habitual, que suele ser de unos 18 meses. Un largo periodo que hace más difícil a estas otras ópticas poder seguir las tendencias”, apunta Óscar Valledor. Los producto estrella de PJ Lobster son las gafas graduadas. De hecho, empezaron solo con gafas ópticas, para pasar con el tiempo a fabricar también gafas de sol. Sin embargo, su mayor volumen de negocio les sigue llegando más de las gafas graduadas que de las solares. En ambos casos, sus diseños son muy similares, compartiendo incluso algunas monturas. Gafas que siguen las tendencias y que suelen ser reediciones de gafas que han tenido una gran aceptación. Como explica Óscar, “en el mundo de las gafas está todo inventado desde la década de los 60 a los 2000. Las mismas formas, los mismos cristales… que se reeditan y rediseñan”. En PJ Lobster buscan simplificar todo el proceso, facilitando la experiencia de compra a los clientes, diseñando ellos mismos sus productos y aplicando sus propios criterios. Diseñadas en Barcelona, las lentes de sus gafas se fabrican en España, mientras que sus monturas provienen de Asia. Una marca, cuyo nombre PJ Lobster, “proviene de una fábula de un rabino en la que cuenta que las langostas para poder crecer deben salir de su caparazón, de su zona de confort. Y eso fue toda una declaración de intenciones. Barajamos muchos nombres, pero esa idea nos encantó”, explica el propio fundador, Óscar Valledor.

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