IM OPTICAS nº 2

39 La miopía es la causa principal de pérdida visual de lejos en jóvenes y adolescentes, aunque afecta a toda la población. Este defecto refractivo dificulta enfocar los objetos que están lejos, por lo que se da una visión borrosa debido a que las imágenes se forman antes de llegar a la retina. La Asociación Visión y Vida alerta de unas preocupantes cifras en torno a esta disfunción. En 2010, se estimaba que el 27% de la población de todo el mundo era miope. Ahora se cree que en 2050 este porcentaje alcanzará el 52%. La progresión de la miopía hasta valores altos se relaciona con patologías que amenazan la salud ocular. Entre ellas, el desprendimiento de retina, problemas vasculares, glaucoma y maculopatías. Hoy día, un especialista visual puede detectar la miopía y otras condiciones visuales durante un examen completo. Muchas veces, las personas con este defecto acuden al oftalmólogo o al óptico optometrista quejándose de incomodidad visual o de visión borrosa de lejos. Además, algunos miopes pueden padecer otra sintomatología, además de la pérdida visual de lejos, como fatiga visual o dolores de cabeza si su condición refractiva va ligada a trastornos en la visión conjunta y simultánea de ambos ojos, lo que conocemos por visión binocular. Es normal que los miopes se acerquen al televisor, tengan dificultades para identificar lo que hay escrito en una pizarra o entrecierren un ojo para ver los objetos más nítidos. El empeoramiento de la salud visual del que avisan entidades y diversos estudios viene marcado, en gran parte, por el crecimiento de los dispositivos tecnológicos y su uso abusivo. El tiempo de exposición a las pantallas no deja de aumentar, sobre todo entre la población más joven, y ello conlleva un aumento de consultas por visión deficiente. Más ahora tras una pandemia que ha supuesto meses de confinamiento en casa, en espacios cerrados y con escasa iluminación solar, abusando de las pantallas en las actividades laborales, académicas y de ocio. Para los ojos, la tecnología suponen un constante esfuerzo visual. Pasar horas delante de tablets, smartphones o televisores, ha llevado a los jóvenes de 12 a 19 años a mostrar una salud visual en declive: uno de cada diez ha empezado a usar una compensación óptica por primera vez. Pero no son los únicos. Ver borroso, tener dificultad para enfocar objetos o ver imágenes dobles son algunas de las consecuencias a las que los empleados que trabajan constantemente con pantallas se tienen que enfrentar. Y hoy día, son muchos. Para minimizar estos males, se recomienda trabajar siempre que sea posible- en un espacio con luz natural y si no es posible optar por mantener la iluminación ambiente. Asimismo, la distancia y la altura a la que se encuentre la pantalla también es importante. Prevención, clave en su impacto Desde edades tempranas los niños reflejan sus ojos en las pantallas. Por eso, se aconseja que los pequeños de tres y cuatro años se hagan una revisión anual, ya que no suelen ser conscientes de lo que les pasa. De esta forma se podrían prevenir trastornos visuales o disminuir su impacto: “La prevención de la miopía se basa en evitar que sea patológica”, afirma Lluís Bielsa,

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=