IM ÓPTICAS nº 3

49 que se está convirtiendo en un problema, tanto de Salud pública, como económico y social. La miopía en sí no es una patología, pero cuando la miopía va incrementando hasta valores más elevados, como puede ser a partir de -4.00 Dioptrías, la persona presenta mucho más riesgo de tener una patología visual, como puede ser un desprendimiento de retina”, señala. En este sentido, actualmente haymuchos más niños usando gafas que hace 30 años. Las causas son una mayor demanda visual de cerca y la ausencia de actividad al aire libre, ya no solo a nivel de colegio, sino también por el incremento de las horas de estudio, deberes en casa, más tiempo mirando dispositivos eléctricos (ordenadores, tablets, televisores…), que a su vez restan horas al aire libre y con luz natural. Para María Pilar Morte, “los defectos refractivos tienen un componente genético y hereditario, pero también hay una interacción con los factores externos que es el entorno y nuestros hábitos”. A ello, hay que sumarle que se detectan más casos porque “actualmente tenemos mucha más conciencia de la importancia de las revisiones visuales a nuestros pequeños, se hacen más campañas, screenings y se encuentra al alcance de muchamás población”, constata. Si la tendencia en nuestros hábitos y exigencias visuales sigue así, las próximas generaciones tendrán más problemas visuales. Y no solo eso. María Pilar Morte ha detectado que “cada vez son niños más pequeños los que abusan de los dispositivos electrónicos, por lo que no únicamente esperaría un incremento en los defectos refractivos o problemas de enfoque, estrabismos, etc., sino también que incrementen dificultades de la motilidad y coordinación de los ojos, reducción del desarrollo de la coordinación ojo-mano o una disminución del desarrollo de las habilidades perceptuales y espaciales”. La prevención, la clave La prevención es la clave para revertir esta tendencia. Y en ello es fundamental el papel de la optometría pediátrica. Los adultos son conscientes cuando tienen una alteración visual, pero en el caso de los niños, no saben cómo ven los demás y no comunican a los padres que ven borroso cuando leen, que no ven la pizarra, que les pican los ojos o que se pierden al leer. Por ello, muchas veces se pasan por alto dificultades visuales, si no es causa de una graduación elevada en la que el pediatra ha podido detectar la mayoría de ellas. La óptico optometrista María Pilar Morte cree que, para evitar que otros problemas visuales pasen desapercibidos, “es importante que, además de acudir al pediatra, sean revisados por optometristas y/o oftalmólogos para así realizar un examen completo del sistema visual”. Aún hoy, en algunos centros oftalmológicos, establecimientos ópticos y consultas de optometría se sigue considerando a los niños como adultos más pequeños, empleando los mismo test y exigiendo resultados que no están acorde con el desarrollo evolutivo y fisiológico de los pequeños. Por ello es importante acudir a centros especializados en área pediátrica. Hay que tener en cuenta la edad del paciente y abordar los problemas de forma individual según las necesidades de cada uno. “La prevención en niños siempre es mantener buenos hábitos visuales y una revisión anual del sistema visual. Al inicio de tercero infantil o primero de primaria, se recomienda acudir al óptico-optometrista y/o médico oftalmólogo y realizar una valoración del rendimiento visual y habilidades del procesamiento visual para comprobar que se encuentra preparado para el proceso del aprendizaje de la lecto-escritura. En base a los resultados obtenidos, se darán las pautas a seguir”, recomienda María Pilar Morte. A ello hay que unirle otros hábitos de higiene visual, que mucho tienen que ver con la ergonomía visual. Una buena postura, una buena iluminación, una correcta distancia en el trabajo, parpadear constantemente, realizar actividades al aire libre o realizar la regla del 20-20-20. Aquella que recomienda que cada 20’ de trabajo en visión próxima, se mire durante 20” a más de 20 pies (unos seis metros). Importancia de las campañas y los screenings visuales A este respecto son importantes las campañas para fomentar las revisiones visuales en los más pequeños. Actualmente, hay una mayor conciencia social sobre su importancia, pero todavía no está normalizado. Como indican desde la Asociación Española de Optometristas, “todo el mundo piensa en llevar al niño al dentista a revisión y lo tiene normalizado, pero todavía no se piensa igual de la visión y muchos niños no son revisados. La visión es igual de importante y se necesita para todo, deportes, colegio, juegos…Es importante destacar además que, 1/3 de la población infantil que sufre fracaso escolar, están relacionados con alteraciones visuales que pasan desapercibidas”. Como igual de prioritarias debería ser las campañas de screening visuales o cribados visuales para detectar a las personas en mayor o menor riesgo de padecer algún problema ocular. Según indica la óptico optometrista María Pilar Morte, “en las campañas de screening visuales no se pueden identificar el 100%de los niños que presentan dificultades visuales. Siempre hay alguno que pasa inadvertido. Pero se pueden encontrar más casos, que únicamente con las revisiones de agudeza visual”. Para que todo esto funcione, es decir, que sea más fácil detectar los problemas visuales en los niños, prevenirlos y poder rectificarlos, es importante el trabajo multidisciplinar entre los profesores, familiares, psicopedagogos, etc. con los ópticos optometristas. SI LOS PROBLEMAS VISUALES SE DIAGNOSTICAN A TIEMPO DURANTE LA INFANCIA, ALGUNOS SE PUEDEN REVERTIR ANTES DE QUE SE VUELVAN PERMANENTES

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=