IM OPTICAS nº 15

27 Un hecho anecdótico es que se ha especulado sobre un posible astigmatismo en El Greco (1541-1614). Este pintor español es conocido por su estilo único y su uso inusual de la luz y el color en sus pinturas. Un artículo de Javier Muñoz Corral, José María Sánchez González, Juan Morales Ramos y Concepción de Hita Cantalejo, para el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, sugiere que el astigmatismo podría haber llevado a la representación única y distorsionada de la forma y el color en la obra de Doménikos Theotokópoulos. Durante el siglo XX, algunos estudiosos adjudicaron un problema de astigmatismo a este artista para explicar la elongación vertical de las figuras en sus cuadros. Se calcula que lo padece una de cada cuatro personas, aunque la media sube hasta el 60% de la población si se incluye a gente con graduaciones muy bajas, que no superan las 0,5 dioptrías. Sus síntomas pueden llegar a afectar a la calidad de la vida de las personas que lo padecen. En el astigmatismo, la imagen del objeto que se mira queda desenfocada a nivel de la retina. Sucede porque las estructuras ópticas del ojo no poseen la misma capacidad de convergencia de los rayos de luz en todos sus ejes. Para que una imagen se vea nítida, los rayos de luz horizontal y vertical que llegan al sistema óptico del ojo han de formar un punto focal sobre la retina. La córnea de un ojo sin astigmatismo tiene prácticamente la misma forma redonda en todas sus áreas, lo que podría parecerse a un balón de fútbol. Sin embargo, en los ojos con astigmatismo, el grado de curvatura vertical de la córnea no coincide con el grado de curvatura horizontal, por lo que ésta no es esférica, sería similar a un balón de rugby. Esto provoca que la luz se refracte en diferentes direcciones y se enfoque en múltiples puntos, en lugar de en uno solo. Como resultado, puesto que la córnea o el cristalino tienen una forma diferente a lo normal, las imágenes aparecen borrosas o distorsionadas, tanto de cerca como de lejos. Otro de los síntomas que pueden darse es que haya dificultad para percibir pequeños detalles a todas las distancias. Cuando está asociado a la hipermetropía es habitual que el paciente sufra fatiga visual, enrojecimiento, picor y escozor de ojos, sensación de arenilla, dolor de ojos, problemas para el cambio de visión lejos-cerca y viceversa y mareos o dolores de cabeza debido al sobreesfuerzo de los ojos para enfocar las imágenes. Las personas con astigmatismo acusan más su problema por la noche y suele ser más habitual tener esa mayor dificultad para percibir pequeños detalles a todas las distancias. “La luz se enfoca en más de un punto de la retina y no en uno solo como ocurre con un ojo normal. Esto hace que haya una mayor sensibilidad a la luz por parte de quienes lo padecen”, según el doctor Fernando Llovet, oftalmólogo y cofundador de Clínica Baviera. Mirada al astigmatismo LAS IMÁGENES APARECEN BORROSAS O DISTORSIONADAS. EL ASTIGMATISMO, QUE SE DA CUANDO LA CÓRNEA O EL CRISTALINO DEL OJO TIENEN CURVAS DISPARES, PUEDE MANEJARSE CON ÉXITO. ESO SÍ, PARA ELLO, HAY QUE FOMENTAR EL QUE SE ACUDA A REVISIONES PERIÓDICAS.

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