71 España, comenta que “esta campaña es un nuevo paso para promover el cuidado de la salud auditiva y reforzar nuestro liderazgo en el sector. Por primera vez, estamos poniendo el foco en la importancia de ese momento en el que el usuario con pérdida auditiva prueba el audífono por primera vez y se da cuenta de que ese problema que le a compañaba tiene una solución efectiva. Se trata de destacar esa satisfacción al percibir que se puede oír perfectamente y que la vida acaba de cambiar notablemente para mejor”. Por su parte, y con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, celebrado el pasado mes de abril, los especialistas de MED-EL apuntaban la necesidad de cuidar el sentido del oído para evitar cualquier posible complicación en nuestra salud auditiva. Para ello, analizaban ocho claves para prevenir la pérdida auditiva por ruido, sobre todo si tenemos en cuenta que casi el 50 % de las personas de entre 12 y 35 años corren el riesgo de dañar permanentemente su audición. Las consecuencias de la pérdida auditiva permanente son extensas y tienen un impacto significativo en la calidad de vida de cualquier persona que la padezca. “La mayoría de las personas no son conscientes de los peligros asociados a la escucha frecuente de sonidos fuertes o ruidos intensos durante largos períodos de tiempo, especialmente cuando se escucha música a través de auriculares, teléfonos inteligentes y otros dispositivos de audio”, destacó Julio Rodrigo Dacosta, director general de MEDEL España y Portugal. Una pérdida auditiva que, de no tratarse, puede repercutir negativamente en la capacidad de comunicarse y en la propia confianza para desenvolverse en situaciones sociales o laborales, además de en la seguridad propia y en el bienestar general. Así, entre las principales estrategias destacan reducir el volumen en los dispositivos de audio personales a, como máximo, el 60 % de la escala que permite cada aparato; no sobreexponer los oídos a la música alta; proteger los oídos de los sonidos fuertes, por lo que es aconsejable usar tapones para los oídos; reducir los ruidos de fondo; mantener distancia con las fuentes de sonido fuerte (por ejemplo, de los altavoces); elegir dispositivos que regulen el volumen automáticamente, y, sobre todo, consultar al especialista se se experimenta dolor de oído, una sensación de zumbido permanente (tinnitus) o dificultad para seguir las conversaciones. Factores externos Porque no solo los ruidos fuertes contribuyen a la pérdida auditiva. Tomar determinados medicamentos en exceso, los llamados ototóxicos, que están presentes en determinados antibióticos y tratamientos para el cáncer, podrían llegar a causar daño en la audición de forma permanente si se consumen de manera prolongada y excesiva. Según detalla la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen alrededor de 600 categorías diferentes de medicamentos que pueden causar daño en la audición de forma permanente, entre ellos, determinados antibióticos y tratamientos del cáncer, o bien de forma temporal, como los analgésicos de salicilato, la quinina (para la malaria) o algunos diuréticos, empleados en enfermedades renales o cardíacas. De igual manera, la organización también destaca que la incidencia de la pérdida auditiva por fármacos ototóxicos es del 63 % con los aminoglucósidos. Además, está demostrado que el cisplatino provoca acúfenos y pérdida de la audición entre el 23 % y el 50 % de las personas adultas y en hasta el 60 % de los niños a quienes se administra. Por ello recomiendan que, en caso de estar tomando estos medicamentos, es importante hacer un seguimiento con un profesional especializado en audición para que pueda detectar a tiempo posibles problemas de pérdida auditiva y ponerle solución. A su vez, un equipo español multidisciplinar liderado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), junto con otras entidades de salud pública, asocia la disminución de valores auditivos con una elevada de presión arterial sistólica nocturna. A pesar de que se han identificado diversas condiciones patológicas asociadas con la hipertensión, la relación entre este trastorno y las alteraciones en los órganos de los sentidos es poco conocida. Ahora este trabajo, publicado en Otolaryngology-Head and Neck Sudrgery (revista científica oficial de la Academia Americana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello), ha analizado los datos de más de 1.400 personas mayores perte-
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