IM OPTICAS nº 16

70 AUDIOLOGÍA cidad de las personas para comunicarse, estudiar y ganarse la vida e, incluso, afectar a su salud mental y a la posibilidad de que mantengan relaciones con otras personas. La OMS también hace hincapié en que, aproximadamente, el 78 % de los países de ingresos bajos cuenta con menos de un otorrinolaringólogo por cada millón de habitantes; el 93 % tiene menos de un audiólogo por cada millón de personas; y tan solo el 17 % tiene uno o más logopedas por cada millón de habitantes. Pero es que, incluso en los países que cuentan con una proporción relativamente alta de profesionales en esta esfera, la distribución de estos especialistas es desigual, lo cual no solo plantea dificultades a las personas que necesitan atención, sino que también añade una carga de trabajo extra al personal que brinda esos servicios. Afortunadamente, los últimos avances tecnológicos permiten detectar las enfermedades del oído y la pérdida auditiva a cualquier edad, en entornos clínicos o comunitarios y con capacitación y recursos limitados, a la vez que pueden abarcar a las personas que viven en regiones remotas y desatendidas. Porque son muchas las causas principales de la pérdida de audición. En la niñez, casi el 60 % de los casos de pérdida de audición se debe a causas que pueden prevenirse con medidas como la vacunación (en el caso de prevenir la rubéola y la meningitis), la mejora de la atención materna y neonatal, o el tratamiento temprano de la otitis media, es decir, las enfermedades inflamatorias del oído medio. Por su parte, en los adultos, la limitación a una exposición prolongada de ruidos y la vigilancia de la posible ototoxicidad de los medicamentos, junto con una buena higiene otológica, pueden ayudar a mantener una buena audición y a reducir el riesgo de una pérdida paulatina. Prevención La pérdida auditiva no tratada o tratada de forma inadecuada puede provocar consecuencias negativas en el cerebro, responsable de la audición, y afectar a las personas que la sufren en diferentes aspectos de la vida diaria. De hecho, según el estudio Inteligencia auditiva: la importancia de la audición, realizado por Oticon, líder tecnológico en el desarrollo de audífonos, más de la mitad de la población considera que una pérdida auditiva afectaría en mayor medida a sus relaciones sociales y familiares. En segundo lugar, creen que afectaría más a su salud, más allá de la audición (23,5 %), seguido de quienes piensan que les afectaría en el trabajo (19,7 %) y en los estudios (3,7 %). “Nuestro cerebro necesita tener acceso completo a la realidad sonora del entorno para que pueda funcionar de forma correcta. Por ello, las personas con pérdida auditiva, que tienen un acceso limitado al sonido, si no reciben tratamiento tienen más dificultad para orientarse en el entorno y para concentrarse en lo importante, lo que hace que tengan menos recursos mentales para realizar otras tareas”, afirma José Luis Blanco, jefe de Audiología de Oticon. Por otro lado, entre los principales problemas que puede generar la pérdida auditiva se sitúan el aislamiento social, el equilibrio deficiente con mayor riesgo de caídas, el deterioro cognitivo acelerado, la demencia y el Alzheimer. Según el mencionado estudio, el 80 % de los españoles asocia pérdida auditiva con problemas de comunicación y el 60 % a aislamiento social, así como afectar al equilibrio de las personas, lo que multiplica por tres el riesgo de lesiones relacionadas con caídas. “Estas personas llegan a un punto que evitan las reuniones en determinados lugares, como cafeterías, comidas familiares o en sitios donde muchas personas hablan a la vez, porque no pueden hacer frente a los entornos sonoros complejos, lo que aumenta el riesgo de soledad, aislamiento social y depresión”, destaca Blanco. Además, debido a que su cerebro tiene que hacer mayor esfuerzo para percibir lo que hay a su alrededor y le falta información del habla, tiene una mayor carga mental, que puede favorecer la TOMAR MEDICAMENTOS OTOTÓXICOS EN EXCESO PUEDE LLEGAR A CAUSAR DAÑO EN LA AUDICIÓN DE FORMA PERMANENTE aceleración del deterioro cognitivo al afectar a la capacidad para recordar, aprender, concentrarse y tomar decisiones. “Por eso, la pérdida auditiva no tratada y que aparece a media edad es el mayor factor de riesgo evitable de padecer demencia”, comenta. En este sentido, llama la atención que los más jóvenes, con un 16,2 %, sean los más conscientes del riesgo de demencia asociado a pérdida auditiva, situándose así por encima de la media nacional (14,6 %), según el estudio de Oticon. Por ello, el equipo de audiólogos de la firma insiste en la importancia de acudir a un profesional especializado en audición ante cualquier indicio de dificultad en la capacidad de oír. Sobre todo, para que pueda llevarse a cabo, de una manera temprana y preventiva, una evaluación y orientar sobre la mejor solución a seguir, de manera que se puedan evitar problemas en la calidad de vida. Concienciarnos del ruido En este sentido, son muchas las empresas que han presentado diversas iniciativas para concienciar a la población sobre la necesidad de revisar su salud auditiva. Es el caso de la campaña Perfectamente, de GAES, una marca Amplifon, con la que pretende empoderar a la población con pérdida auditiva a que resuelva su situación, poniendo el foco en la mejora instantánea que esto traerá en su día a día. Una estrategia enmarcada alrededor de un factor diferencial de la compañía en el sector audiológico: la prueba de audífonos desde la primera visita a sus centros. Según los datos reflejados en el estudio Eurotrak 2023, más de cinco millones de personas tienen pérdida de audición tratable con audífonos en España, pero solo un 38,8 % los utilizan. Por otro lado, nueve de cada diez usuarios declaran estar satisfechos o muy satisfechos con sus audífonos, a la vez que otros nueve de cada diez dicen que estos han mejorado su calidad de vida. Finalmente, siete de cada diez usuarios desearían haberlos empezado a llevar antes. Así, Antonella Fanuzzi, directora de marketing de Amplifon en

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