IM OPTICAS nº 15

83 blación desconoce que tiene algún factor de riesgo para desarrollar glaucoma. Asimismo, en cuanto a la prevalencia, en el glaucoma hay que diferenciar en qué latitud nos encontramos. “En la nuestra, a nivel poblacional se cifra alrededor del 2,5-3% de la población. Digo a nivel latitud porque hay zonas -esquimales u otros grupos poblacionales, y sobre todo raza negra- en las que puede llegar al 8% de prevalencia”. Es decir, hay aspectos étnicos que hacen variar la prevalencia de este tipo de enfermedad, hablando de glaucoma primario de ángulo abierto. Luego hay también glaucomas secundarios que obedecen a otro tipo de patologías, como traumatismos, tratamientos adyuvantes, etc. Para prevenirlo, Canut habla de un concepto muy importante: la hipertensión intraocular. “La tensión ocular, la presión intraocular, obedece a una presión estrictamente ocular, a un ritmo circadiano del propio ojo. No tienen nada que ver con la tensión arterial de la persona. La presión intraocular sabemos que es el factor de riesgo más importante para desarrollar glaucoma”, explica Canut, y añade: “No todos los hipertensos acabarán desarrollando glaucoma, pero sí que la hipertensión intraocular es el factor de riesgo más importante”. La prevención, recuerda, es primordial, de ahí la importancia de las revisiones oftalmológicas:“Las ópticas sí que hacen screenings que ayudan a ver cuándo hay una hipertensión con tonometrías de aire, etc. Y muchas veces, ellos son los que hacen el primer contacto con la posible enfermedad o bien con la enfermedad ya existente, y derivan al oftalmólogo para que tome cartas en el asunto”. Tras la detección de una presión ocular alta, se establece un tratamiento. “No tiene por qué ser en este orden secuencial: gotas, láser o cirugía. Depende del tipo de glaucoma, del momento evolutivo y de si hay factores coadyuvantes que puedan facilitar el éxito de una terapia más que de otra”. Dentro de esta escala, las gotas son fármacos hipotensores. El primer orden son los betabloqueantes y las prostaglandinas, porque tienen un mayor efecto hipotensor, es decir, que consiguen bajar más la tensión intraocular. Luego existe otro grupo de fármacos, y muchas veces van asociados. Hay pacientes que deben ponerse más de un colirio. La experta también nombra los láseres, “que pueden ser adyuvantes, o incluso de primer orden, que se pueden utilizar en lugar de las gotas. También hay láseres que se utilizan durante la cirugía o bien en fases avanzadas de la enfermedad, como el yodo”. En el tercer eslabón, la escala terapéutica quirúrgica: “Actualmente están los Minimal Invasive Glaucoma Surgery, que son procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos, con lo cual la recuperación posquirúrgica es mucho más alta. Ahí hay un gran abanico de posibilidades. Pueden ser en los que generamos una ampolla de filtración, o los que no generamos tal ampolla”. Luego ya existen procedimientos más invasivos, pero muchas veces tanto o más efectivos, como sería la trabulectomía, la esclerectomía o bien los dispositivos valvulares. “Muchas veces tenemos la oportunidad de que, en un mismo paciente y según las características, hacemos una medicina muy personalizada enfocando cuál es el mejor tratamiento para el paciente y para cada ojo”, explica. Así, a veces, en un paciente optan por una terapia, y en el mismo paciente y el otro ojo, por una terapia totalmente distinta, porque obedece a unas características oculares y evolutivas distintas. Líneas de investigación La doctora destaca que, afortunadamente, existen muchas líneas de investigación. Una investigación que es clave para avanzar en Oftalmología y, concretamente, en glaucoma. “Uno de los pilares es la genética. Estamos conociendo mucho más e intentamos interpretar las patologías en base a la carga genética. Esto ahora nos ayuda poco, desafortunadamente, porque no tenemos la capacidad de modificar esta genética para que no se desarrolle la enfermedad. Pero ahí entra la otra línea terapéutica, que es la terapia génica, que es aplicable en otras facetas de la Oftalmología”, detalla. Para Canut, es cuestión de tiempo que también puedan modificar esta carga genética tan importante en el glaucoma para que los pacientes portadores de estas disfunciones no vean expresada la deficiencia genética y no desarrollen esta enfermedad. Habla también de avances terapéuticos, sobre todo los MICS, que han cambiado mucho el abordaje y, por lo tanto, la cirugía del glaucoma. “Se ha ampliado la red y se puede llevar a cabo en mucha más gente, con lo que el paciente no llega a fases tan avanzadas en su control evolutivo de la enfermedad”. Los retos de la Sociedad Catalana de Oftalmología La Sociedad Catalana de Oftalmología cuenta con más de 560 socios. Es una sociedad con una amplia trayectoria; sus socios han trabajado durante décadas para que sea puntera, no solo en España sino también en el resto del mundo. Hay muchos oftalmólogos que, a lo largo de muchas décadas, han sido conocidos y reconocidos por su gran labor. “Nosotros recogemos toda esta trayectoria. Se trata de una sociedad muy viva, no solo por el congreso que realizamos anualmente, que cuenta con una asistencia masiva, con participantes catalanes, de otras comunidades y de fuera”, explica su presidenta, y añade: “Pero para una sociedad, creemos que un congreso es poco, así que también hay cursos formativos, los residentes que entran cada año en la sociedad disponen de una plataforma de formación, etc.” A su vez, disponen de una parte que es la Jove, que es una sociedad muy activa, que constantemente organiza webinars y reuniones de formación y actualización. Ahora han iniciado la parte Social, que es la vertiente en la que intentan abrir su conocimiento a todas las entidades, no solo médicas, sino también sociales, que puedan ser conocedoras de lo que están haciendo. Así lo ve Canut: “Para una sociedad científica, el valor fundamental es ampliar sus conocimientos, pero también tiene que conocer lo que está pasando y cómo se pueden mejorar los hábitos para mejorar, así, la calidad de vida”. En definitiva, esta es una sociedad dinámica que a puesta también por fomentar el conocimiento y el trabajo de todos sus socios, pero también entre los más jovenes con becas. “A todos cuantos quieran incrementar su formación les tendemos la mano, porque creemos que es fundamental para todos, y especialmente para la Societat Catalana d’Oftalmologia”, concluye Canut.

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