IM OPTICAS nº 8

70 es el audífono”. “Es la solución más eficaz, menos invasiva, y con resultados muy aceptables a nivel de rehabilitación auditiva del usuario en todos los aspectos”, subraya el presidente de la ANA. “Después, tenemos otro tipo de soluciones como son los sistemas implantables, que ofrecen soluciones cuando el audífono no es la opción por las limitaciones de la propia patología auditiva”, agrega. No en vano, “estas soluciones adaptadas por profesionales audioprotesistas tienen muy buenos resultados por sus posibilidades de adaptación en los diferentes ámbitos de la vida de las personas que las necesitan, y esto hace que su calidad de vida desde el primer momento mejore enormemente”, apunta, “no quedando aislados auditivamente y pudiendo estar conectados con el mundo que les rodea”. La salud auditiva de los españoles Más de seis millones de personas padecen algún tipo de pérdida auditiva en España (según los datos de la OMS de la prevalencia de la pérdida auditiva y estudio Eurotrak España). Esta cifra supone un 11% de la población, un dato similar a países como Francia, Alemania e Italia. A esto se suma que, en palabras de Francesc Carreño, “seguimos en una sociedad en la que la prevención auditiva todavía no es una de las prioridades (ruido ambiental, protección del ruido profesional y del ocio, entre otros), y esto hace que este tipo de problemas auditivos puedan aumentar en los próximos años”, lo que hace suponer que estas estimaciones se quedan cortas. De modo que “tenemos mucho camino por recorrer en la salud auditiva en nuestro país. Y los audioprotesistas, como profesionales de la salud auditiva, pensamos que las instituciones y organismos públicos deberían de ayudar a concienciar más a la sociedad en estos aspectos de prevención, y así prevenir pérdidas auditivas que luego producen otros problemas que impactan en nuestra sociedad y sanidad pública”. Así, el presidente de la ANA insta a pensar que “la pérdida auditiva, aparte de mermar la capacidad auditiva de las personas, afecta indirectamente a su aislamiento, a la mayor depresión por esta condición, y a otros problemas que pueden ir asociados, como problemas de salud en general”. “Empezamos con problemas de audición, pero toda nuestra salud se resiente porque un sentido fundamental para la comunicación con todo nuestro entorno, que se ve afectada, y por lo tanto impacta en nuestra calidad de vida”. De hecho, nos encontramos ante un escenario que presenta un aumento de casos entre personas más jóvenes:“La presbiacusia ha avanzado en las últimas décadas, y ya empezamos a ver esta patología en personas de 50 años”, revela. Y por supuesto, continúa el especialista, “la exposición al ruido y el mal uso de auriculares está haciendo que se acelere el proceso de pérdida auditiva entre los más jóvenes”. Por otra parte, “gracias a que las compañías privadas han puesto en marcha procesos de prevención, la detección temprana ha mejorado y estamos haciendo adaptaciones auditivas tempranas en personas que, si no hubieran pasado por un centro de audioprótesis a hacer una revisión, posiblemente hoy tendrían una pérdida auditiva que con el tiempo no se habría tratado y con peores pronósticos para su rehabilitación auditiva con audífonos”. Así las cosas, para Francesc Carreño las asignaturas pendientes en el campo de la salud auditiva pasan por una mayor prevención desde las instituciones públicas como ya señalaba anteriormente. Asimismo, considera necesario, “visibilizar más la figura del audioprotesista como profesional sanitario que puede ayudar a las personas a descubrir su situación auditiva, y valorar las mejores opciones de corrección de la misma”, así como “promover una sociedad más sensibilizada en lo que se refiere al cuidado de nuestra salud auditiva y el control del ruido en nuestro entorno”. Y concluye poniendo énfasis en “la mayor tolerancia con las personas que tienen pérdida auditiva, tanto los que usan soluciones como los que no, creando espacios y entornos más accesibles a su necesidad, y no excluirlos por su condición; igual que hemos conseguido hacer con las personas con problemas de visión, conseguir lo mismo para las personas con problemas de audición”. La revolución de los audífonos En el avance de la mejora de la calidad de vida de las personas con pérdida auditiva, la tecnología ha sido factor clave, resalta Francesc Carreño. “Actualmente tenemos audífonos que no solamente consiguen adaptarse completamente al perfil auditivo del usuario en toda su necesidad auditiva, sino que además son capaces de anticiparse a las situaciones complicadas en ambientes de ruido donde es más difícil escuchar las voces”, combinando micrófonos y parámetros del sistema de audífonos para conseguir la mejor audición en todos estos ambientes. Este salto también ha ido acompañado con el cambio en los ámbitos de comunicación, “dando a los audífonos acceso a la comunicación directa con otros dispositivos, como son los smartphones o sistemas de audio externos, que hacen que el usuario se pueda comunicar libremente con estos directamente a través de sus audífonos”, expone Carreño. Y ya los audífonos trabajan además como “complementos” ideales para personas que tienen riesgo de caídas, avisando si se produces; geolocalización para personas que pueden tener problemas de Alzheimer, o incluso controlar el estado de salud. Sin embargo, el Carreño cree que la normalización con relación a llevar audífonos todavía es un reto en nuestra sociedad. “La estética sigue siendo un factor importante, aunque hoy en día los audífonos han evolucionado en tamaño y discreción por su ergonomía, lo que los hace prácticamente invisibles dentro y detrás de la oreja”. Con todo y con eso, “debemos mejorar mucho más aún en normalizar el uso de audífonos cuando existe pérdida auditiva, eso ayudará a que las personas no veamos un ‘inconveniente’ o que es una solución para nuestro problema auditivo”.

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