33 décadas. Avisa de que “la miopía experimenta una progresión importante en los niños durante el período escolar, pero se hace mucho más evidente en la adolescencia, directamente relacionado con el aumento considerable de las actividades visuales de cerca en el ámbito escolar y extraescolar”. En nuestro país, la evaluación del impacto de algunas variables ambientales y conductuales en un problema visual como la miopía simple, que afecta ya a una cuarta parte de los estudiantes de Primaria y Secundaria y que va en aumento, “no ha recibido demasiada atención hasta el momento contrariamente a otros problemas de salud que sí tienen protocolos de intervención preventiva en las escuelas como las caries dentales”. “La intervención preventiva en el área de salud en edades tempranas facilita la adquisición de hábitos saludables e impide la consolidación de comportamientos insanos”, defiende Augé Serra. La aplicación de programas preventivos durante el período escolar obligatorio tiene la ventaja que permite abarcar a casi la totalidad de la población. Los riesgos asociados están relacionados con la cantidad de error refractivo. “Esto pone de relieve los beneficios potenciales de las intervenciones que pueden limitar o prevenir la progresión de la miopía”, asegura. A largo plazo, los datos epidemiológicos relacionan la miopía con una gama de patologías oculares cómo glaucoma, desprendimiento de retina o maculopatía. Una de las técnicas de control de la miopía para evitar su progresión es la evaluación de la longitud axial del ojo por biometría ocular y el espesor coroideo subfoveal por medio de la OCT de segmento posterior. En estos casos de progresión de la miopía se puede sugerir tratamientos de control como lentes de desenfoque periférico o lentes de contacto de ortoqueratología. Argumenta que “ensayos clínicos realizados con lentes de ortoqueratología y multifocales han demostrado que la modificación de la imagen periférica de la retina, especialmente el adelantamiento de esta, o hacia el interior, puede influir en el menor crecimiento del ojo”. Con todo, mientras que el concepto vista se utiliza para definir la agudeza visual de lejos, la visión es un conjunto de habilidades interrelacionadas que nos posibilitan extraer el significado del entorno que nos rodea e interactuar de manera adaptada. La visión es un proceso neurológico complejo que integra todas estas habilidades visuales que nos permiten identificar, interpretar y comprender todos los estímulos aferentes que llegan a la retina. Augé Serra concluye que “la terapia visual es una parte del tratamiento que realizan algunos optometristas especializados con la finalidad de mejorar la sintomatología y reeducar el sistema visual cuando aparecen algunas disfunciones visuales como miopías y astigmatismos bajos tensionales, y también para disfunciones de acomodación y de binocularidad cuando la compensación óptica con lentes no es suficiente”. Deja claro que es importante tener en cuenta los consejos de ergonomía visual y postural como parte del tratamiento, especialmente al realizar actividades visuales de cerca de forma prolongada y concentrada como estudiar o trabajar con dispositivos digitales. Recomendaciones de prevención visual en el ámbito de la miopía en edad escolar • La distancia mínima recomendada para su edad para leer y escribir es de 30 centímetros y para el uso del ordenador es de 50 y 70 centímetros a la pantalla, manteniéndola ligeramente por debajo de la línea horizontal de visión (10-15 centímetros). Colocar la pantalla perpendicular a la ventana. • No girar el libro o el papel al leer y escribir. • Evitar coger el lápiz o el bolígrafo muy cerca de la punta al escribir (la distancia recomendada es 2-3 centímetros desde la punta). • Utilizar una iluminación adecuada de la sala para todas las actividades que realiza de cerca, delante de las pantallas y al mirar la televisión. • Descansar cada hora después de realizar actividades visuales de cerca concentradas mirando un punto lejano unos cinco minutos aproximadamente. Levantarse a menudo, si es posible cada 30 minutos. • Seguir la regla 20-20-20: cada 20 minutos apartar la mirada del ordenador durante 20 segundos, enfocando a 20 pies de distancia (seis-siete metros). • Evitar reflejos en la pantalla y deslumbramientos. • Parpadear con frecuencia delante de la pantalla.
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