40 la visión de los deportistas y analizar si existe alguna patología visual que pudiera interferir en la actividad física que se realice, sea a nivel particular o profesional. En este sentido, actualmente existe la especialización en Optometría Deportiva, gracias a la cual, los ópticos optometristas ayudan a los deportistas a mejorar su sistema visual, prevenir lesiones y accidentes y aconsejan cómo protegerse ocularmente de la mejor manera según su disciplina y sus necesidades. No obstante, es importante recordar que la visión afecta significativamente al rendimiento deportivo, ya que influye en el enfoque, el rendimiento motor o el procesamiento de la información. Sin una buena visión, es más probable que no se rinda al máximo o que se sufran ciertas lesiones o accidentes. Cada deporte requiere de unas habilidades visuales específicas. Los más dinámicos, como el baloncesto o el hockey, necesitan unas demandas que difieren de las que se precisan en deportes donde se debe enfocar un objeto sin movimiento, como el golf. Aún así, independientemente de la disciplina, los deportistas deben tener ciertas habilidades como un buen tiempo de reacción visual, una gran coordinación ojo-mano o una buena agudeza visual. Por eso, los ópticos optometrista dan claves y herramientas para aumentar la capacidad de procesar la información visual más rápidamente y entrenar la visión deportiva. Cómo evaluar la visión de los deportistas Para estudiar y comprobar el estado de visión de los deportistas, existen varias pruebas que varían en función de cada persona. Entre las más comunes, destaca el Gráfico Ocular Snellen. Se trata de leer letras en una tabla colocada a una determinada distancia y así medir la agudeza visual del individuo. Por otro lado, también existen las pruebas de sensibilidad de contraste que miden la capacidad que tiene el sistema visual del deportista para discriminar un objeto del fondo en el que está. Es un examen altamente recomendado para las personas que practican golf, esquí o ciclismo, ya que ayudará a saber si se padece alguna afección, poner remedio y evitar accidentes o traumatismos. Una tercera prueba de visión habitual es el seguimiento de ojos mediante varios métodos de alta tecnología. Actualmente, se usan sistemas informáticos donde los ojos siguen el movimiento en una pantalla, pero también otros dispositivos de rotaciónmecánica que entrenan los ojos para continuar ese movimiento. Este tipo de examen es aconsejable cuando se realizan deportes de contacto, aéreos, de aventura o acuáticos, además de los deportes de pelota. Las pruebas de alineación ocular son las más recomendadas para quienes practiquen disciplinas en las que necesitan fijar la vista como, por ejemplo, el golf o el tiro. Comprobar la alineación ocular es importante porque un defecto en la misma podría interferir en el desempeño deportivo. Generalmente, se cubre el ojo de la persona para ver cómo responde con el otro. Para medir la alineación, también se puede optar por el test de Hirshberg. Y si hay que determinar si un deportista tiene un ojo que trabaje más que el otro, se realiza el test de Miles o el método Dolman. Finalmente, existen otro tipo de pruebas de reacción y coordinación que miden con exactitud cómo se centra cada ojo en un objetivo y cómo ambos trabajan juntos para acomodarse a cualquier distancia. Es decir, miden la reacción cerebral y muscular al estímulo visual de los deportistas. Las lesiones oculares más comunes y cómo prevenirlas Al realizar cualquier disciplina deportiva, los ojos corren algunos riesgos. Los más comunes son posibles contusiones, sobre todo en aquellas prácticas de contacto o donde se use una pelota, y la exposición a los rayos ultravioletas. Esta última, sin una buena protección, puede ocasionar daños en la retina, el cristalino, el iris o la córnea, entre otras zonas del ojo. Además de una buena protección en muchos casos, es necesario usar gafas o lentes de contacto para corregir un determinado defecto visual del deportista. En este sentido, existen dudas sobre qué método es el más apropiado, si gafas o lentes de contacto, aunque la realidad es que siempre varía en función de cada persona. Si el deportista opta por el uso de gafas para corregir un defecto refractivo, debe tener en cuenta que estas deben cumplir tres objetivos: que protejan de manera correcta ante traumatismos; que protejan frente a la luz (y se adapten a diferentes condiciones de iluminación), y que ofrezcan la corrección óptica. Las gafas deben estar fabricadas con materiales resistentes al impacto y deben adaptarse a cada actividad. Por ejemplo, ciertos deportes necesitarán gafas con protección frontal y lateral. Las gafas deportivas son, por lo tanto, una buena opción para los que no puedan corregir su defecto refractivo de otra forma o para proteger los ojos de una radiación solar intensa como en la práctica del esquí, piragüismo o la pesca. Pero, entre los problemas de usar este tipo de gafas, está que pueden caerse, empañarse o ser incómodas durante la realización de la actividad. Por su parte, el uso lentes de contacto cuenta con algunas ventajas sobre las gafas. En este caso, permiten mayor libertad de movimiento, evitan reflejos y pueden corregir el defecto óptico sin afectar al campo visual periférico. Por ejemplo, las lentes de contacto blandas, además de estar hechas con materiales muy innovadores, ofrecen una gran comodidad y adaptación. Asimismo, otras ventajas del uso de las lentes de contacto pasan por no entorpecer en el uso de cascos o máscaras que se usan en determinados deportes. Tampoco se ensucian, por lo que no hay que ir limpiándolas como sucede con las gafas; y ofrecen una mayor libertad, evitando que se sufra alguna lesión por contusión de las gafas. Finalmente, para muchos deportistas, una opción mejor podría ser la cirugía refractiva con láser, aunque es indispensable analizar junto a los profesionales sanitarios las necesidades visuales de cada persona y las exigencias de la disciplina deportiva que se practique, pues no deja de ser una opción invasiva. En definitiva, se trata de que cada persona elija la opción de corrección que mejor se adapte a sus necesidades y con la que se sienta más cómoda a la hora de seguir practicando actividad física y cuidando su salud.
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