IM OPTICAS nº 13

55 para fijar la vista mucho tiempo, ya sea en las pantallas o en los libros. Aparte de que cuatro de cada diez (42,1%) siente dolor de cabeza tras un tiempo de estudio y uno de cada tres (33,1%) siente que los ojos le escuecen tras un tiempo de estudio, es decir, uno de cada tres jóvenes. Y las pantallas de los móviles y las tablets no están ayudando. Las nuevas generaciones realizan un uso intensivo del móvil durante el día e, incluso, muchos de ellos tienen la costumbre de usarlo cuando se van a dormir. Es el caso de seis de cada diez (66,1%) que lo utilizan a oscuras antes de acostarse, por lo que se pone de manifiesto que aquellos estudiantes con mayor sintomatología de problema visual han confirmado que usan más el móvil de noche, antes de acostarse. Este hecho, sobre todo si se hace a oscuras, está muy extendido entre estos jóvenes de ESO y Bachillerato, una acción que puede Pantallas y menores, ¡no, gracias! Con el propósito de fomentar y evitar malos hábitos entre los más pequeños se ha elaborado un listado con diversos motivos por los que no permitir el uso de las pantallas en los primeros años de la infancia. Motivo 1. El sistema visual de un menor se considera prácticamente desarrollado a partir de los siete años. Mirar una pantalla requiere, debido a la proximidad de esta respecto a nuestros ojos, un importante esfuerzo de centrado (convergencia) y de enfoque (acomodación) de los ojos, lo cual es contraproducente en un sistema visual inmaduro. Motivo 2. Las pantallas emiten luz artificial en modo antinatura. En condiciones naturales de lectura, la luz ilumina el texto por delante y no desde detrás, como sucede con las pantallas retroiluminadas. Este efecto provoca incomodidad y tensión en la lectura. Por lo que la luz siempre debería impactar en aquello que vemos y no proyectar luz hacia nuestro sistema visual. Motivo 3. El menor pierde su capacidad de ver en 3D La visualización intensa y prolongada de las pantallas por parte de los niños y niñas penaliza la visión tridimensional, ya que, con ello, se está fomentando que el cerebro del menor asuma que su mundo visual es plano. Motivo 4: La sobreestimulación nos lleva a la pérdida de la consciencia visual del espacio Mirar de manera continuada de cerca estímulos pequeños y en un plano restringido provoca una hiperestimulación del campo visual central, desequilibrando la consciencia visual general del espacio. Motivo 5. Mucha pantalla y poco ocio de exterior genera miopía El uso prolongado de pantallas, junto con la falta de actividad al aire libre, es uno de los factores que favorecen la aparición de miopía. Motivo 6. El tamaño de las pantallas restringe los movimientos oculares Las reducidas dimensiones de las pantallas determinan una restricción de los movimientos oculares de alta amplitud, de ahí que la motilidad ocular quede limitada por los bordes de una pequeña área. Al final, la exigencia que tiene el menor a la hora de visualizar la pantalla (muy cerca de su cara) es demasiado alta, en cuanto a la convergencia ocular (centrado) y acomodación (enfoque). Motivo 7. Ante pantallas se reduce el parpadeo y genera sequedad ocular Destacar que, ante las pantallas, reducimos de manera significativa la frecuencia de parpadeo, produciendo falta de hidratación ocular. Cualquier déficit de lágrima afecta a la calidad visual del menor y le puede provocar irritación visual y molestias. afectar tanto a la calidad del sueño del menor como al buen funcionamiento de su sistema visual. Pero más allá del uso que se les da a las pantallas, resulta interesante el dato que señala que cuatro de cada diez jóvenes (41,3%) sienten sequedad ocular cuando usan las pantallas durante muchas horas. Una sequedad ocular que puede deberse a la disminución de frecuencia de pestañeo debido al uso de pantallas, algo muy usual que termina derivando en molestias para el usuario. Analizados los datos por comunidades autónomas, destacar que, de media, el 55,4% de los jóvenes de España cree que ve mal. Por encima se encuentran Cataluña (con un 60,9%), la Comunidad Valenciana (56,1%) y Andalucía (55,7%). Del mismo modo, se detectan ciertas diferencias en las necesidades visuales de los menores. Sabiendo que, de media, el 36,2% de los menores necesita gafas y/o lentes de contacto para ver bien,

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=