IM OPTICAS nº 12

21 Para cuidar los ojos, asesoramiento Es habitual que en fiestas y celebraciones, como las próximas Navidades, muchas personas se decanten por usar lentes de contacto de colores o de fantasía. También es común que se regalen a amigos o familiares productos como gafas de sol sin su adecuada certificación. Algo que no sería un problema si realmente fueran productos sanitarios de adaptación individualizada -como esas lentillas de fantasía-, con la supervisión del óptico optometrista. Entonces, “no tienen por qué provocar problema alguno ni resultar peligroso”, resume. La cuestión es que estos productos inocuos recomendados y adaptados adecuadamente, se pueden volver muy peligrosos si la población los usa sin la adecuada supervisión. El problema radica cuando se compran lentes de contacto no homologadas y en sitios no especializados, como las tiendas de disfraces. Estos productos, seguramente, no habrán pasado por la evaluación de un especialista y pueden acabar provocando deficiencias visuales a largo plazo. “Hay ejemplos en otros campos, como puede ser el farmacéutico, donde ya sabemos a dónde ha llevado el uso y abuso indiscriminado y sin receta de los antibióticos”, ejemplifica Ricardo Fernández. El presidente, por lo tanto, enfatiza la necesidad de acudir siempre al profesional sanitario óptico optometrista “para que nos asesore en todo lo relacionado con la visión y sus ayudas”. “aprobado justo” con una nota media de 5,2. De hecho, una de cada tres personas tiene algún síntoma de problema visual como visión borrosa, pérdida de visión, sequedad en los ojos o sensibilidad a la luz. Además, en los últimos años, los casos de miopía están aumentando considerablemente debido al uso abusivo de las pantallas y a la disminución del tiempo que pasan las personas al aire libre. Tras décadas en el sector, Fernández recuerda que, históricamente, las necesidades del ser humano eran alcanzar una buena visión en distancia lejana y adecuada para la visión próxima, para labores como la costura, la lectura, el estudio, etc. En cambio, añade que, “en los últimos años, además de haber conseguido un nivel de escolarización para la totalidad de la población, la aparición de todo tipo de artilugios digitales, hace que estemos pegados a una ‘pantallita’, durante casi el 100% del tiempo que estamos despiertos”. O dicho de otra manera: el sistema visual de las personas está “diseñado para ver de lejos y ocasionalmente de cerca” y, hoy día, con el cambio de hábitos, “se enfrenta a unos nuevos retos a los que se tiene que adaptar”. Pese a la importancia de la visión, los españoles siguen descuidando la salud ocular. Fernández es de la opinión que sí, que cualquier ciudadano es consciente de que vive pegado a una pantalla, ya sea por trabajo o por ocio, pero “solo recurre al profesional cuando siente que tiene un problema, en vez de intentar prevenirlos con unas correctas revisiones”. Además, es importante saber que existen diferentes etapas vitales en las que estas revisiones son más necesarias aún si cabe. “Lo son siempre que los hábitos visuales cambien. Por ejemplo, cuando un niño empieza a escolarizarse o de mayor entra en la universidad, cuando un joven se prepara una oposición o cuando llega a la madurez -después de los 40 años- con la aparición de la presbicia”, explica. Es cierto que los problemas visuales pueden aparecer en cualquier momento, por eso, es de vital importancia insistir en la prevención y los exámenes visuales periódicos. Formación, piedra angular Ante tal contexto social, el principal desafío al que se enfrenta entonces el óptico optometrista es saber dar la mejor respuesta a todas estas nuevas necesidades visuales y “seguir transmitiendo la importancia de acudir a los controles visuales preventivos”. Usando, claro está, de manera adecuada la tecnología que tiene a su alcance. Para ello, es indispensable una formación académica de grado suficiente, “completada por un master que ayude al profesional a desarrollarse en alguno de los subcampos de nuestra profesión, además de diversos cursos específicos para las determinadas demandas que van apareciendo”, puntualiza el presidente de la primera delegación del CNOO, una entidad que ayuda y aconseja en este camino. La oferta formativa en general de los distintos colegios y del Consejo es amplísima. “Siempre ha sido una de las piedras angulares de la corporación, facilitarla”, opina Ricardo Fernández. Además, recuerda que, desde la delegación que encabeza, “se pregunta a los colegiados qué inquietudes y necesidades tienen al respecto y, en función de lo que nos dicen, organizamos dicha formación; siempre acreditándola por las Comisiones de Formación Continuada de las distintas comunidades autónomas de nuestra demarcación geográfica”. Uno de los temas recurrentes en estas formaciones es, sin duda, la innovación y el avance de la tecnología. Para Fernández, el óptico optometrista siempre ha estado al día de todos los avances y los ha ido implementando en su práctica profesional diaria. “Lo importante es continuar haciéndolo sin deshumanizar la atención sanitaria que prestamos”, recuerda. Un peligro que, para el presidente de la delegación, es la cara B del futuro tecnológico. Y es que la tecnología sola no puede hacer todo el trabajo. Por ejemplo, para realizar un correcto examen optométrico es “absolutamente imprescindible la presencia simultánea del paciente y del profesional”, dictamina Ricardo Fernández. EL PRINCIPAL DESAFÍO ES “SEGUIR TRANSMITIENDO LA IMPORTANCIA DE ACUDIR A LOS CONTROLES VISUALES PREVENTIVOS”

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