IM OPTICAS nº 17

18 EL ÓPTICO OPTOMETRISTA Carlos Pereda empezó su experiencia en el mundo de la óptica hace 40 años, “en la óptica de mi suegro. Un apasionado de la optometría que rápidamente me lo transmitió, animándome a estudiar la carrera de óptico optometrista”, explica. Esa óptica de su suegro era Óptica Valentín de Barakaldo, un establecimiento en el que Carlos Pereda también realiza las tareas de óptico optometrista y gerencia, al igual que lo hace en Óptica Norte de Laredo (Cantabria). Su día a día en Óptica Norte, especializada en contactología, lentes progresivas y terapia visual, “es casi exclusivamente en el gabinete. Es decir, la labor estrictamente profesional. No obstante, también ejerzo labores de gerencia, aunque poco a poco voy relegando tareas”, comenta. Un trabajo en el que “hemos buscado siempre dar un servicio profesional, personalizado y con un trato muy familiar, ofreciendo un buen servicio optométrico. Lo cual es fundamental para nosotros. Así como productos de primeras marcas y alta calidad, intentando mantener un buen equilibrio entre calidad y precio”, afirma Carlos Pereda. “Los clientes que demandan este tipo de servicios son nuestros clientes objetivos”, reafirma. Lo que este óptico optometrista valora más de su profesión es “el servicio social que aporta nuestra y lo que percibes después de tantos años, al ver a los pacientes que siguen viniendo a nuestros establecimientos con sus hijos y sus nietos. Además, esta profesión me ha permitido colabora en misiones en África con una ONG, lo que me ha reportado en lo personal unas experiencias increíbles. Y todo gracias a esta profesión”, afirma. Carlos Pereda Óptica Valentín y Óptica Norte (Cantabria) Con una larga trayectoria profesional a sus espaldas, este óptico optometrista de Óptica Norte señala que, “sobre todo, lo que ha cambiado en la profesión en los últimos años es la forma de consumir y las demandas del público. Antes se buscaban unas gafas buenas que durasen toda la vida. Hoy, nos gusta cambiar más a menudo o tener más de unas gafas. También se alternan más con las lentes de contacto”. Mientras que, en lo profesional, “creo que se valora más el servicio optométrico”, valora. Un servicio que ha mejorado gracias a novedades y adelantos de la optometría, entre los que Carlos Pereda destaca “los materiales en contactología y las diferentes geometrías muy personalizadas, que han hecho que las lentes de contacto sean accesibles a cualquier caso. Así como también la variedad en lentes progresivas y la evolución en su fabricación, lo que permite la adaptación a las mismas con mayor facilidad en todas las necesidades de cada paciente”, señala. Respecto al futuro, Carlos Pereda considera que “el gran reto será la lucha contra la miopización infantil, con las diferentes alternativas de tratamiento de las que dispongamos: lentes de desenfoque periférico, terapia, visual, etc.”. Por ello afirma: “La óptica debería dirigirse hacia la especialización”. Y no solo eso. También debería haber “una mayor introducción de la optometría en la atención primaria, como especialistas en hospitales públicos y clínicas. Más de lo que ocurre en la actualidad”. Todo ello acompañado de algunos cambios, entre los que se encuentra, sobre todo, “hacer entender al público que la óptica es una profesión sanitaria y las lentes de contacto y las gafas son prescripciones para su salud visual y general. Es por ello que debería acudir a una óptica a resolver sus problemas visuales. Este es el lugar adecuado para ello, en pos de su salud”, concluye. “EL GRAN RETO DEL FUTURO SERÁ LA LUCHA CONTRA LA MIOPIZACIÓN INFANTIL, CON LAS DIFERENTES ALTERNATIVAS DE TRATAMIENTO DE LAS QUE DISPONGAMOS: LENTES DE DESENFOQUE PERIFÉRICO, TERAPIA VISUAL ETC.”

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