IM OPTICAS nº 17

15 A Andrés Martínez, el cuidado de la vista era algo que ya le gustaba desde pequeño. Viene de una familia en la que ya hay oftalmólogos y ópticos optometristas. Por lo que, nada más terminar la carrera de óptica y optometría, abrió una óptica en Pontevedra. En Óptica y Audiología Martínez, de Pontevedra, actualmente hay nueve personas trabajando. En el caso de Andrés Martínez, “me ocupo tanto de labores de contactología y optometría, como de la gestión de la óptica. Aunque también me gusta atender a los que nos visitan y aconsejar sobre los distintos productos que vendemos”. Andrés explica que “somos una óptica bastante clínica y dedicada a gama alta. Los clientes nos demandan una atención personalizada en la sección de los productos, pero también en las revisiones que llevamos a cabo”. Su especialidad son “las lentes de contacto con cornea irregular, lentes esclerales y también soy audioprotesista, así que la adaptación de audífonos y seguimiento también ocupa gran parte de mi jornada”, comenta. Lo que más valora de su trabajo este óptico optometrista de Pontevedra es que “es una profesión que permite mejorar la vida de las personas, de una manera que a veces no llegamos a imaginar. Además, tiene tantas facetas que no existe el aburrimiento y el tedio de otros trabajos. Puedes especializarte en optometría, contactología, terapia visual, venta, etc.”, asevera, y añade al respecto: ”Me gusta mucho el trato con el paciente. Conocemos a muchas personas, es ameno y variado. Es gratificante ayudar a los pacientes y ver el agradecimiento”. Muestra de ello es una de las anécdotas ocurridas en la óptica hace unos meses. “Cuando estaba adaptando unas lentes de contacto esclerales a un paciente con queratocono, se echó a llorar. Al preguntar qué le pasaba, comentó que no recordaba ver así de bien la cara de su madre. Son momentos increíbles y emocionantes”, sostiene Andrés Martínez. Respecto a los cambios de la profesión acaecidos en los últimos años, este óptico optometrista cree que “se ha vuelto más tecnológica, para los progresivos y lentes personalizadas, se han introducido los centradores de última generación, etc. Además, la optometría ha cogido mucho más auge. Tanto la terapia visual, como el control de la salud ocular en gabinete. Muchas ópticas cuentan con retinógrafos, OCT, campímetros, etc. que nos convierten en centros de atención primaria totalmente preparados para detección precoz de problemas y remitirlos al especialista adecuado”, afirma. Andrés Martínez Óptica y Audiología Martínez (Pontevedra) A colación de ello, Andrés Martínez tiene claro hacia dónde se dirige la profesión en el futuro: “Creo que, viendo la escasez de profesionales médicos, la atención primaria es un futuro prometedor en la óptica. La entrada de profesiones en el servicio público de salud para agilizar listas de espera y hacer nuestra labor de optometristas. Además, el auge tecnológico en las lentes oftálmicas y de las distintas lentes de contacto nos abre un abanico de posibilidades importante, sobre todo en pacientes présbitas, que en muchos casos no quieren renunciar a la visión a todas las distancias y son buenos candidatos al uso de lentes de contacto”. Pero también tiene claro lo que debería cambiar en su profesión. “La diferenciación de la parte sanitaria de la comercial y la especialización es el pilar sobre el que debería sustentarse la profesión. La competencia en precio, con productos de bajo valor añadido, hace daño a un sector que en muchas ocasiones se centra únicamente en ese argumento para diferenciarse”, comenta. Para concluir: “El futuro no está en el producto, porque internet es implacable en cuanto a precio. El futuro de la profesión está en el servicio, la atención personalizada y la adaptación individualizada de cualquiera de los productos sanitarios que se venden en nuestros establecimientos”.

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