IM OPTICAS nº 2

MONOGRÁFICO 52 La etimología de la palabra “anamnesis” viene del griego “recolección”, esto es, recoger información de la persona y sus circunstancias para abordar mejor el estudio del problema y su manejo. Una anamnesis es como el enunciado de un problema. A partir de una pregunta se nos pide una respuesta, ofreciéndonos la información y los datos necesarios para resolverla. Información que, en enunciados más difíciles, habrá que buscarla si está oculta bajo datos aparentemente poco significativos. Si hemos leído y comprendido bien el texto del problema, si conocemos y dominamos la teoría sobre la que descansa, si además somos capaces de relacionar los datos como piezas de un rompecabezas, concentrándonos en la pregunta sin perdernos en consideraciones marginales, podremos hallar la solución. La mente fría y la inspiración caliente. Leer mal el enunciado de las preguntas nos llevará a pensar que nos sobra o nos falta algún valor. Si lo hemos leído bien, pero no nos acordamos de la fórmula correspondiente o erramos en los cálculos de la integral de turno, también nos será imposible salir del atolladero. Recordemos nuestra época en la universidad, sufriendo aquellos terribles exámenes de óptica física con libros, calculadoras y amuletos varios para los supersticiosos: perdíamos más tiempo Anamnesis: la evaluación del paciente ESCUCHAR NOS OFRECE LA POSIBILIDAD DE ENTENDER; ENTENDER, LA POSIBILIDAD DE PENSAR, Y PENSAR LA POSIBILIDAD DE SOLUCIONAR. Por: Lluís Bielsa Elies

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=