IM OPTICAS nº 2

20 EL ÓPTICO OPTOMETRISTA “ “ES UNA LABOR GRATIFICANTE QUE TE PERMITE DISFRUTA DE EXPERIENCIAS COMO VER LA EXPRESIÓN DE UN NIÑO AL PONERSE LAS GAFAS POR PRIMERA VEZ” Nerea Granadero (Family Optik, Madrid) El primer encuentro de Nerea Granadero Entero con el mundo de la óptica se inició con una pequeña anécdota. En la parada del autobús, Nerea Granadero siempre preguntaba a su madre cuál era el número del autobús que se acercaba y su madre siempre acertaba. Por aquel entonces, no entendía qué tipo de brujería utilizaba su progenitora. Hasta que, con solo 7 años, fue diagnosticada de miopía. Desde entonces, la óptica y la optometría han formado parte de su vida y despertó su curiosidad hacia un campo que, aún hoy, se encuentra en continuo desarrollo. Actualmente es Directora Técnica en la óptica Family Optik de Vallecas (Madrid) donde entre los tratamientos más comunes que realizan se incluyen “la revisión optométrica completa del paciente, la adaptación de lentes de contactos blandas y gas permeable, destacando las lentes Orto-K o las destinadas a corregir córneas irregulares (queratocono,etc.)”, afirma. Para Nerea Granadero es “una labor gratificante, donde el trabajo en equipo es esencial y te permite disfrutar de experiencias como ver la expresión de un niño al ponerse las gafas por primera vez”. A pesar de la larga trayectoria de esta profesión, Nerea Granadero considera que “todavía somos un gremio bastante desconocido, en ocasiones infravalorado”. Y añade: “Nuestra labor no se limita a poner o montar unas gafas. El conocimiento y entendimiento de la fisionomía y proceso funcional del ojo permite dar un servicio personalizado, adaptado a cada paciente, donde el optometrista no solo se dedica amejorar su visión, sino que es capaz de proponer una serie de terapias que le permiten al paciente ver de forma más eficiente”. En este sentido, el incremento del teletrabajo ha generado fatiga visual, “resintiéndose las capacidades visuales en todo el espectro de edades de los pacientes”, señala Granadero. Como consecuencia, “se ha generado un incremento de la miopía y de la demanda de lágrimas artificiales utilizadas para paliar la sequedad ocular”, añade. Así como de aumento de demanda de gafas ocupacionales y de filtro azul. Pero no solo eso. Nerea Granadero destaca el aumento de “interés por la ortoqueratología y el uso de lentes de contacto blandas de desenfoque periférico, como tratamiento para el control de la miopía entre los más pequeños”, así como el aumento del uso de lentes de contacto diarias desechables en detrimento de las lentes de contacto de uso continuo “por el miedo ocasionado a contraer el Covid-19 por vía ocular”, puntualiza. Y es que la pandemia, señala, “ha impactado enormemente en el día a día de la óptica”. Tanto en la aplicación de los protocolos de seguridad, como “la parte negativa en la que estas medidas han provocado que el trato con los pacientes no sea igual de cercano”, comenta. Y remarca: “Sobre todo con pacientes sordo-mudos, donde pese a disponer de mascarillas transparentes y pantallas faciales, la comunicación se ha visto comprometida” Respecto al futuro, Nerea Granadero diferencia entre la parte técnica y la práctica. Comenta que “a nivel técnico es posible que los cambios vayan dirigidos a mejoras en la fabricación y calidad de los materiales utilizados”. Mientras que respecto a la parte práctica, señala que es muy probable que, en unos años, nos encontremos con una población envejecida y, por tanto, “es de esperar que la baja visión cobre cada vez mayor importancia en el mundo de la óptica (https://www.familyoptik.com/servicios-opticos/ayudas-baja-vision/)”.

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=