IM OPTICAS nº 19

52 OPTOMETRÍA PEDIÁTRICA Desarrollo ocular Porque en la edad escolar, considerada como tal hasta la pubertad, se produce un cambio considerable de la refracción ocular hacia la miopía. En estos casos, se trata de un aumento de la longitud del globo ocular sin que se produzca una reducción compensatoria de la potencia del cristalino. Para más de la mitad de los niños, según se indica en el libro, la refracción ha alcanzado los valores adultos a la edad de seis años, siendo generalmente una hipermetropía que sufre un ligero descenso en los años posteriores. Sin embargo, hay un grupo de niños que se vuelven claramente miopes. De igual manera, aproximadamente el 80 % del desarrollo socio-educativo tiene lugar a través de los ojos en los primeros 12 años de vida, y es en este periodo cuando tienen lugar cambios en la visión que hay que controlar. Porque un desequilibro en los parámetros oculares relacionados con la longitud axial y la cámara vítrea pueden estar relacionados con la aparición y el desarrollo de ametropías. Por ello, los expertos apuntan a que la única manera de prevenir y detectar posibles disfunciones visuales que pueden pasar desapercibidas, o bien dar lugar a estos problemas de aprendizaje en la infancia, es llevar a cabo a los niños y niñas un examen optométrico de forma regular. Independientemente de si tienen o no signos o síntomas de problemas visuales. Sobre todo, porque estas revisiones periódicas, junto al adecuado asesoramiento de los profesionales de la visión, pueden ver e interpretar la existencia de algún problema visual que impida el correcto desarrollo en la etapa infantil, ya que, desde el nacimiento hasta los seis años, los niños y niñas están desarrollando sus estructuras y capacidades visuales y, posteriormente, se van a ver sometidos a demandas visuales que pueden alterar el sistema visual. “Es muy importante que todos los niños y niñas acudan a revisiones visuales periódicas con el óptico optometrista. Debemos tener en cuenta que el principio de algunas alteraciones visuales ocurre en los primeros seis años de vida, antes de comenzar la etapa escolar, cuando tienen un impacto considerable”, comenta la presidenta del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía. Para ella, si estos problemas no se detectan de manera precoz en este periodo y no se ofrecen las soluciones que los compensen, “pueden derivar en serias consecuencias a largo plazo”. Es aquí donde juega un papel determinante la optometría pediátrica, que se diferencia de las revisiones de adultos porque evalúa y trata problemas y necesidades distintas. Otro dato importante a tener en cuenta es que cerca del 30 % de los escolares sufre disfunciones visuales que pueden conducir a dificultar el aprendizaje. Cabe destacar que una buena visión puede ser clave en el rendimiento escolar y que el aprendizaje a través de la lectura es un proceso fundamental para la adquisición de conocimientos. Pero un niño que no ve bien no podrá leer y estudiar con comodidad, se distraerá y no le gustará hacer los deberes. De ahí que tanto padres como profesores deban saber reconocer si el escolar sufre algún tipo de anomalía refractiva. Hay que tener en cuenta que la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo son los principales problemas de visión en edad escolar, aunque también la presencia de algún estrabismo puede dar lugar a un ojo vago y la insuficiencia de la convergencia puede producir fatiga visual. ¿Gafas o lentes de contacto? Los profesionales ópticos aconsejan realizar un examen visual antes de la entrada a la escuela y repetirlo cada año, ya que con unas pruebas sencillas se puede medir la agudeza visual, la refracción subjetiva para ver si hay algún error refractivo y la evaluación de la visión binocular. En este último caso, diferentes estudios han constatado su asociación con parte de los problemas astenópicos más prevalentes en los niños, como son En este sentido, la Fundación Salud Visual, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) y la Sociedad Española de Optometría (SEO) presentaron el libro La salud visual en las distintas etapas de la vida, cuyo objetivo es concienciar a la sociedad sobre la importancia de mantener una buena salud visual a lo largo de toda la vida. Por ello, en el libro se abordan aspectos como la importancia del cuidado visual, desde la infancia hasta la vejez; la relevancia de las revisiones periódicas para detectar y corregir problemas visuales a tiempo, de tal manera que puedan evitarse problemas y complicaciones con el paso de los años; o la promoción de la educación y concienciación sobre la salud visual, fomentando hábitos que protejan la vista a lo largo de toda la vida, entre otros. Y, en particular, la importancia de la salud visual en los niños pequeños y los adolescentes destacando, especialmente, la necesidad de estar atentos, antes de que los menores comiencen la escuela, a las señales de advertencia que puedan significar que existe un problema de visión. Y no solo cuando el pequeño realiza gestos extraños con la cara, guiña los ojos si está concentrado en actividades visuales, no calcula bien las distancias o si va retrasado en el aprendizaje a leer o escribir. Desde el CGCOO también se aconseja seguir, desde el nacimiento, un control de las estructuras externas e internas del ojo para comprobar la conjuntiva, el párpado o el funcionamiento de los lagrimales, entre otras funciones. ES IMPORTANTE ESTAR ATENTOS, ANTES DE QUE LOS MENORES COMIENCEN LA ESCUELA, A LAS SEÑALES DE ADVERTENCIA QUE PUEDAN SIGNIFICAR QUE EXISTE UN PROBLEMA DE VISIÓN

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