IM OPTICAS nº 13

19 y el sistema se está adaptando. En ese proceso de adaptación, aparecen problemas de enfoque, binoculares y, en última instancia, el sistema se transforma en miope. Cada vez, hay más miopes, el ojo se hace miope para no esforzarse en cerca, aunque para eso vea peor de lejos. Es un proceso evolutivo. Terapia visual, en singular “La terapia visual es única. A mí me gusta hablar de la terapia visual, no de terapias visuales, porque siempre es la misma, es un conjunto”, reflexiona. La hay para problemas de enfoque, para problemas de coordinación de los ojos, de convergencia o divergencia. Los ojos se tienen que coordinar en cerca, haciendo convergencia, y se tienen que coordinar de lejos, haciendo divergencia. Hay problemas de movimientos oculares. El niño que no aprenden a leer es porque los ojos no los mueve de manera eficaz. Hay terapia visual para problemas de procesamiento de la información visual, para niños que, por ejemplo, a nivel motor, tienen un pobre equilibrio, se han saltado fases en el desarrollo motor y eso ha afectado o impedido un correcto desarrollo visual. Entonces, “trabajando lo motor mejoramos lo visual”. No hay que olvidar que el procesamiento visual incluye todo lo que va desde que la información entra por el ojo y pasa al área visual, cómo se relaciona con otras áreas del cerebro. Si la visión terminara en lo que vemos, no podríamos coger los objetos que vemos o no podríamos memorizar lo que leemos. La información se relaciona en el cerebro con todas las áreas, con la motora, con la memoria, con el lenguaje, etcétera. Hay terapia visual para fomentar el desarrollo de la relación de la visión con las áreas afectadas en concreto. Hay terapia visual asimismo para estrabismo, para ojo vago. En pacientes adultos, para pacientes con daños cerebrales con afectación a la visión, como son los de Parkinson, de Alzheimer, de Esclerosis Múltiple. Todo lo que tenga una afectación cerebral es muy probable que tenga una afectación visual, porque la visión está en todo el cerebro, no solamente en el área visual. Atreverse, por encima de todo Abordamos con él qué instrumentos mínimos debe tener una óptica que proporcione el servicio de terapia visual. “La terapia visual es el área de la optometría que necesita menos inversión en material para empezar”, declara. Sin pantallas, se puede comenzar. García de la Cruz ha hecho mucha terapia visual sin nada digital y “todos los casos salen”. Sin embargo, a los niños les gusta la pantalla y siempre les gusta terminar la sesión con un ejercicio en una pantalla donde esté trabajando la visión a la vez que se divierte, se obtiene más adherencia al programa de terapia con algo digital. En resumen, se requiere un material muy básico: el Cordón de Brock, entre otras, es una herramienta que no es más que un cordón con varias cuentas enlazadas a lo largo de su longitud; unos vectogramas, que son láminas para crear imágenes en 3D; unos flippers de lentes para trabajar la acomodación o el enfoque; lentes sueltas que tiene todo el mundo en una óptica para trabajar la sensación de enfocar; y material imprimible. Con esto, se puede empezar a hacer terapia visual. Lo más complicado es “tener la base teórica y, sobre todo, atreverse, porque la inversión básica es mínima”. Respecto a la duración de cada sesión, suele depender de los centros. En su caso, la mayoría de las veces es de 50 minutos en consulta, de terapia, y otros diez minutos para explicar, como optometrista, al paciente y a la familia lo que tiene que hacer en casa durante esa semana. “No necesita hacer una hora de ejercicio todos los días. Lo que pautamos suele ser dos o tres ejercicios de cinco a diez minutos cada uno, un máximo de 20 minutos por día. Es un trabajo corto, pero diario. En la repetición está el éxito”, revela. No pretenden tampoco saturar a ningún paciente, a ningún niño. Una de las premisas es que esto es una herramienta activa y se requiere de la colaboración del paciente y de la familia para que la terapia visual tenga éxito. Si no se está dispuesto a esforzarse en ella, es mejor no iniciarla. El profesional lo que da son las guías. Los pacientes deben ver los ejercicios como un reto, ellos son los que hacen la terapia visual, los que mejoran con su esfuerzo y los que se benefician de ella. Por último, este especialista en terapia visual nos adelanta que en 2024 va a lanzar en Ver para Crecer una herramienta para solucionar dudas, de manera sencilla, tanto a familias y pacientes como a profesionales, de la visión o relacionados con el mundo de la visión, como son los fisioterapeutas pediátricos, profesores, etcétera, para que puedan reconocer si puede haber un problema visual o no y a quién pueden acudir. ““LA PANDEMIA HA MULTIPLICADO POR 100 LAS DISFUNCIONES BINOCULARES QUE PRECISAN TERAPIA VISUAL”

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