15 Valentina Guembe Eizaguirre Soloptical Atocha (Madrid) Valentina Guembe Eizaguirre, de Soloptical Atocha, en Madrid, decidió estudiar Óptica y Optometría porque le pareció muy interesante el mundo de las lentes y la luz. Además, “era una carrera que tenía mucha salida profesional. Un sector en el que prácticamente no hay paro”, señala. A nivel de experiencia, explica, “trabajé un año en una óptica familiar, donde aprendí a ejercer la profesión, y después realicé un máster de dos años enfocado a la óptica técnica. Gracias a ello, estuve cinco años en un laboratorio de óptica dedicado al sector aeroespacial, pero después me fui a Canarias unos años a trabajar en una óptica de nuevo. Es una profesión que te permite cambiar de comunidad autónoma sin problema, ya que hay trabajo en todos los sitios”, apunta. Actualmente en Soloptical Atocha, su día a día “es muy entretenido”, afirma. Al estar en el corazón de Madrid, “es un sitio de paso, en el que los clientes suelen necesitar las gafas en una hora, por lo que se valora mucho la inmediatez. También hay muchos turistas que buscan gafas de sol o lentes de contacto. Además, tenemos clientes del barrio, que nos tienen como óptica habitual y hacemos gafas progresivas”, explica. Una ubicación que les ha permitido tener clientes famosos. “Como por la estación de Atocha pasa mucha gente famosa, muchos actores entran en la óptica y nos compran, sobre todo, gafas de sol. Una vez entró Antonio Banderas y compró unas gafas que después llevó puesta en los Premio Grammy”, comenta. Sin embargo, lo que más valora de su profesión es “la labor sanitaria que realizamos, también a nivel social. Cubrir las necesidades visuales de los clientes, asesorando siempre bajo criterio profesional. El trato con el cliente, aunque a veces es difícil, en general me resulta muy satisfactorio. Ayudar a que la gente vea mejor es algo muy bonito”, afirma. Respecto a los cambios más palpables en los últimos años, apunta a que “la profesión, en esencia, sigue siendo la misma, pero, como en todos los sectores, cada vez está adaptándose más a las nuevas tecnologías y a las necesidades que surgen de su uso. Se premia más la inmediatez, pero los tiempos de producción todavía son bastante largos”. Es por eso que afirma, en relación al futuro , que “el mundo de la óptica avanza, como en todos los sectores, hacia el mundo digital, la tecnología. Es evidente que al final la profesión progresará hacia la compra de lentes de contacto y gafas graduadas por internet. Pero es importante resaltar la labor del óptico optometrista a la hora de prescribir una gafa o unas lentes de contacto”. ¿Qué debería cambiar en la profesión? Valentina Guembe enumera varias cosas. Por un lado, asegura, “debe orientarse a las necesidades de los clientes, que son cada vez más inmediatas. Los plazos de entrega deberían acortarse y, para ello, la fabricación de los productos debería realizarse en el mismo país, incentivando así la producción nacional. Es evidente que la compra de lentes de contacto debe facilitarse por internet, así como el envío a domicilio”. Y, por otro lado, apunta, “es una profesión muy sacrificada, por la cantidad de horas que el establecimiento está abierto. El convenio de ópticos debería proponer unos horarios más flexibles, para que el profesional pueda disfrutar de más tiempo fuera de la jornada laboral.”Y, finalmente, cree que “es una profesión sanitaria que no está valorada como debería. Habría que incorporar más ópticos optometristas en centros de salud y hospitales. Se debería tomar conciencia de la labor tan importante que realiza el óptico optometrista para mejorar la calidad visual de las personas”, concluye. “ “ES UNA PROFESIÓN SANITARIA QUE NO ESTÁ VALORADA COMO DEBERÍA, HABRÍA QUE INCORPORAR MÁS ÓPTICOS OPTOMETRISTAS EN CENTROS DE SALUD Y HOSPITALES”
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