IM OPTICAS nº 7

39 Hoy día, más de 24 millones de personas mayores de 15 años practican deporte en España. Es decir, más de la mitad de la población es consciente de que la práctica de ejercicio es una actividad muy saludable y que debe ser uno de aquellos hábitos -como el de seguir una alimentación equilibrada- necesarios para gozar de una buena calidad de vida. Realizar de manera regular ejercicio físico es bueno para mantener un peso óptimo o para prevenir enfermedades como la diabetes, los accidentes cerebrovasculares o la depresión. Asimismo, el deporte también beneficia a la salud visual. Algunas disciplinas como el tiro con arco, el tenis o el golf son especialmente recomendadas para mejorar la vista, ya que ejercitan los músculos oculares y la visión, y demandan, también, una buena coordinación visual espacial. Por otro lado, las disciplinas más aeróbicas son buenas porque, en su caso, ayudan a la correcta oxigenación de los ojos. En resumen, en una sociedad cada vez más adicta a las pantallas, practicar deporte, sobre todo al aire libre, ayuda a ejercitar algunas funciones como la visión dinámica o periférica, la motilidad ocular o la rapidez en la adaptación a los cambios de distancia de enfoque, aspectos positivos para mantener una buena salud visual. En este contexto, el deporte y su práctica deben ir de la mano siempre de una buena salud ocular y visual. En la actividad física, la visión juega un papel determinante, siendo muchas las disciplinas que reclaman una constante y elevada atención visual. Tener una correcta visión es necesario para practicar deporte y maximizar el rendimiento. Es esencial ya no solo para discriminar objetos, como pelotas o una red, también para mejorar el tiempo de reacción, la anticipación o la percepción de distancias. Por todo esto, es indispensable estudiar

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