63 ticos, tratamientos, etc.”. Y sobre cómo los utiliza para apoyar al oftalmólogo en el diagnóstico y tratamiento, deja claro que “la configuración de a qué datos accede es diferente en cada clínica y siempre se hace en conformidad con la Ley de Protección de Datos”. Así pues, a su modo de ver, “la diferencia es abismal” entre Luke Assistant y los programas de gestión de historias clínicas tradicionales. Bajo el punto de vista del co-fundador de Lumotech, “el programa tiene el conocimiento de un oftalmólogo general, de tal manera que la forma de interactuar con él es como si discutiéramos un caso entre colegas oftalmólogos”. “Se le pueden hacer preguntas concisas a cerca de la historia al mismo tiempo que se le hacen consultas sobre dudas diagnósticas o de tratamiento”, señala. Gracias a esa capacidad, aporta unos beneficios claros a la interacción conversacional con el asistente por parte de los profesionales. Además, el director médico de la compañía tecnológica especializada en desarrollo de software e IA adelanta que, “poco a poco, las interacciones con nuestros dispositivos serán cada vez más conversacionales”. Sin embargo, al respecto aclara que “puede que cueste al principio, por eso esta modalidad es una opción y no una obligación al usar el programa, pero una vez nos acostumbramos, las ventajas son innumerables”. “Podemos dictar una exploración desde la lámpara de hendidura, ganamos tiempo en hacer las anotaciones y las consultas y hacemos que la comunicación con el paciente sea más humana, sin parapetarnos detrás de una pantalla y un teclado”, enumera Elío Diez-Feijóo Varela. En términos de personalización, es interesante conocer también cómo adapta Luke Assistant sus recomendaciones a las particularidades de cada clínica y a las necesidades individuales de cada paciente. De acuerdo al oftalmólogo, “la solución de estas dos cuestiones son gran parte del trabajo de programación y configuración que el equipo lleva desarrollando desde hace dos años”. Un trabajo que, reafirma, “sabemos que debemos seguir haciendo para optimizar y mejorar aún más las capacidades de Luke”. Básicamente, indica, “nuestro equipo de programadores y oftalmólogos configura una serie de instrucciones para que el programa sea eficaz en sus predicciones y respuestas”. Este es un proceso que en cada clínica se configura también en función de las necesidades y protocolos de cada equipo médico. “Este trabajo de configuración está en constante revisión y mejora a medida que también mejoran los modelos de IA que usamos”, prosigue explicando el experto. La IA en la Oftalmología De hecho, al ser preguntado por el papel que cree que jugará la IA en la Oftalmología en los próximos cinco-diez años, su respuesta es tajante: “Revolucionará absolutamente todas las especialidades médicas”. Si bien considera que todavía es pronto para saber exactamente cómo serán muchas de las aplicaciones que se usarán a corto y medio plazo, el especialista sí que tiene muy claro que ,“para las aplicaciones en medicina, y en este caso en la Oftalmología, los profesionales tenemos que conocer e implicarnos en este desarrollo para que no se haga un uso indebido y sea siempre en beneficio del paciente”. En este contexto, los siguientes pasos que van a dar desde Lumotech serán, primeramente, “implicar a todos los profesionales de la salud, y en nuestro caso, ópticos, oftalmólogos, enfermería, auxiliares de clínica y gerentes de las clínicas”. Tal y como revela el co-fundador de la compañía, “la idea es empezar ya a beneficiarnos de las capacidades de la IA, a la vez que nos adaptamos y reflexionamos entre todos para ver cuál es la mejor manera de aplicar esta tecnología de una forma responsable en nuestra práctica clínica diaria”. “El programa con el que comenzamos es solo la primera fase de una aplicación de IA a casi todos los procesos que ocurren en una clínica, y que vamos desarrollando poco a poco”, recalca. Pero aunque solo hayan dado los primeros pasos en este sentido, el feedback recibido es, en palabras el co-fundador de Lumotech, “muy positivo y, sobre todo, muy sorprendente”, por el mero hecho de que “la primera vez que se usa tenemos el mismo efecto ‘wow’ que tuvimos la primera vez que usamos chatGPT”. Tras utilizarlo, “mejora la seguridad del proceso, ya que el asistente vigila las alergias del paciente, conoce las cirugías previas y puede realizar sugerencias de tratamiento más individualizadas. Mejora también el tiempo en la realización de informes y resúmenes de historia”, desarrolla el especialista haciendo mención a las áreas específicas en las que el asistente ha mejorado significativamente el flujo de trabajo en consulta. Sin embargo, algo que les ocurre a menudo es que a los oftalmólogos se les van ocurriendo nuevas aplicaciones días después del primer uso. “Esta es precisamente la idea, hacer partícipes a los oftalmólogos del desarrollo del programa para hacerlo mejor”, manifiesta Diez-Feijóo Varela. Ahora bien, a modo de reflexión final, el oftalmólogo resalta “que todas estas herramientas deben ser supervisadas por un especialista, así como que un mal uso de ellas puede conllevar lo contrario de lo que pretende y fiarnos de un mal diagnóstico, por ejemplo”. Por eso, anima a todos los ópticos y oftalmólogos a probar estas herramientas y reflexionar sobre su uso para mejorar la atención a los pacientes, concluyendo que “vivimos tiempos de revolución tecnológica, y es bueno que nos impliquemos para adaptar nuestra profesión para el mayor beneficio del paciente”.
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