IM OPTICAS nº 15

31 el astigmatismo esté empeorando los síntomas del otro defecto visual, que se notará con más intensidad”. Las causas del astigmatismo Pero, ¿se puede prevenir el astigmatismo? Para aclarar esta cuestión, el experto primero desarrolla en qué consiste. “Es un problema de la refracción que se produce cuando la luz procedente de los objetos que entra en el ojo se enfoca en más de un punto de la retina, cuando lo normal es que lo haga en un único punto. Esto viene provocado porque la córnea (capa externa y transparente del ojo que permite que la luz pase a su interior y que protege el iris y el cristalino) no presenta la misma curvatura en todas sus zonas, teniendo unas áreas más inclinadas o redondeadas que otras”. De este modo, la córnea de un ojo sin astigmatismo tiene prácticamente la misma forma redonda en todas sus áreas (imaginemos un balón de fútbol). Sin embargo, prosigue, “en los ojos con astigmatismo el grado de curvatura vertical de la córnea no coincide con el grado de curvatura horizontal, por lo que la córnea no es esférica (el símil es un balón de rugby)”. Como ya ha comentado el oftalmólogo, es muy habitual que las personas presenten ligeras irregularidades en la córnea y que su ojo no sea una esfera perfecta, lo que se traduce en astigmatismos bajos. En cambio, “cuando el defecto es más acusado, el número de dioptrías aumenta, ocasionando grado de astigmatismo mayor y, por tanto, una visión más borrosa, haciendo patente que se padece este defecto visual”. Además de este factor genético (que es la causa más común y que suele padecerse desde el nacimiento), “el astigmatismo también puede producirse por alguna lesión o traumatismo que dañe la córnea, por alguna intervención quirúrgica y, también, puede estar asociado a determinadas patologías de la córnea, como el queratocono”, argumenta. En cuanto a los síntomas más comunes que sufren los pacientes, el cofundador de Clínica Baviera apunta que depende de la edad del paciente, de su agudeza visual y del tipo de astigmatismo o de la graduación que se tenga. En función de esos factores, “se pueden notar o no síntomas, y estos pueden ser diversos”. En general, esgrime, “el principal síntoma es la percepción borrosa, tanto de los objetos lejanos como de los cercanos; también es habitual tener dificultad para percibir los pequeños detalles a todas las distancias”. Y cuando además el astigmatismo está asociado a la hipermetropía, “puede acompañarse de otros síntomas como fatiga visual, enrojecimiento, picor, escozor o dolor de ojos, sensación de arenilla, problemas ante el cambio de visión cercana y lejana, mareos y dolores de cabeza por el sobreesfuerzo de los ojos para enfocar las imágenes”, relata Fernando Llovet. En este sentido, revela que, en el Estudio de la Visión de 2022, los afectados por este defecto visual manifestaron que se sentían más limitados a la hora de leer, al conducir, en el trabajo o al estudiar, al usar dispositivos electrónicos y al hacer deporte. ¿Por qué la visión borrosa se acentúa por la noche? Asimismo, el doctor expone que “habitualmente la visión borrosa ocasionada por el astigmatismo se suele hacer más acusada de noche o en condiciones de baja luminosidad”. “Esto ocurre porque, como este defecto hace que luz que entra en el ojo se enfoque en más de un punto de la retina y no en uno solo (que es lo que ocurre en un ojo sin astigmatismo), la persona con astigmatismo tiene una mayor sensibilidad a la luz. Además, por la noche la pupila se dilata para permitir que pase más luz, lo que puede aumentar la distorsión de las imágenes”, añade. Por otra parte, otro de los síntomas más comunes del astigmatismo es la aparición de halos o destellos alrededor de las luces, “por eso los pacientes pueden tener mayores problemas al conducir por la noche”, esclarece también el especialista, y agrega que “el esfuerzo adicional que experimentan los ojos con astigmatismo para poder ver en la oscuridad puede desembocar en una mayor fatiga visual”. Con las mismas, “las dificultades de enfoque que pueden presentar los pacientes con astigmatismo se pueden intensificar al enfocar en la oscuridad”. A pesar de la variabilidad de los síntomas, el diagnóstico es sencillo y fiable gracias a un examen oftalmológico estándar que incluya las pruebas de refracción. En esta misma consulta, indica Llovet, “se puede también determinar su causa, el número de dioptrías que presenta el paciente y si existen o no otros problemas visuales asociados”. Por lo que se refiere al tratamiento del astigmatismo, en palabras del doctor, “debe ir enfocado a corregir la refracción errónea de los rayos de luz sobre la retina, de manera que se pueda conseguir percibir la imagen de forma nítida (tanto de lejos como de cerca) por parte del paciente”. Para ello, se pueden emplear gafas o lentes de contacto tóricas, con la graduación adecuada. Igualmente, “en el caso de padecer astigmatismo compuesto (el que además va acompañado de miopía o hipermetropía), la graduación de la lente deberá adaptarse para corregir al mismo tiempo estos otros problemas visuales”, apostilla el cofundador de Clínica Baviera. También se puede corregir el astigmatismo gracias a la cirugía refractiva, tanto láser como con lente intraocular, según Llovet. “En el caso del láser se moldeará la córnea para que pase a ser esférica y la imagen sea nítida, mientras que en la cirugía con lente intraocular, se implantará una lente tórica que corregirá la visión distorsionada”. Cabe destacar, asimismo, que en ambos casos se podrán corregir en la misma operación otros problemas refractivos asociados como la miopía o la hipermetropía. En efecto, “las diferentes técnicas de cirugía refractiva o implanto-refractiva se llevan realizando desde hace más de 30 años, en los que han demostrado su eficacia, seguridad y predictibilidad. Debe ser el oftalmólogo el que, una vez valorado el caso concreto de cada paciente a través de las pruebas preoperatorias, indique qué tipo de operación para corregir el astigmatismo es la más adecuada”, subraya. Para finalizar, el especialista repasaba brevemente los principales retos en el abordaje del astigmatismo. A su modo de ver, estos pasan por “hacer hincapié en la importancia del diagnóstico precoz (fundamental en niños) y el tratamiento adecuado para cada caso particular (necesario a cualquier edad)”, concluye, “ya que ello contribuirá a mejorar la salud ocular y la calidad de vida”.

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