IM OPTICAS nº 18

16 EL ÓPTICO OPTOMETRISTA Motivado por una tradición familiar en el mundo de la óptica, una formación académica sólida y una vasta experiencia profesional, Óscar Galán Barbosa, director técnico en Fusión Óptica, en Ciudad Real, ha seguido “con pasión esta profesión, buscando no solo mejorar la visión de mis pacientes, sino también ofrecer servicios especializados y de vanguardia en Ciudad Real. Mi enfoque en áreas como el control de la miopía infantil, la optometría deportiva y la optometría clínica avanzada es un reflejo de mi compromiso con la excelencia y la innovación”, afirma. Uno de sus principales objetivos en el día a día en la óptica es “asegurarme de que cada paciente reciba una atención personalizada, adaptada a sus necesidades específicas, ya sea con lentes de contacto, gafas o terapias visuales especializadas”, explica, y añade: “Además de los exámenes clínicos, también proporciono asesoramiento funcional al paciente. Eso significa que, no solo me concentro en corregir problemas de visión, sino en ofrecer soluciones que mejoren su calidad de vida”. Su especialidad es “la optometría clínica avanzada, donde no solo corrijo problemas refractivos con el abanico más extenso de posibilidades, en cuanto a cristales monofocales y progresivos, sino que también me especializo en exámenes visuales que detecten posibles patologías oculares, con la intención de poder llevar a cabo derivaciones con carácter preventivo y la contactología avanzada”, comenta. Óscar Galán Barbosa Fusión Óptica (Ciudad Real) “El trato con la gente” es lo que valora más Óscar Galán, quien explica que “cada día tengo la oportunidad de conocer a pacientes con historias únicas y necesidades diversas, lo que hace que cada consulta sea especial”. Y no solo eso, “la colaboración y la camaradería con mis compañeros son fundamentales. Es un equipo excepcional con el que compartimos experiencias y conocimientos”. “Las relaciones humanas son el corazón de mi profesión y lo que realmente la hace muy gratificante”, asegura. Respectos a los cambios acontecidos en los últimos años, Óscar Galán habla de “cambios significativos que han dado lugar a dos enfoques claramente diferenciados. Por un lado, están los centros ópticos, que buscan maximizar la rotación de pacientes a través de estrategias competitivas, a menudo enfrentándose entre ellos y trabajando con márgenes de beneficio cada vez más reducidos. Por otro lado, existen los centros que optan por especializarse, cuidando su imagen profesional y ofreciendo un servicio con valor añadido. Estos lugares se centran en la atención personalizada, el seguimiento y la detección de posibles problemas serios de salud ocular. En mi caso, estoy convencido de que esta es la ruta que debo seguir”, asegura. ¿Y en el futuro? Para Óscar Galán, “el futuro del mundo de la óptica se dirige hacia una mayor verticalidad comercial, lo que implica que los fabricantes se acercarán cada vez más al cliente final. Esto generará una transformación significativa en la forma en que operan los ópticos, quienes se verán impulsados a desarrollar su actividad profesional de manera más clínica y enfocada en la atención integral del paciente”. Una respuesta que va ligada a lo que Óscar Galán cree que debería cambiar en la profesión. A él, no le importaría “que se verticalizara la actividad comercial en el sector óptico. Creo que este enfoque beneficiaría a los ópticos optometristas, al permitirnos hacer valer nuestra actividad profesional frente a nuestros pacientes de una manera más clara y efectiva”. Y concluye: “En un mundo donde los ópticos optometristas pueden concentrarse más en su labor clínica y menos en la presión comercial, los beneficios serían evidentes. Podríamos ofrecer un seguimiento más personalizado, una atención más integral y, en última instancia, mejorar la salud ocular de nuestros pacientes”. “LAS RELACIONES HUMANAS SON EL CORAZÓN DE MI PROFESIÓN Y LO QUE REALMENTE LA HACE MUY GRATIFICANTE”

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