65 Para Maté no cabe duda de que el valor “diferencial” de su producto frente a otras terapias existentes en el mercado es, por un lado, su carácter no invasivo y de fácil posología y, por otro, que responde a una “necesidad médica no cubierta” centrada en su actuación “desde una fase inicial” del diagnóstico. Por el momento, el viaje del paciente con retinopatía diabética solo contempla la prevención de la sintomatología ocular hacia fases más avanzadas “y mucho más limitantes” en el día a día. En la actualidad, las terapias disponibles son “altamente invasivas”, precisa la CEO de D-Sight. Estas van desde el láser de fotocoagulación; inyecciones intravítreas en el ojo; a factores anticrecimiento o corticoesteroides. El problema que tienen radica en que pueden derivar en una poca adherencia al tratamiento, sin olvidar los efectos adversos asociados al administrarse de forma sistémica y no tópica. “Al final, como paciente, no es lo mismo plantearte una intervención quirúrgica que realmente el aplicarte un colirio cada mañana”, completa. La perspectiva del bienestar del paciente es clave, en especial en patologías que el clínico considera no adversas o no graves. “Pero al final realmente estás afectando en exceso a la calidad de vida de los pacientes y sobre todo también a su enfoque más emocional”, menciona para enfatizar la importancia de la perspectiva de salud en la parte psicológica tanto de la persona afectada como de su familia o cuidadores. Este fármaco pasará a la siguiente etapa con el desarrollo de un primer ensayo clínico “en voluntarios sanos” para finales de este 2024 en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. “Es una fase I donde se acabará de corroborar esta eficacia y sobre todo esta seguridad que ya se ha visto en el tratamiento en la fase preclínica”, agrega Maté, quien estima que si todo transcurre según lo previsto la fase II podría estar concluida para 2027 y la fase III y su comercialización para que los pacientes dispongan de este producto podrían completarse “antes del 2030”. Futuras dianas terapéuticas Que el fármaco que invetigan desde D-Sight use inhibidores de DPP-IV abre el abanico a su uso de cara a frenar otras patologías oculares. La compañía tiene registradas una serie de patentes presentes en hasta 22 países a nivel mundial. No solo las sitagliptinas, sino otras moléculas que afectan a “diferentes retinopatías o enfermedades neurodegenerativas de la retina”. Entre ellas se contempla el glaucoma, una de las que más tienen avanzadas, desvela Maté. También en el tratamiento de esta hay una “necesidad médica no cubierta”, por lo que preparan pruebas de concepto preclínico: “Creemos que es una de las líneas que puede tener también más interés a nivel oftalmológico también para los profesionales sanitarios del sector”. Al mismo tiempo, se estudia el uso de esta solución en fases avanzadas de la retinopatía diabética y que se administre en coadyuvancia a otras terapias más invasivas, lo que podría “reducir algunos de los riesgos asociados que tienen y mejorar al final también esa adherencia o esos resultados clínicos de su aplicación”. Mucho que hacer en brecha de género La ceremonia en donde se le hizo entrega a Maté del premio sirvió para conocer cómo aún queda mucho camino por recorrer en igualdad en el ámbito emprendedor: sólo un 20% de las startups actualmente en nuestro país están lideradas por mujeres. La de Maté es un buen ejemplo de que, aun siendo pocas, las empresas lideradas por mujeres tienen unas tasas de éxito y rendimiento “muy elevadas” a pesar de recibir menor financiación a nivel comparativo con los hombres. Pero ella no cree que el problema sea una brecha de género, sino de acabar con la “discriminación en negativo” tanto para hombres como para mujeres y centrar los esfuerzos “en el talento y en la capacidad directiva y la de llevar un proyecto adelante, seas quien seas y seas como seas”. Por este motivo, para Maté el poder visibilizar su propia experiencia para animar a otros estudiantes de Ciencias Biomédicas o de Ciencias en general “a explorar ese tipo de carreras profesionales complementarias, que sigan igualmente contribuyendo a un desarrollo científico, es todo un orgullo”. UN COLIRIO PODRÍA CAMBIAR PARA SIEMPRE EL PARADIGMA EN EL TRATAMIENTO DE LA RETINOPATÍA DIABÉTICA
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