IM OPTICAS nº 12

26 Los ojos son los grandes olvidados en cuanto a prevención de la salud. Solo se les hace caso cuando aparece un problema o una pérdida de visión. Sin embargo, forman parte de uno de los sentidos más importantes, ya que nos permiten ver y entender el mundo que nos rodea. Su cuidado debería se primordial y seguir unas sencillas rutinas diarias, esencial. No siempre nos acordamos de cuidar nuestros ojos. Creemos que no necesitan ser atendidos. Cosa que sí hacemos con otras partes de nuestro cuerpo. Solo nos acordamos de ellos cuando aparece un problema. Y ese problema, a veces, puede ser corregido o compensado fácilmente, pero en otras ocasiones, si no se coge a tiempo, puede derivar en trastornos mucho más graves. Cuidar de ellos no es algo complicado. Siguiendo unas simples rutinas podemos conseguir tener los ojos sanos. Pasos sencillos que puede hacer todo el mundo, que ayudarán a prevenir conflictos y a prolongar su salud, sobre todo ahora, que la exposición a las pantallas ha aumentado considerablemente. Revisión anual El primero, y más importante, es la revisión anual de la visión. Visitar al oftalmólogo o al óptico optometrista, al menos una vez al año, permitirá detectar cualquier problema de la visión y, por tanto, ponerle solución. Del mismo modo, al menor signo de molestia o dolor, es necesario acudir al especialista lo antes posible, para evitar males mayores. El especialista visual realizará un examen visual que permitirá detectar posibles problemas, incluidas aquellas enfermedades y disfunciones que pueden no dar señal de advertencia y, cuyo tratamiento precoz, puede ser fundamental para ser tratadas óptimamente. Pruebas como la agudeza visual, la visión periférica, la tonometría que mide la presión interior del ojo, y la revisión del fondo del ojo para saber cómo se encuentra la retina, la mácula y el nervio óptico son indispensables. Si realizado este examen, se encuentra algún problema, el óptico optometrista podrá derivar al oftalmólogo, o si la visita es al mismo, iniciar los tratamientos farmacológicos y/o quirúrgicos más aadecuados para abordar mejor la patología. Hábitos saludables Pero más allá de la revisión anual, existen otras rutinas que se pueden aplicar a diario para mantener los ojos sanos, como mantener unos hábitos saludables en el día a día. Eso incluye una buena dieta, hacer ejercicio, descansar correctamente y no fumar. Una buena dieta es imprescindible para prevenir muchas enfermedades, incluidas las oculares. En el caso de los ojos, las vitaminas A, C y E, el zinc, la luteína y los ácidos grasos omega 3 ayudan a prevenir problemas y enfermedades. Podemos encontrar estos nutrientes en pescados, como el salmón, el atún o el halibut. En frutas y verduras, como la zanahoria, los arándonos, el kiwi, las espinacas o el brócoli. O en frutos secos como las nueces o en algunos cereales. El uso de estos complementos debe estar supervisado por los especialistas. Relacionado con la buena dieta, siempre es bueno mantener un peso saludable. El sobrepeso o la obesidad aumentan el riesgo de sufrir diabetes y, por tanto, más riesgo de contraer retinopatía diabética o glaucoma. También es importante realizar ejercicio de forma regular, ya que este hábito reduce el riesgo de tener diabetes, la presión arterial alta o colesterol, causantes todos ellos de algunas de las enfermedades oculares. De igual forma, es imprescindible tener un buen descanso. No solo de la actividad visual, sino de todo el cuerpo. Es necesario dormir un mínimo de ocho horas para conseguir que los ojos se despierten frescos. Eso evitará los ojos rojos, los ojos secos o el estrés ocular, factores de riesgo para desarrollar otras enfermedades oculares mucho más molestas. Y, por supuesto, evita fumar, ya que es otro factor que aumenta el riesgo de padecer enfermedades oculares, tales como la degeneración macular o las cataratas. Cuidados específicos de los ojos Estos hábitos saludables también han de estar acompañados de una rutina del cuidado de los ojos más específica, que incluye su limpieza e hidratación. En las zonas con mucha contaminación, no está de más lavarse los ojos al final del día con un poco de agua y con mucho cuidado. No es bueno tocarse mucho los ojos y, mucho menos, frotarlos. Y, si se hace, deberíamos lavarnos las manos previamente. Una rutina de limpieza que, en el caso de llevar lentes de contacto, debe ser imprescindible. Conviene prestar atención a la calidad y aplicación del maquillaje, sobre todo el que se aplica en la zona de los ojos, en especial la máscara de pestañas. Es bueno descansar de vez CADA VEZ HAY MÁS PROBLEMAS RELACIONADOS CON EL USO PROLONGADO DE LAS PANTALLAS, ASÍ QUE ES IMPORTANTE SEGUIR ALGUNAS NORMAS PARA MINIMIZAR SU IMPACTO

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