IM OPTICAS nº 16

39 La ONCE recoge cuáles son las más importantes. Así, las ayudas ópticas, por un lado, se fabrican a partir de lente positivas (que producen aumento de la imagen) y pueden usarse de forma manual o llevar un soporte para apoyar en el papel. Algunas llevan luz incorporada y son muy útiles para aquellas personas cuyas condiciones visuales lo requieran. Permiten la consulta puntual de documentos, precios, etc., de una manera rápida y sencilla. Por su parte, las gafas de alto poder dióptrico son lentes también positivas que se incorporan en una montura y que se pueden utilizar para lecturas prolongadas, tareas de punto, costura, escritura, etc. También denominadas microscopios, consiguen el aumento por “disminución de la distancia”, que se produce cuando reducimos la distancia del objeto al ojo. En realidad, no aumentan nada por sí mismos, pero facilitan la acomodación, que es la función visual que permite acercarse al objeto para verlo con nitidez. Para algunas tareas, son más cómodos que las lupas porque permiten tener las manos libres. Además, existen diferentes tipos: monoculares, binoculares y pueden utilizarse de forma monofocal (con un solo foco), bifocal (con dos focos), trifocal (tres focos) o multifocal (varios focos). La distancia de trabajo con estas lentes es corta, por lo que se requiere una correcta posición a la hora de leer para conseguir y mantener una imagen nítida. Otra ayuda óptica son los telescopios, los cuales permiten aumentar el tamaño de los objetos que se encuentran a distancias lejanas. Pueden ser manuales o ir montados en gafas y a su vez pueden utilizarse con un solo ojo (monoculares) o con los dos (binoculares). Su poder de enfoque les hace útiles para todas aquellas tareas puntuales de visión lejana, como son la lectura de rótulos, teatros, TV, escaparates, etc. Las ayudas electrónicas también pueden ser muy útiles para las personas con baja visión. En este ámbito, la ONCE menciona los Circuitos Cerrados de Televisión (CCTV), que son ayudas que aumentan el tamaño de las imágenes y que constan de un monitor, una cámara y un sistema óptico. Cada usuario puede establecer la modalidad más acorde con sus condiciones visuales, en cuanto al tamaño, contraste y color necesario. Pueden utilizarse en sistemas blanco y negro y color, siendo muy variados los modelos existentes, algunos de ellos ofrecen la posibilidad de compatibilizar el monitor con un ordenador, permitiendo mediante la división de la pantalla, presentar las imágenes procedentes de la cámara y las del ordenador al mismo tiempo. Es un sistema de lectura muy apropiado para aquellos casos en los que la visión es muy reducida o el uso de las ayudas antes mencionadas resulte poco adecuado para conseguir sus objetivos. Asimismo, cada persona podrá seleccionar el modelo que más se adecue a sus necesidades. En tercera instancia, las ayudas no ópticas son todas aquellas que favorecen la utilización del resto visual o que potencian el rendimiento con las ayudas ópticas y electrónicas. Se incluyen en este grupo las que sirven para controlar los problemas de deslumbramiento, como filtros con diferentes niveles de absorción; para lectoescritura (guías para firmar, rotuladores, papeles pautados, atriles, etc.); materiales para costura, tales como enhebradores, cintas métricas con marcas, agujas de cabeza hendida, etc.; relojes, despertadores y avisadores de tiempo adaptados en Braille; y ayudas al desplazamiento, fundamentalmente bastones de movilidad, tarjeta “taxi”, etc. Pero en suma, cabe recordar que la prevención es la gran aliada para evitar muchos casos de ceguera. Según la OMS, el 80 % de casos de discapacidad visual se podrían evitar con controles periódicos para la detección temprana de enfermedades oculares. EL 80 % DE CASOS DE DISCAPACIDAD VISUAL SE PODRÍAN EVITAR CON CONTROLES PERIÓDICOS PARA LA DETECCIÓN TEMPRANA DE ENFERMEDADES OCULARES

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